El fisco español, contra los nuevos vientos de la historia
«Mientras Alemania tiene claro que no se puede exprimir más a los ciudadanos, el Gobierno se apresta a anunciarnos un subidón de impuestos»
La ministra de Hacienda, Maria Jesús Montero. | EP
Los planes y las declaraciones del ministro de Finanzas del nuevo Gobierno alemán presidido por un socialdemócrata deberían hacer que el PSOE, el Gobierno español, y la ministra Montero, utilizando una expresión propia de los socios parlamentarios catalanistas de Pedro Sánchez, se lo hicieran mirar.
Ha manifestado el nuevo ministro su intención de reducir en 30.000 millones de euros los impuestos que pagan los alemanes. Y lo ha manifestado poco antes de la próxima presentación del estudio sobre la reforma fiscal en España que se ha elaborado en el Ministerio de Montero aunque lo vayan a firmar los expertos que colocó en la comisión. Siempre hay alguien dispuesto a hacer de burladero.
El contraste va a ser de época. Mientras en el país que lidera Europa tienen claro que no se puede exprimir más a los ciudadanos, nuestro Gobierno se apresta a anunciarnos un subidón de impuestos que se añadirá a las sucesivas subidas que ha aplicado desde que nos gobierna.
Pero hay más. También ha declarado el ministro de Finanzas alemán que hay que volver a recuperar el freno a la deuda pública. ¿Qué van a hacer el Gobierno español y nuestra ministra de Hacienda? Si siguen el consejo, tendrían que girar 180 grados su política económica, pues desde que nos gobiernan, han aumentado nuestro endeudamiento en 300.000 millones de euros y en un 30% sobre el Producto Interior Bruto -del 95% al 125%-.
Pero el ministro alemán ha realizado una tercera manifestación que, además, impide que se le pueda acusar de demagogia. En efecto, ha declarado que se propone conseguir sus dos primeros objetivos a través de una medida muy concreta: reducir el gasto público. Contrasta este objetivo alemán con lo que no hace más que unos pocos días hemos escuchado al Gobierno español y, en especial, a la ministra Montero. Esta ha presumido, ¡y ya es presumir!, porque el Presupuesto para 2022 que «nos ha preparado» es el que contiene un mayor gasto de nuestra historia. A lo que se ve y sin darse cuenta, Montero y el Gobierno se han situado en contra de la nueva dirección que está tomando el viento en Europa.
Es cierto que María Jesús Montero proviene de la Escuela Socialista Andaluza, que gobernó Andalucía durante 35 años siguiendo la máxima caracterizada por Milton Friedman: detraer cada vez más impuestos a los que trabajan para subsidiar cada vez más a los que no trabajan. Puede que su procedencia le haga refractaria al aire fresco europeo que no llega solo de Alemania, pues el Gobierno italiano también camina en la misma senda. Tampoco creo que la situación descrita preocupe demasiado al componente podemita del Gobierno. Ellos van a lo suyo. La extrema izquierda española llevaba 85 años sin gobernar en España y, más que probablemente, tras un breve paréntesis volverán a otra vez a la hibernación. Pero imagino que los muchos socialistas responsables que existen en el PSOE han de estar preocupados. Para un partido de Gobierno, no es bueno quedarse fuera de juego de la corriente emergente en la institución supranacional a la que pertenece nuestro país.
Y a todas estas, ¿dónde situamos a Pedro Sánchez? Los que han estudiado al personaje señalan que entre sus características se encuentran la capacidad de rectificar abruptamente de opinión -la sociedad española lo ha comprobado de modo fehaciente-, así como la de no hacer prisioneros en el combate político, incluso entre los suyos –lo ha comprobado recientemente el exministro Ábalos-. Siendo así, es obligado preguntarse si va a validar el nuevo sablazo fiscal que nos ha preparado el Ministerio de Hacienda con la coartada que supone la suscripción por la Comisión de Expertos del papel que les ponga a la firma la ministra Montero o si esta va a ser la próxima víctima del sanchismo.
Yo me temo lo peor porque para cambiar de opinión y para enterrar a un compañero, en este caso, compañera, Sánchez tiene aún mucho tiempo, pues le quedan dos años de legislatura, y hacer ahora ambas cosas le crearía un problema en su Gobierno de coalición. Así que ¡hay que fastidiarse!, una vez más, España va a ir contra la historia y mientras los principales países de nuestro entorno, como Italia, Alemania –seguramente Francia se va a sumar en la campaña presidencial-, se aprestan a aliviar la carga fiscal de sus contribuyentes, nosotros vamos a notar la mano del fisco español hurgando hasta el fondo de nuestro bolsillo ¡Porca miseria!
