Autopista Murcia – Madrid
«La maniobra preventiva de Ayuso era esperable, por eso cuesta entender qué gana Ciudadanos con esto»
La noticia estaba en Murcia, hasta que Isabel Díaz Ayuso anunció la convocatoria de elecciones en Madrid; vayamos por partes. Ciudadanos pacta una moción de censura con el PSOE para echar a Fernando López Miras (PP), con quien cogobernaba la Región. La moción amenaza con poner fin a veinticinco años de hegemonía popular.
Murcia recupera un protagonismo informativo del que no gozaba desde 1873, aunque los medios no han recogido apenas nada de su política interior. Todas las informaciones orbitan en torno a dos cuestiones: ¿qué pasará en Madrid? ¿Qué pasará con Ciudadanos?
Díaz Ayuso respondía a la primera pregunta en menos de una hora: dimisión, disolución de la Asamblea y convocatoria de elecciones anticipadas. Estas elecciones pueden confirmar la desaparición virtual de Ciudadanos en Madrid: en las últimas generales lo votaron 323.000 madrileños, cuando en las autonómicas del mayo anterior había recibido el apoyo de 625.000. Nada hace suponer que esa hemorragia vaya a contenerse.
La maniobra preventiva de Ayuso era esperable, por eso cuesta entender qué gana Ciudadanos con esto. Sí, podrá presumir de haber gobernado una comunidad autónoma, pero pierde su influencia en un bastión tan importante como Madrid.
Otra pregunta que sobrevuela la discusión pública es cómo intentará el PSOE hacerse con el gobierno de Madrid, principal contrapoder del sanchismo. ¿Presentará de nuevo a Ángel Gabilondo? Es improbable. Para enfrentarse a Ayuso hace falta un gladiador dispuesto a zambullirse en el barro.
El efecto Illa demostró que el Consejo de Ministros aporta visibilidad y fotogenia, con independencia de la gestión. Quizá los estrategas de Moncloa vuelvan a recurrir a esa cantera para contrarrestar el golpe de efecto de Ayuso. Veremos. ¿Y saben qué ha dicho Pablo Casado? Yo tampoco.
