THE OBJECTIVE
Laura Fàbregas

Elías Ahuja: apareamiento en el colegio mayor

«No hemos nacido ayer como para no saber que señalar mediática y judicialmente a estos chavales solo provocará la reacción contraria»

Opinión
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Elías Ahuja: apareamiento en el colegio mayor

Entrada del Colegio Mayor Elías Ahuja. | Jesús Hellín (EP)

En esta España nuestra, de dinámicas polarizadoras, cuando el Gobierno instrumentaliza burdamente una polémica hay quienes se posicionan automáticamente en el bando contrario. Esto es lo que ha pasado con el vídeo del Colegio Mayor Elías Ahuja, que muchos han salido en tromba a defender que de machismo nada, ¡que es tradición! Y que todo es una cortina de humo para no hablar de la inflación.

Pero ser conscientes de que la agenda sanchista y sus terminales mediáticas han dado alas a este vídeo para alimentar el bicho del machismo, no debería ser un argumento para escudarse bajo el tópico manido de la tradición. Ni siquiera cuando la Fiscalía, en otra actuación aberrante, decide que investigará un posible delito de odio.

No hemos nacido ayer como para no saber que señalar mediática y judicialmente a estos chavales solo provocará la reacción contraria. Y por eso Vox calla y no cae de cuatro patas en la polémica.

Sin embargo, los que no militamos en partidos políticos e intentamos ser seres autónomos y pensantes, no debemos sucumbir ni a la lógica polarizadora ni al maniqueísmo donde nos quieren meter.

Los cánticos de Ahuja serán machismo o solo mal gusto. Lo que está claro es que son liturgias endogámicas y apolilladas, de unos colectivos muy concretos, que se reproducen y perpetúan en el tiempo. Hay quien lo llama ritual de apareamiento. Y hay también quien se escandaliza más por ello que por el acoso a los jóvenes de S’ha Acabat!.

En el mundo íntimo de las pasiones existe un juego de dominación y sumisión. En especial, entre chavales jóvenes y llenos de testosterona. En el libro biográfico del incancelable Philip Roth, el escritor confiesa con absoluta inocencia que para tener de joven algo parecido al sexo tenía que «utilizar un lado agresivo». Pero añade: «no me refiero a una agresividad desagradable, quiero decir un carácter enérgico».

Así que no seré yo quien niegue este lado de la naturaleza humana. Ni que, en términos evolucionistas, el cántico soez y gregario pueda cosechar algún resultado. Pero qué quieren que les diga, si hay que elegir, yo me quedo con el tango.

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