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Los enemigos de las mujeres

«No hay una guerra de sexos, sino una guerra cultural donde las mujeres combaten en ambos bandos»

Opinión

La exvicepresidenta primera del Gobierno y diputada del PSOE, Carmen Calvo. | Europa Press

  • David Mejía es doctor por la Universidad de Columbia y profesor de Filosofía y Humanidades en IE University.

La exvicepresidenta Carmen Calvo lamentaba hace unos días en Twitter que «una mayoría de hombres, seis de nueve, y que no pueden abortar porque no tienen útero, decidirán sobre cómo no podrán abortar las mujeres en EEUU». Acababa de filtrarse un borrador de la Corte Suprema de Estados Unidos que anunciaba la revisión de la sentencia Roe contra Wade (1973) que dictaminó la protección constitucional del derecho al aborto. Pero tanto el objeto de su ira -hombres que aprovechan su mayoría para restringir los derechos a las mujeres- como la tesis subyacente -esto no ocurriría con una mayoría de mujeres- se desdibujan al comprobar que la venerada Roe contra Wade fue alumbrada por un tribunal donde la ratio hombre-mujer era 9-0. Afortunadamente nadie impugnó la sentencia apelando a la falta de útero de los magistrados.

El mantra de que los hombres son la principal amenaza para los derechos de las mujeres es un signo de nuestro tiempo. Pero la realidad, muy evidente en el caso del aborto, es que la brecha entre posturas enfrentadas no la determina el sexo, sino la ideología. Mal que pese a los relatos unificadores del feminismo identitario, los hombres no son el enemigo: no hay una guerra entre sexos, sino una guerra cultural donde las mujeres combaten en ambos bandos, y donde la religión tiene un peso nunca bien ponderado. Para el populismo de verbena, «los hombres» son un chivo expiatorio útil; pero falseando la realidad rara vez se consigue corregirla.

Esta actitud está contenida en la frase que popularizó la feminista Gloria Steinem: «si los hombres pudieran quedarse embarazados, el aborto sería un sacramento». No me acostumbro a observar cómo aquellos que tanto se esfuerzan en negar la biología como destino, atribuyen a los hombres criterios políticos biológicamente determinados. Más cuando los estudios arrojan un dato insobornable: las mujeres, por un margen pequeño pero temporalmente consistente, se oponen más al aborto que los hombres. Insisto: la ideología o la confesión religiosa, predicen con mayor precisión la actitud hacia el aborto que el sexo. De hecho, la brecha ideológica más amplia se da entre mujeres conservadoras y mujeres progresistas.

No siempre es fácil procesar y asumir verdades. Resulta especialmente complicado cuando los datos corrigen una visión del mundo que da sentido a la identidad personal. El estereotipo del hombre ignorante y patriarcal, carcelero de derechos e insensible a las particularidades de la feminidad, es moneda de curso habitual en la discusión pública, como lo es el estereotipo de «mujer» como colectivo unívoco. Pero insistir en el estereotipo es una forma de predicar ignorancia. Haríamos bien en evitarlo.

6 comentarios
  1. Aquiles

    Las momias moradas , tienen pérdida la guerra de sus mantras con las jovenas y los jóvenes y jovenos

  2. 23xtc

    Hoy Irene «Chauchescu» así la nombro hace tiempo Ignacio Varela, ha estado dando el mitin en el programa que presenta Terradillos hembrista que justifica los 21000 millones dice rauda y veloz que van a parar a permisos de paternidad, como nadie de los que con ella cobran la dice nada pues adelante con las mentiras porque no hay nadie enfrente que la diga a la cara mientes. Más tarde la otra hembrista de A R, Patri, que en este medio la han hecho un repor porque sufre, lo pasa mal la pobre, ha entrevistado a María Salmerón indultada tres veces, abrazada por las Juntas andaluzas del PP y PSOE, «victima del machismo»,. La que sostenía el micro la consolaba y Patri también porque es lo que he escrito, así es la justicia. Había un corro de hembristas liberadas detrás pidiendo el indulto total a pesar que fiscalía quiere para ella uno parcial, otro más. Todo esto es no solo porque no hay nadie delante, enfrente de Terradillos, Patri, Griso, Sonsoles….. y cuando hay valentía para salir a la calle a defender la presunción de inocencia de un hombre denunciado y condenado por las generadoras de opinión, se tienen que enfrentar las familias y amigos a las liberadas hembristas y las generadoras de opinión porque las molesta la libertad de expresión, que se muestre el descontento de pocas personas con Irene «Chauchescu» y sus hembristas, que para usted es solo cosas entre mujeres.

  3. espivo

    Este tipo de frase que pasa bajo nuestro radar: «..la brecha ideológica más amplia se da entre mujeres conservadoras y mujeres progresistas.»
    Solo falta saber qué mujeres van dentro de cada categoría y por qué un grupo de ellas están identificadas con el progreso. ¿El progreso de qué?

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