William Wallace Mas-Colell
«Mas-Colell se desdice ahora de haber usado a su propia gente como carne de cañón durante la jornada del 1-O»
El prestigioso economista Andreu Mas-Colell fue uno de los principales promotores del procés en el exterior. Su valía académica era su mejor carta de presentación y, ahora, tras los tuits llorones de su hijo, vuelve a ser el argumento de los pusilánimes que se escandalizan por la suma millonaria que le pide el Tribunal de Cuentas. Como si ser un gran académico te eximiera de ser un pésimo gestor público.
En sus momentos de mayor mesianismo Braveheart, el exconsejero de Economía vendió en los mentideros internacionales que había que llegar hasta el final. Por una cuestión de «principios», no tuvo reparos en apoyar un referéndum ilegal que extranjerizaba a más de la mitad de sus conciudadanos. Pero sus grandes principios se disiparon por arte de magia cuando su patrimonio empezó estar en riesgo.
No sé si fue por este ‘pensamiento cautivo’ que cada cierto tiempo afecta a grupos humanos enteros o por satisfacer sus mediocres aspiraciones de hacer historia convirtiéndose en uno de los padres de la nueva patria, pero Mas-Colell se desdice ahora de haber usado a su propia gente como carne de cañón durante la jornada del 1-O y de haber tratado a los disidentes del proyecto independentista como material susceptible de ser silenciado o despreciado.
Desde hace un tiempo juega a ser el sabio que encarna la voz del seny. No por principios, sino por la actuación, lenta pero implacable, de la Justicia. Y su hijo, con una mezcla de elitismo y clasismo, no acepta que su padre, el gran economista, pueda ver sus bienes embargados. Se ve que una Cataluña independiente no vale ni un ojo de la cara ni que los burgueses de la Upper Diagonal paguen de su propio bolsillo la gracia de querer llevarnos a todos por delante.