¡Modifiquen el Presupuesto!
«El PSOE debe elegir entre la economía española o la sonrisa de sus socios de Gobierno»
El cuadro macroeconómico utilizado por el Gobierno cuando elaboró a final de 2021 los Presupuestos Generales para 2022 ha quedado completamente pulverizado por los acontecimientos. La crisis energética internacional previa a la invasión rusa de Ucrania, el conjunto de consecuencias económicas derivadas de la guerra iniciada por Putin, y determinados episodios nacionales como la deficiente gestión gubernamental del conflicto del transporte, han convertido en pura ciencia ficción la alegre previsión según la cual el PIB español crecería este año al 7%.
Así es considerado de manera generalizada por analistas y entidades, y así se desprende de lo expuesto en el magnífico trabajo de Isabel Acosta publicado por THE OBJECTIVE el lunes. Los datos que se exponen son corrosivos: caída en un 3,4% del consumo energético; descenso de un 10% en el número de préstamos hipotecarios suscritos; disminución brusca del Índice de Confianza -del 89,8 al 53,9; todo apunta a un estancamiento de la economía española. Si a lo anterior se añade el actual 9,8% de la inflación y su tendencia creciente, parece innegable que nuestra economía crecerá este año muy por debajo del 7% previsto por el Gobierno en el aludido cuadro macroeconómico que acompaña a los Presupuestos.
Ya pudimos comprobar el año pasado que a Nadia Calviño le da vergüenza modificar sus previsiones sobre el crecimiento del PIB, y que ella prefiere que sea la realidad la que se las modifique. Basta con recordar que mantuvo hasta el final -prietas las filas- que en 2021 creceríamos al 6,7% hasta que el INE confirmó que solo lo hicimos al 5%. Pues bien, vicepresidenta, siga usted igual, no cambie sus previsiones si eso le avergüenza. Créame que es indiferente, pues a fin de cuentas nadie le cree y ya nos confirmará el INE que, una vez más, se vuelve a usted a equivocar.
Sin embargo, sí es obligado que entre usted y la ministra de Hacienda procedan a modificar, para reducirlos, los importes de créditos de gasto que incluyeron en sus alegres Presupuestos, dado que éstos se configuraron sobre la base de un crecimiento del PIB -el citado 7%- que no va a tener lugar. Si no lo hacen, nuestro déficit público tendrá un comportamiento peor del que han presupuestado ustedes, y el que resulte finalmente puede ser mayor que el 5% previsto. Con ello, será aún mayor nuestra necesidad de financiación con el riesgo inherente que, en términos de su coste, supone la tendencia creciente de los tipos de interés, así como el fin de la suscripción ilimitada de la Deuda Soberana por parte del Banco Central Europeo. Sin olvidar, claro es, el empujón al alza que representaría para nuestro ya más que preocupante volumen de Deuda Pública.
Por lo expuesto, sean ustedes responsables y modifiquen los importes del Presupuesto o, si esto también les da vergüenza, dicten normas internas para que puedan no consumirse los límites de gasto disponibles por cada ministerio. Por la salud económica de España, es obligado que realicen una u otra cosa. Si para hacerlo, tienen que imponerse al sector morado de su Gobierno, háganlo. La elección a la que se enfrentan es bien clara: deben elegir entre la economía española o la sonrisa de sus socios de Gobierno, y son ya demasiadas las veces en las que han optado ustedes por la segunda de las alternativas. No lo hagan una vez más. Impónganse en esta ocasión a sus compañeros de Consejo de Ministros y adopten de una vez por todas la vía de contención intensa del gasto público que necesita España de manera urgente.
De no hacerlo les será aplicable, en un sentido distinto de aquel con el que fue pronunciada, la histórica frase que pronunció Fidel Castro ante el tribunal que le juzgó por el asalto al cuartel Moncada y «la Historia les juzgará».