THE OBJECTIVE
Jacobo Bergareche

Carta a un adolescente

«Arrepentirse de los errores es una estupidez, uno ha de aprender de ellos cómo vivir mejor»

Opinión
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Carta a un adolescente

Un grupo de adolescentes. | Unsplash

Hubo uno que dijo que la infancia es la patria del hombre, yo me atrevería a matizarlo: los veranos de la infancia son la patria del hombre. Nadie se acuerda de los marzos o los noviembres de su niñez a menos que los meses destinados al olvido fueran marcados con un hito memorable, como la fractura de una tibia o la muerte de un abuelo. Los recuerdos se formaban en verano, porque era entonces cuando se paraba la cadena de montaje en que se fabrican esos días iguales, que comienzan a la misma hora y nos llevaban por los mismos recorridos hacia la misma gente para devolvernos a las misma cocina donde se cena, los mismos ratos ante una televisión y después la misma hora de acostarse en esa cama donde antes de caer dormidos soñábamos un rato despiertos con el verano que vendría lleno de promesas de libertad, de promesas de aventuras, y más importante aún, de promesas de amor.

El verano del adolescente es ciertamente la estación propicia para el amor. El tiempo se convierte en un recurso abundante que desborda los relojes, todos los días de julio y agosto son sábados, ya no hay que volver a casa pronto y la noche es cómplice que obsequia una oscuridad amable, calurosa, que hace de cualquier rincón a la intemperie un refugio íntimo para una pareja adolescente que no tiene casa propia donde explorar el sexo en la intimidad. Así un banco de un parque, la esquina apartada de la playa o el cobertizo de un jardín se vuelven aquel lugar al que uno volverá con la memoria todos los días a partir de septiembre. 

Y mientras yo evocaba así esos prodigiosos veranos de la adolescencia tan preñados de promesas, Pedro Herrero me decía en una tertulia que para los jóvenes de hoy el amor ya no es una certeza, sino una mera posibilidad. Le pedí que me lo sustanciara un poco con datos y él, que es un tipo vehemente que no conoce la pereza a la hora de apuntalar con datos un argumento, me empezó a hablar de un estudio que concluye que la edad de iniciación en el sexo se ha retrasado, que el sexo entre los jóvenes es cada vez más escaso y a la vez más insatisfactorio, me razonó como el acceso masivo a video-pornografía en edades muy tempranas y las aplicaciones para ligar tipo Tinder, habían hecho del sexo una experiencia de consumo absolutamente desgajada del amor, y me ofreció una bibliografía entera al respecto para elaborar este artículo que con su permiso voy a ignorar para no deprimiros. 

Me decía Pedro, que la última gran época del amor y de la educación sentimental fueron quizás los noventa, antes de que la pornografía digital y la corrección política fueran las fuerzas enfrentadas que constituyen la educación sexual de nuestros hijos. En aquellos años muchos adolescentes aspiraban a que fuera la experiencia del amor la que le revelara los misterios del sexo, es decir, había la noción de que progresando en el amor se progresaba en el sexo. 

Recordé entonces cómo hace exactamente veintitrés años, es decir, la mitad de mi vida, mi hermano pequeño que entonces tenía dieciséis, me envió una carta poco antes de su largo verano de estudiante donde me pedía encarecidamente unos consejos de hermano mayor para ligar. Yo, que por entonces estudiaba en Estados Unidos y ya salía con la que hoy sigue siendo mi mujer, hice un esfuerzo por recordar todo lo que pensé que la vida me había enseñado sobre las relaciones entre hombres y mujeres a los veintitrés y le escribí esta lista de consejos que hace poco recuperé haciendo limpieza de viejos discos duros, y que titulé de manera algo pomposa, Consejos prácticos para una vida sentimental feliz y ordenada

Comparto la carta, aunque solo han pasado algo más de dos décadas, se me hace claramente un texto de otro siglo y de un mundo extinto, uno anterior a la irrupción de las herramientas digitales como mediadoras de las relaciones humanas. Me traslada a un tiempo donde el que está dejando la infancia acude al que estima más experimentado que él en busca consejos para el amor (lugar común de la literatura), y donde los adolescentes aún ligan en discotecas. Quizás algo en esta carta pueda serle útil a algún chaval que como mi hermano entonces, se prepare ahora para iniciar ese largo verano de estudiante tan lleno de promesas, con la esperanza de que contradiga a Pedro Herrero, y sienta el amor no como una posibilidad, sino como una certeza. Considero que el tercer punto de esta carta sigue siendo infalible.  

Cambio los nombres por iniciales y copio esta carta de hace tantos años tal cual. 

Consejos prácticos para una vida sentimental feliz y ordenada

1

A V. le dijo un día su padre (que no te quepa duda de que es un hombre parco y rancio) –¿y ese chico te hace reír?–

–Sí.

–Pues si te hace reír ya lo tiene todo- respondió su padre lacónicamente, y no quiso inquirir más. Además tenía razón, porque poco después empecé a salir con ella.

Esta es la única lección que pude aprender de la sabiduría popular de este señor. Pienso que tiene razón. A las niñas se las captura mucho mejor con el sentido del humor. Si aprendes a explorar el sentido del humor de una chica, te resultará mucho más fácil aproximarte a ella. No se trata de ser un payaso y hacer gracias tontas o vulgares en público: ese tipo de personas espantan a las mujeres que han de interesarte. Se trata de descubrir el sentido del «humor privado» de una chica; el humor privado es aquel al que pertenecen ideas como las de la chica-pis*, objetos grotescos como los regalos de navidad que X** le hacía a un desesperado Nicolás, e ironías como las de Lord Henry***. Si consigues acceder al humor privado de una chica desarrollarás cierta complicidad con ella, y serás la persona a la que corra el lunes por la mañana para comentar el fin de semana en clave de humor.

* El concepto de chica-pis era una categoría que nos inventamos entre hermanos y requeriría una larguísima explicación, pero básicamente lo utilizábamos para designar mujeres que aún siendo muy guapas no nos despertaban atracción alguna, si no más bien pereza y rechazo.

** X era un familiar que por Navidad siempre le regalaba a nuestro hermano mediano objetos totalmente decepcionantes, un llavero con con su inicial o chándal naranja, que le colocaban a borde de la depresión.

*** El Lord Henry, del Retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde, lectura reciente de mi hermano entonces.

2

Creo que toda niña de 16 años a la que merezca la pena perseguir ha de tener varios deseos de hacer cosas a las que no se atreve. Es imprescindible tener la suficiente perspicacia como para intuir cuales son aquellos planes que a ella le encantaría hacer y que sólo tú puedes ofrecer. Las niñas de tu edad tienen una gran tendencia a preocuparse por el qué dirán, suelen salir siempre en grupo y a los mismos sitios, pero algunas anhelan poder hacer planes nuevos, como por ejemplo ir a un concierto de son cubano en el Suristán, hacer una cena con velas o un picnic campestre en una casa abandonada (pregúntale a Nicolás donde está nuestra famosa casa abandonada donde hacemos fiestas), ir a una exposición divertida y después tomar un café o una cerveza en algún garito extraño (como el Torito o el Corazón Negro, que sirven meriendas los domingos, una cena en La Cruzada)… aprovecha para ser original ahora que la mayoría de los chicos de tu edad son un poco borregos y faltos de imaginación.

«Si dejas a una persona que base toda su felicidad en ti, cuando se acabe la relación no tendrá ningún sitio al que volver»

Te darás cuenta de que es muy difícil convencer a una chica de 16 años de que no vaya a una discoteca con su grupito de amigas un viernes o un sábado por la noche. En vez de intentar que sacrifiquen algo que difícilmente sacrificarían (porque siempre temen perderse algún evento social importante), trata de quedar con ellas en momentos que no les cueste concederte: un sábado por la mañana o un domingo por la mañana son momentos perfectos para quedar, estas horas no están nada solicitadas, y son buenos momentos para engatusarlas con un buen desayuno (croissant con jamón y queso derretido, pan amb tumacat, un buen zumo de naranja, buena música). A las mujeres se las conquista de verdad hablando y sabiendo escucharlas, en las discotecas y por las noches es difícil encontrar lugares y ocasiones para conversar.

3

Empezar la conversación y llamar su atención es lo más difícil, sobre todo porque a los dieciséis años las chicas están más interesadas en los guapetes tontones y los reyes de la disco. Pero hay un truco que siempre funciona para atraer su atención: invéntate un sueño y diles que has tenido una pesadilla con ellas. No hay cosa que les pueda despertar su curiosidad más eficazmente. Te acercas a la que te gusta (después de haber diseñado tu sueño) y le dices que has pasado una noche horrible por su culpa. Ella se sentirá muy halagada por el hecho de que tu subsconsciente esté habitado por ella, y tú no tienes nada que perder, puesto que nadie es responsible de lo que sueña. Ahora bien, inventarse un sueño no es cosa fácil, tiene que ser ilógico y algo absurdo, como por ejemplo: tú estabas en un tren que atravesaba Afganistán, e ibas a Lekeitio de vacaciones, de repente ves por la ventana como ella está atada a un cáctus gigante y tiras del freno de emergencia en el vagón. Sales para desatarla pero todos te dicen que ella debe de seguir allí porque es una pecadora, entonces tú intentas cortar el cáctus pero el tren se va. De repente ves a un pijo que viene en una honda TZR y le ofrece acercarle a ella a Moncloa, tú que eres su libertador te quedas solito en Afganistán y ella se va sin decirte nada.

Esto sólo es un ejemplo, para que veas como se diseña una pesadilla. Le harás mucha gracia y podrás empezar una conversación si consigues relacionar el sueño con algo. Pregúntale a ella cuál fue su última pesadilla por ejemplo.

4

En todo cortejo de una dama, uno corre el peligro de obsesionarse. No hay nada peor que estar obsesionado, pero tampoco hay que volverse un frío y un duro por tener miedo a querer. A veces es bueno obsesionarse apasionadamente para aprender qué significa ese estado, pero es bueno saber salir de él. Un consejo te doy: no sacrifiques a tu edad aquello que te gusta hacer por una mujer y no dejes de ser como crees que debes ser por una chica. Yo me he perdido muchas cosas que hubiese querido hacer por perseguir a una chica (el viaje a Jamaica, el viaje a los Alpes con B. y Nico, no hice letras puras por estar con V. en la clase de letras mixtas y padecí las matemáticas como una tortura…). Otra cosa, nunca descuides a tus amigos por una mujer, no te encierres en una relación para después salir de ella y descubrir que estás solo.

5

No te obsesiones con perder tu virginidad, y no fuerces a las mujeres con las que salgas. No hay nada más contraproducente para conseguir lo que todo chico de tu edad quiere que forzar a una mujer. Ellas te dejarán hacer lo que quieras si ven que las respetas, que les das su tiempo. Hablando en plata: si se te notan las ganas de follar ellas huirán de ti. Aprende a disfrutar de un beso en la frente, o en un codo, de una buena caricia en la espalda, de un abrazo fuerte, dalas seguridad y se entregarán sin miedo.

6

No seas machista ni vulgar, ni aún con tus amigos. Evalúa a las mujeres como a los hombres: exige en una mujer la capacidad de conversar, de sorprenderte, de hacerte reír, de enseñarte cosas. No hay nada más aburrido y miserable que esmerarte en deslumbrar a una mujer guapa, conseguirla y después aburrirte a muerte con ella. Es imprescindible encontrar a una mujer que pueda contribuir a la relación tanto como tú, alguien que te proponga planes, ideas, metas…

7

No le pidas a una mujer que te dé lo que no puede darte. No las exijas que pasen de sus amigas tontas para que vaya contigo y te siga a todas partes, no intentes romper su mundo y sus ideas por muy estúpidos que te parezcan, porque entonces la pondrás en una disyuntiva en la que tendrá que elegir entre su mundo y tú, y lo más probable es que elija su mundo. Además, si dejas a una persona que base toda su felicidad en ti, cuando se acabe la relación no tendrá ningún sitio al que volver. Aplícate esto a ti también, una relación saludable ha de potenciar las mejores cualidades de los dos, y no anular a ambos y hacer dos seres completamente dependientes el uno del otro.

8

Todos los consejos que te doy los he aprendido a base de violar todas estas reglas, uno ha de equivocarse una y mil veces. Arrepentirse de los errores es una estupidez, uno ha de aprender de ellos cómo vivir mejor. Seguramente salgas con muchas mujeres imbéciles o muy difíciles hasta que encuentres a alguien que te guste, y a veces uno se topa demasiado pronto con una mujer fantástica. Estos consejos son difíciles de seguir, y seguramente aprenderás a usarlos si los ignoras y te equivocas las veces que hace falta equivocarse para aprender lo que te digo. Mamá una vez me dijo una cosa muy importante que me ha servido de mucho: los sentimientos nobles y verdaderos no han de avergonzarte nunca, si aprendes a escuchar esos sentimientos y te guías por ellos te irá mejor.

9

No tengas prisa en encontrar a la mujer que buscas. Aquí te incluyo una cita del Cantar de los Cantares, un libro de la Biblia que deberías leer algún día: no despertéis ni agitéis al amor hasta que esté listo.

Una última recomendación, léete La Educación Sentimental de Gustave Flaubert. Es un libro muy revelador en estas cuestiones.

Te desea la mejor suerte,

Tu hermano Jacobo.  

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