El futuro de España lo decide el 4M
«Si se produce el sorpasso de Más Madrid, la carrera de Pedro Sánchez recibirá un golpe que puede ser mortal»
La semana que viene se decidirá el futuro de España. El martes 4 no solo se elige el gobierno de Madrid, sino que esa fecha marca un antes y un después de la política española, de sus partidos y de sus actuales dirigentes. ¿Por qué si no Pablo Iglesias ha ido a pedirle a Jaume Roures que le dé un programa en Mediapro, como publica ABC? Dejó el Gobierno de coalición creyendo, en su inconmensurable soberbia, que Errejón y su candidata le harían reverencias cuando él les propusiera fusionar Podemos con Más Madrid, con él de candidato. Se encontró con una Mónica García que le llamaba machista públicamente y le decía que se fuera con la fusión a otra parte. Iglesias ha pasado de vicepresidente de un gobierno de coalición a la nada. Y si Iglesias pasa a la nada, a ver en qué se queda Podemos, por muy buenos que sean los oficios de Yolanda Díaz. Si lo son, sobrevivirán las siglas…, pero no con la gente de Iglesias, será un partido distinto.
También cambian las expectativas para un Pedro Sánchez que también estaba completamente seguro de que finalizaría la legislatura y sería reelegido sin problema en las próximas elecciones. Sánchez , como Iglesias, va a ser víctima de su soberbia y al empeñarse en elegir candidato –buen candidato, Gabilondo-, ponerle a Iván Redondo de jefe de campaña –pésima decisión- e imponerle los mensajes, entre ellos el sí a Iglesias después del no a Iglesias, ha destrozado la imagen de Gabilondo. Y el propio Sánchez se ha dejado muchos pelos en la gatera con sus intentos de instrumentalizar a Gabilondo y su obsesión por participar en la campaña como si él fuera el no va a más, cuando resulta que, con él, el PSOE madrileño va a menos. Madrid no va a ser la tumba de Sánchez, pero puede ser el inicio de su declive y el final de sus expectativas de reelección. Y si se produce el sorpasso de Más Madrid, entonces sí que su carrera recibirá un golpe que puede ser mortal. Sobre todo si Errejón juega bien sus cartas y desde Más País se hace con los votantes de Podemos desencantados de las ansias de poder y dinero de la pareja Iglesias-Montero y miran hacia quien fue su mano derecha en la formación del partido, un Íñigo Errejón que está demostrando ser mejor estratega que su antiguo jefe. Pero también, hay que insistir en ello, ojo con Yolanda Díaz: ha mamado la política desde que nació, es izquierda pura y dura, sin recovecos, convencida, conoce el oficio, y a poco que se esfuerce, que se esforzará, intentará arreglar el desaguisado de partido que le deja el exvicepresidente.
La figura de Pablo Casado andaba regular hasta que Ayuso convocó elecciones. Solo sus intervenciones parlamentarias provocaban algún interés, se le notaba como alicaído. Pero fue fijar el 4-M y apareció un Casado en plenitud, lleno de energía, como si la apuesta de Ayuso le obligara a ponerse a tono. Sin embargo, en ningún momento intentó robarle plano; todo lo contrario, ha aparecido siempre como el acompañante de la candidata, y orgulloso además de que fuera candidata. A ver qué pasa después del martes, porque como Ayuso tenga el éxito apoteósico que le auguran algunos sondeos y no necesite el apoyo de Vox, se escucharán voces en el PP que pidan cambio en el caso de que Casado regrese al alicaimiento. El PP postMadrid necesitará y querrá caña, sobre todo después de los ataques desaforados, incluso en lo personal, que ha recibido la presidenta madrileña.
Es más cauta que Casado respecto a Vox. La ataca la izquierda permanentemente acusándola de que va a gobernar con Vox, cuando jamás ha dicho Ayuso que piense hacerlo. Aunque también la izquierda ataca al PP permanente por gobernar con Vox, y no lo hace, ni lo ha hecho, en ninguna región ni ayuntamiento. Tiene su apoyo en alguno de ellos… pero desde fuera del gobierno. El PP solo ha gobernado en coalición con Ciudadanos. Vox, por cierto, y así lo cuentan algunos de sus dirigentes, está a la espera. No piensa en coalición madrileña, sino en el futuro. Pretende moderar sus propuestas, sobre todo las relacionadas con la homofobia, aunque mantendrán la de ligar la inseguridad ciudadana con la inmigración. Juegan a medio plazo, paso a paso, poco a poco, como explica uno de sus mandamases. No tienen prisa. Y Madrid es para ellos un ensayo de lo que vendrá después: es así como ha planteado la campaña Rocío Monasterio y el día 4 se verá el resultado de esa supuesta moderación.
La clave del 4M, o una de ellas, es analizar lo que ocurra con Ciudadanos. Los errores cometidos por Rivera y Arrimadas –no pactar con Sánchez el primero, la moción de Murcia la segunda- pone difícil que Edmundo Bal, magnífico candidato, pueda alcanzar el deseado 5%, aunque a lo mejor lo consigue, nunca se sabe. Pero si no, el declive será imparable y sus votantes, en el futuro, se inclinarán por PSOE o PP. Tan es así que esos votantes desencantados de Ciudadanos pueden ser definitivos para dar las próximas elecciones a uno a otro partido.
Es decir, que el futuro de España se decide el próximo martes.