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¿Indultar a Griñán?

«Si el indulto tiene alguna razón de ser, es evitar que ingrese en prisión un hombre de 76 años condenado por un delito -no violento- cometido hace una década»

Opinión
  • David Mejía es doctor por la Universidad de Columbia y profesor de Filosofía y Humanidades en IE University.

Si la figura del indulto tiene alguna razón de ser, es la de evitar que ingrese en prisión un hombre de 76 años condenado por un delito -no violento- cometido hace más de una década. Entiendo la gravedad de la acusación y la importancia de que todo ciudadano, y especialmente quien ostenta un cargo público, responda por sus actos. Pero en el caso de José Antonio Griñán la prisión no cumpliría las principales funciones que le encomiendan las sociedades modernas. Al desfase temporal entre la comisión del delito y la sentencia condenatoria se añaden la incapacidad de reincidencia, su condición de (re)insertado y el hecho obvio de que no supone un riesgo para la sociedad

No se me escapa que esta vindicación humanitaria del indulto tiene como principal enemigo al gobierno que habría de concederlo. Porque el Gobierno de coalición ha hecho un uso tan discrecional e interesado del indulto -desde los condenados del procés hasta Juana Rivas- que es lógico que la sola mención de la palabra provoque ira y suspicacia. Y también comprendo que buena parte de la opinión pública es refractaria al indulto a Griñán, incluso obviando los antecedentes del Gobierno en la materia. La idea, puesta en prosa, provoca escalofríos: un Gobierno del PSOE indulta a un político del PSOE condenado por corrupción. Pero el indulto, por definición, requiere analizar con mesura el caso particular. Que la condena sea por delitos de corrupción, cometidos como presidente de un ejecutivo del PSOE, no debería ser relevante. Resultan relevantes, claro, para quienes conservan nítidamente en la memoria el trato que la Justicia, el PSOE y sus medios afines han dispensado a dirigentes del PP (condenados o inocentes). Pero ni la desfachatez de los políticos, ni la escasa deontología periodística de algunos, son argumentos solventes contra el indulto a Griñán, salvo que deseemos volver a la ley del talión

«El Gobierno de coalición ha hecho un uso tan discrecional e interesado del indulto -desde los condenados del procés hasta Juana Rivas- que es lógico que la sola mención de la palabra provoque ira y suspicacia»

Decía que el escollo principal para que la sociedad asumiera el indulto a Griñán es el propio Gobierno. Y lo es, además de por su palmarés de indultos, por la actitud que ha mantenido desde que el Supremo ratificó la condena. Tanto el Gobierno como el PSOE han negado la culpabilidad Griñán, en un ejercicio inaudito de deslegitimación de la Justicia. Y esto es lo trágico, que su justificación del indulto no tiene que ver con las circunstancias del reo, sino con su presunta inocencia, es decir, con la legitimación de sus actos. Deben saber que ningún argumento humanitario hará digerible el perdón sin que medien una disculpa y una muestra de arrepentimiento que la sociedad entienda como una asunción de responsabilidad. No pueden esperar que una sociedad perdone a quien no reconoce haber errado

45 comentarios
  1. 23xtc

    olvido que Pedro dijo que nunca, nunca, nunca perdonaría políticos corruptos como presidente del gobierno, en las entrevistas previas a las elecciones del «que parte del no no has entendido».

    Es que entonces como dijo Calvo no lo era, así que….

  2. 23xtc

    olvido que Pedro dijo que nunca, nunca, nunca perdonaría políticos corruptos como presidente del gobierno, en las entrevistas previas a las elecciones del «que parte del no no has entendido».

    Es que entonces como dijo Calvo no lo era, así que….

  3. 23xtc

    Con este y con el anterior demuestras que tienes problemas para comprender donde estas situado.

    Me imagino que durante el estado anticonstitucional del estado de alarma habrás visto en Atresmedia y Mediaset, por citar las más amplias en audiencia, a presentadoras señalando a personas corrientes como antivacunas, irresponsables, insolidarias por no hacer lo que les obligaba esa ley, y como se apuntaban los pelotas que cobran por caer bien a los que llaman a participar, dejando de lado que en este país se celebran los cum ples de las ministras en el despacho invitando a las periodistas afines, que premiadas estrellas del periodismo han hecho timbas nocturnas en su casa normalita en pleno covid y se han ido a ver a Raphael en navidades de 2021, mientras juzgaban en vivo y directo a personas normales como criminales por no cumplir las normas de la ley no constitucional. A saber lo que ha pasado en la Moncloa.

    Te tiras de cabeza sin saber nada de la fiesta «rave» de la finlandesa como si fueras una presentadora hembrista de noticias 4, ni de la cultura escandinava y sus conceptos de ética y moral no católica.

    En el caso de Griñán sin saber que, como, cuando Pedro lo indultará das argumentos que no sirven para criticar o convencer, solo hay una ristra de jarrones chinos que han despertado como osos polares para apoyar al gobierno de Pedro, y periodistas afines, a pesar que nunca le han querido como secretario del partido.

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