El pecio de la historia de España
«Es imprescindible que hagamos un esfuerzo por rescatar del océano de la ignorancia y de la crítica injustificada el pecio de la historia de España»
En fechas recientes me llegan dos noticias procedentes de dos lugares de los Estados Unidos tan distantes como la costa de Oregón y Washington DC. Por un lado, el hallazgo en las playas del norte de Oregón de tablones de madera que confirmarían el naufragio del galeón de Manila ‘Santo Cristo de Burgos’ en 1693, que se habría desviado de la ruta habitual entre las islas Filipinas y el puerto de Acapulco y había encallado en los arrecifes de esa costa. Por otro, la apertura en el Museo de Historia de América de una exposición que representa el preludio del futuro Museo Latino, donde se describe la aportación de la «comunidad latina» a los EEUU sin tomar en consideración el legado espiritual y material de España.
Esas noticias -aparentemente tan «distantes y distintas»- meren una consideración conjunta. La confirmación de que los objetos que desde hace siglos se habían ido encontrando en la costa de Oregón -bloques de cera de abeja, fragmentos de porcelana china (de tipo Kangi), y maderos de la nave-, pertenecían al pecio del Santo Cristo de Burgos corresponde al estudio de un equipo del National Geographic y otras asociaciones de arqueólogos locales, que han identificado los tablones submergidos en cavidades de la costa durante varios siglos como procedentes de un tipo de árbol de origen asiático, el «anacardacea», probablemente cortado hacia 1650, lo que coincidiría con la época de la construcción del galeón de Manila.
Son muy remotas las posibilidades de que llegue a encontrarse el resto del pecio del galeón en una costa muy abrupta y rocosa, batida por fuertes temporales y que en 1700 sufrió los efectos de un terrible tsunami, pero este hallazgo ha disparado la imaginación de los cazatesoros, que llevan ya tiempo buscando el lugar del naufragio de otros dos galeones de Manila que naufragaron en la costa oeste de Norteamérica, con la esperanza de encontrar el «oro español» en sus bodegas.
Para los que nos interesamos por la historia, el hallazgo de los residuos del pecio del Santo Cristo de Burgos en la costa de Oregón -aunque nunca llegase a su destino-, constituye una noticia importante, porque confirma que a finales del siglo XVII España había establecido un activo canal de comunicación y de comercio entre los tres continentes -Asia, América y Europa-, como cuenta el magnífico documental España, la primera globalización, que se ha proyectado en TVE y recientemente se ha presentado en Miami.
Peor noticia es que el Museo de Historia de América, en un anticipo de lo que podría ser el futuro Museo Latino – que tardaría algunos años en inaugurarse, dependiendo de la Smithsonian Institution-, haya ofrecido la exposición ‘¡Presente! Una historia latina de EEUU’, ignorando la presencia de tres siglos de España en lo que en su momento constituía dos tercios del territorio continental de USA. Según encuestas realizadas por el Museo de Historia, la falta de conocimiento y reconocimiento de la época colonial española en la exposición estaría justificada porque lo que se pretendía contar era exclusivamente la historia de los «latinos» estadounidenses, no de los latinoamericanos ni la de los españoles. Como si los «latinos» hubieran aparecido al norte del Río Grande por generación espontánea.
Esto supondría ignorar a la comunidad hispana que llegó a Nuevo México a finales del siglo XVI, cuando el adelantado español Juan de Oñate celebró a orillas del Río Grande la primera ceremonia de acción de gracias, que precedió en veinte años a lo que hoy se celebra como Thanksgiving day conmemorando lo que hicieron los colonos anglosajones en Jamestown. Esa población de ciudadanos estadounidenses en el Sudoeste todavía mantiene vivas las huellas de la cultura española en la arquitectura, las técnicas de irrigación, el cultivo de los campos y la ganadería y muchos otros aspectos.
Ciertamente el intentar rescatar el pecio de la historia de España en América -después del tsunami arrollador de la historiografía anglosajona crítica con la colonización española-, no va a ser empresa fácil. Ni tampoco barata, como se demostró cuando en 2007 la Fundación Consejo España EEUU, organizó la magna exposición ‘Legacy’ con el apoyo de instituciones públicas y privadas españolas y de la propia Smithsonian Intitution que ahora patrocina el Museo Latino.
Esa magna exposición, que se celebró en la National Portrait Gallery acompañada de un simposio en el que participaron prestigiosos historiadores de España, Reino Unido, México y los Estados Unidos, sirvió para dar a conocer en la capital de los EEUU la indispensable contribución de España a la guerra de independencia y a la formación de la nueva nación. En parte como consecuencia del esfuerzo económico y diplomático que representó Legacy, el Congreso de los Estados Unidos ha reconocido en 2014 al malagueño Bernardo de Gálvez como «ciudadano de honor de los EEUU», el mismo galardón que ostentaba, hace ya tiempo, el marqués de Lafayette.
En ese mismo Congreso se presentará el próximo 28 de junio en Washington el informe sobre ‘El español en la política de los EEUU’ un valioso análisis del uso de nuestra lengua en la Cámara de Representantes y en el Senado. Este informe, elaborado por el Hispanic Council y presentado en el Congreso con la colaboración de la Asociación de Líderes Hispanos permitiría ser optimistas sobre la difusión y uso de nuestra lengua en EEUU. Serían 42 millones de personas de origen hispano que emplean el español como lengua nativa y 57 millones si contamos quienes tienen solo una competencia limitada del español. Y el que muchos congresistas y senadores utilicen nuestra lengua en sus discursos y comunicaciones supone otro dato favorable.
A pesar de esos datos positivos, es imprescindible que las instituciones públicas y privadas que nos ocupamos de la difusión y defensa del legado de España en Norteamérica hagamos un esfuerzo por rescatar del océano de la ignorancia y de la crítica injustificada el pecio de la historia de España.