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Putin sí amenaza a España

«La guerra del hambre, o la política del hambre, es la forma en que Putin puede provocar un desequilibrio en Europa»

Opinión
  • Málaga, 1966. Ha sido columnista en El País, El Mundo, Vocento y escribe para Joly; es comentarista político en Herrera en Cope y director de Mesa de Análisis en Canal Sur. Profesor Titular de Comunicación (UMA). Libros: El artículo de opinión, El periodismo débil…

Hay que trascender la política doméstica para interpretar el tablero geopolítico, donde España puede ser una pieza secundaria en muchos sentidos, pero con protagonismo en otros, por geografía e historia. Y por tanto está expuesta a algunas amenazas, mayores de lo que se quiere pensar. Estos días puede ser tentador exprimir las ironías sobre los dirigentes de la extrema izquierda, que han decidido escenificar impúdicamente un infantilismo antiOTAN no ya naif sino cómplice con Putin, el autócrata capaz de generar simpatías en los dos extremos del arco ideológico. Se puede hacer casi una parada de freaks con los dirigentes que estos días han llenado las baterías de titulares con golpes de pecho entre ecos caducos del viejo OTAN no, bases fuera… Pero más vale darse un respiro esquivando ese bestiario para asomarse al tablero global, donde España es un país expuesto.

Algunos expertos están poniendo énfasis en algo que los mandatarios han decidido, en la cumbre de la OTAN, poner en sordina: la guerra del hambre. Así la ha denominado el historiador Timothy Snyder, profesor de Yale y experto en la materia, con varios libros notables. También Javier Blas, autor junto a Jack Farchy de El mundo está en venta. La cara oculta del negocio de las materias primas, elevado por Financial Times o The Economist a libro del año, donde se aproximan a la influencia y la forma de actuar de esas grandes compañías de materias primas: el hambre puede ser un instrumento clave. Esto ya se evidenció con la primavera árabe. Tal vez suene a exceso populista lo de Luigi di Maio, sucesor de Beppe Grillo en M5E y titular de Exteriores con Draghi, hablando de «la guerra mundial del pan». Pero, más allá de la retórica, apunta a eso que Snyder aborda como la Guerra del Hambre de Putin, parte esencial de su guerra contra Europa, con una lógica muy consistente.

Ucrania es un líder en la exportación de grano y, por tanto, fundamental en los equilibrios planetarios. Pero el bloqueo naval ruso ha abortado la posibilidad de mantener esas exportaciones. De persistir, como va a suceder, millones de toneladas de alimentos se pudrirán en silos y decenas de millones de personas en África y Asia estarán expuestos a hambrunas. En definitiva, ese jinete del Apocalipsis ya ha ensillado.

En este punto Snyder ha recordado que la Historia ayuda a abrir los ojos donde quizá la dinámica bienpensante del presente nos impide entender bien lo que se está librando allí. Stalin y Hitler ya ensayaron la hipótesis de que el grano ucraniano podía servirles para marcar el curso de la Historia. Stalin dejó morir en el Holodomor a cuatro millones de ucranianos; y –¿a ver si esto le suena?– la propaganda rusa además los estigmatizaba con la etiqueta de nazis. Hitler también calculó, en sentido inverso, que no necesitaría arrasar la URSS porque el hambre haría ese trabajo si controlaba la producción agrícola ucraniana. En efecto, ese fue un tablero clave de la guerra mundial.

La OTAN se compromete a mantener la mirada hacia el sur, pero solo la mirada, y además ahí se vería desbordada

Pero es momento de volver al presente: la maquinaria de propaganda de Putin ha trabajado concienzudamente antes y durante la invasión, con años de recorrido,  para engrasar la aceptación social de su plan. Planteamiento: los ucranianos son nazis, de modo que todo resulta justificado sobre esa premisa. Puede parecer una caricatura, y lo es, pero han hecho su trabajo. A partir de ahí, una vez bloqueadas las exportaciones como ha activado tras las invasión, se desencadenaría el objetivo de la guerra del hambre.

En África y Oriente Próximo, áreas muy dependientes de Ucrania, acabará por haber conflictos en los próximos meses de invierno, y seguramente movimiento humanos de refugiados hacia el norte que van a generar inestabilidad en la UE. Es lo que Putin busca. Y con ese telón de fondo, bajo una crisis humanitaria significativa,  se creará el marco propicio para rematar la operación rusa de propaganda culpando a Ucrania y ofreciendo soluciones. El objetivo de Putin será que se levanten las sanciones y se reconozcan las conquistas territoriales de Rusia.

La guerra del hambre, o la política del hambre, es la forma en que Putin puede provocar un desequilibrio en Europa. Naturalmente ese movimiento de población hacia el norte presionará particularmente a España. La OTAN se compromete a mantener la mirada hacia el sur, pero solo la mirada, y además ahí se vería desbordada. Se pueden enfrentar a un arsenal militar, pero no a imágenes de niños muriendo de hambre y masas humanas en movimiento.

Ese es el arma de la  guerra del hambre, o lo que Di Maio llama «guerra mundial del pan». Y puede ser una prueba desbordante para Europa, por supuesto también para España, que afronta año electoral con un gabinete dividido y una mayoría reacia a asumir la realidad. Putin sabe donde se maneja; lleva años exprimiendo las contradicciones morales y las lógicas disfuncionales de la UE. 

7 comentarios
  1. Casandro

    Como digo, mi única duda al respecto de la guerra de Ucrania es saber si estaba acordada de antemano entre Rusia, EEUU e Inglaterra, porque las consecuencias, beneficiados y perjudicados están claro que serían Ucrania primero y Europa para mucho tiempo o para siempre.

  2. Casandro

    Como yo no me considero ni de extrema izquierda ni de extrema derecha, ni liberal, ni conservador o socialdemócrata, tampoco soy progresista ni tolerante, excepto con los niños que juegan desbocados, como tampoco soy homosexual y solo dispongo de mi predisposición sexual natural hacia el sexo femenino, la única duda al respecto que tengo sobre esta guerra es saber si estaba acordada de antemano entre Putin y la OTAN para beneficio de ambos y destrucción de Europa. Porque desde que Biden llegó a la Casa Blanca y enviaron a Borrell a meter la pezuña en el ojo a Rusia estaba claro todo lo que venía después.

    Y como puedo presumir de haber explicado paso a paso la estupidez de que Europa apoyara a Zelenski por indicación e interés de EEUU e Inglaterra en un despropósito destinado a reorganizar el mundo con un plan perfectamente diseñado desde el Pentágono de EEUU las consecuencias de ese plan estaban bien definidas antes de iniciar un conflicto al que se podía haber dado la vuelta en beneficio de Europa, Ucrania y Rusia sin pegar un solo tiro. Pero en fin, elegir bando para luego justificar el error no suele llevar aparejada la verdad ni las múltiples posibilidades que cualquier circunstancia presenta.

    Como dije antes de iniciarse el conflicto, esta es una guerra contra Europa, el mundo se dividirá en tres partes donde los integrantes de la OTAN son la parte ridícula del mundo, se conformará otro grupo formado por Rusia, China, India, Brasil y algunos más y un tercer grupo formado por algunas naciones árabes que actuarán de intermediarios entre la gran masa del mundo y la ridícula OTAN.

    El puesto que podía haber ocupado Ucrania como país neutral militar y financiero haciendo de nexo entre oriente y occidente lo ocuparán, ya de hecho lo están ocupando los países árabes realizando todas las transacciones que impiden las sanciones a los demás,

    Pues eso, que como todo lo que iba y va a suceder estaba clarito, clarito, Rusia no puede perder la guerra, las sanciones harán mucho más daño a Europa que a Rusia, Rusia se quedará con los territorios y fortalecerá su economía, Ucrania quedará hecha una mierda por el odio de los nazis a Rusia utilizado en su contra para su destrucción y saqueo y los listos occidentales que han organizado el «pifostio» para reorganizar la economía van a pasar a ser el ombligo del culo del mundo.

    Y todo estaba clarito, clarito desde antes de llegar Biden a la casa Blanca y dar el pistoletazo de salida ajotando a Cerdito Borrell contra Rusia.

  3. Pasmao

    Dejen de mentir. O hagánlo mejor. Pero no nos hagan comulgar con piedras de molino.

    Ahora resultará que detrás de las revoluciones de colores están Rusia y China. Y que si el Sr de Soros en España, cuya sede está en Barcelona, JORDI VAQUER, que fue uno de los promotores del 1-0 fue una casualidad.

    Como si lo del 1-0 no fuera una revolución de colores de libro.

    Y yéndonos a nuestro «flanco sur» que toda la vida de dios se ha llamado eje Baleares, Estrecho Canarias; pero al que hay que cambiarle el nombre porque no vaya a ser que lo de Estrecho Canarias ofenda a los amigos del Sultan.

    Pues resulta que en ese «flanco» las mayores amenazas se producen cuando:

    1/ Al acabar la Guerra Fría en los paises de influencia «soviética» Argelia, Mauritania, Egipto, Sudan, Libia se empieza a sustituir la autoridad «laica» por la salfista whabita que viene financiada desde esas monarquías petroleras donde es sabido que se pirran por Putin, Rusia y China. De toda la vida de Dios también.

    Con todo ese crecimiento del terrorismo islamista en el Sahel. Boko Haram está lleno de espias de Putin, eso lo sabe todo el mundo, porque se le visto financiar mezquitas salafstas a tuti plen.

    2/ Pero había un pais que se resistía, daba estabilidad a la región, aplicaba su propia medicina a los salafistas, y su poblacion disfrutaba de un prosperidad ejemplar: Libia.

    Hasta que llegó Putin y acompañado de los chinos se cargó todo aquello y dejó el pais hecho un carajal. Generando una estabilidad que dura hasta ahora.

    Y en nuestro flanco mas al sur, Marruecos, que decir. Sólo gracias a los USA, tan preocupados por los derechos de los saharuis (mucho mas preocupados por sus derechos que por los de los ucranianos), así como por os de los cruzan su frontera con destino a España de manera ilegal podemos estar tranquilos. Gracias a ellos y los britsh que están en Gibraltar, a donde no llega ni una patera. Ni por despiste.

    La culpa de haberla. De los chinos y de Putin.

    Por cierto, y respecto los F35.

    Que el personal recuerde que pasó con los Sabre (los nuestros) cuando Marruecos invadió Ifni y Chafarinas.

    Cada día da mas pereza leerles.

    Un saludo

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