THE OBJECTIVE
Ignacio Ruiz-Jarabo

Previsiones económicas fantasmagóricas

«Conforme avanza el año los datos reales vienen confirmando que lo previsto por el Gobierno no fue mas que el sueño de una noche de verano»

Opinión
Comentarios
Previsiones económicas fantasmagóricas

Pedro Sánchez y Ximo Puig. | Ricardo Rubio (EP)

Este martes pudimos leer en THE OBJECTIVE que, según estima la Confederación Española de Cajas de Ahorro -CECA- la recaudación que proporcionará la llamada ‘tasa Tobin’ en 2.021, primer ejercicio de su existencia, será 400 millones de euros, la mitad de lo previsto por el Gobierno. Lo cierto es que hasta el 30 de septiembre solo se han recaudado 209. Este sonoro pinchazo pone de manifiesto dos cuestiones, y ambas son relevantes.

La primera consiste en la habitual alegría (¿irresponsabilidad?) con la que el actual Gobierno predice el comportamiento futuro de las magnitudes económicas. El ejemplo mas evidente lo encontramos en su predicción sobre el crecimiento de nuestra economía en el año actual. Recordemos que lo fijó en el 6,5% sobre el PIB del año anterior, vanagloriándose de dicho porcentaje por ser el más alto entre los países de nuestro entorno. Se olvidaba que en 2020 España fue con mucho el país de la Unión Europea que tuvo una mayor recesión, pues nuestro PIB se redujo un 11%, duplicando la disminución media sufrida por nuestros socios. Es obvio que la fiebre puede bajar más en el enfermo al que mas le subió.

Pese a lo expuesto, conforme avanza el año los datos reales vienen confirmando que lo previsto por el Gobierno no fue más que el sueño de una noche de verano. Y, a estas alturas, todos los analistas y todas las instituciones -incluidos el Banco de España y la Comisión Europea- estiman que el 6,5% previsto por el Gobierno se quedará, si acaso, en un modesto 5%. Da igual, mantenerla y no enmendarla, el Gobierno sigue afirmando que creceremos según su predicción. ¡Cosas veredes Sancho!

Claro que seguir manteniendo su fantasmagórica previsión le sirve al Gobierno para haber elaborado unos alegres (¿irresponsables?) Presupuestos para 2022, cuyo carácter irresponsablemente expansivo posibilita regar otra vez al Ministerio de Igualdad para que siga financiando las actividades esotéricas que solo puede imaginar la creatividad de Irene Montero. O para aumentar escandalosamente el presupuesto que dispondrá esa Dirección General llamada Ministerio de Consumo con el único fin de hacer ministro a Alberto Garzón.

La segunda cuestión que evidencia el pinchazo en la ‘tasa Tobin’ es que, contra lo reiteradamente afirmado por los que padecen de fiscofilia, el comportamiento recaudatorio de las figuras tributarias no es insensible a las subidas impositivas. Muy al contrario, los aumentos en la imposición provocan contracciones en las variables sobre las que recaen. Así, estableciendo una tasa sobre las transacciones que se realicen con las acciones de las grandes empresas, se ha provocado que las compraventas hayan disminuido. De ahí que no se vayan a alcanzar ni de broma los 800 millones de euros que se pretendían recaudar.

Mutatis mutandis, así se explican tanto el éxito recaudatorio de la Comunidad de Madrid presidida por Isabel Díaz Ayuso, como el fracaso cosechado por los gobiernos autonómicos que optan por aumentar mas y mas la presión sobre sus contribuyentes. Como ejemplo, el de Ximo Puig. Que éste intente tapar el desastre de su gestión con constantes agresiones a la política fiscal madrileña constituye, además de una deslealtad entre autonomías, un evidente signo de su debilidad.

El presidente valenciano debería darse cuenta que gravando las trasmisiones de inmuebles al 10%, en vez de al 6% como sucede en Madrid, provoca que en Valencia se transmitan menos. Además del rejón suplementario que lo anterior significa para los valencianos, se acaba perjudicando también el potencial recaudatorio del ITP.

También debiera percibir que, metiendo la mano en el bolsillo de los padres que deciden realizar donaciones a sus hijos -en Madrid el pago es simbólico-, daña injustamente el traslado paterno filial del patrimonio familiar, reduce su intensidad y, por ende, lastra la recaudación que obtiene su Comunidad en el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones.

Pero los fiscofílicos como Ximo Puig son irreductibles. Pareciera que su único objetivo en política fiscal es perjudicar a los que llaman ricos. Aunque al hacerlo se acabe perjudicando a la sociedad en su conjunto. Quédeme yo tuerto si consigo que el rico se quede ciego parece ser su máxima.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D