THE OBJECTIVE
Enrique Cocero

De Santis, una opción clara para el Partido Republicano

«Tras las elecciones ‘midterms’, el potencial perdedor es Trump y el ganador Ron de Santis que, con su victoria en Florida, se eleva como una opción solvente»

Opinión
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De Santis, una opción clara para el Partido Republicano

Un simpatizante del expresidente Donald Trump en Florida. | Europa Press

Mientras les escribo esto, los midterms americanos tienen un resultado muy interesante y el conteo no ha finalizado.

Breve resumen para quién no esté al tanto de la composición del Legislativo americano. De hecho, vamos a pegar un repaso por los tres poderes para que los parámetros queden claros.

Empecemos por lo que conocemos y, así, poder comparar: en España, cuando se convocan elecciones generales, lo que se está escogiendo es una papeleta con tantos nombres como asientos tenga asignados la provincia en el Congreso de los Diputados.

Madrid tiene 37 diputados. Pues bien, cada uno de los partidos que se presentan por la provincia de Madrid presentará una lista de 37 personas (no vaya a ser que les vaya extremadamente bien) y una serie de suplentes (no vaya a ser que a alguno de los titulares les dé un vahído en el momento de conocer el excelente resultado).

Esas listas las decide el partido, por las vías que sean, pero las decide el partido.

Celebradas las elecciones, se cuentan los votos de todas las listas, se descartan aquellas que no lleguen al 3% de la participación en la provincia, se aplica D’Hondt al resto (salvo en Ceuta y Melilla que, al tener un solo diputado, sale la lista más votada) y… se completan los 350 asientos que tiene el Congreso.

Entonces, un grupo parlamentario que crea que tiene posibilidades de sacar adelante a un candidato, lo propone al Rey como tal, busca los apoyos y si sale elegido, pues hay un Presidente del Gobierno.

Así que aquí no es como en Francia o en Estados Unidos, donde hay una elección específica para el presidente y una distinta para el Parlamento, sino que, desde lo conformado en el Legislativo, se elige al líder del Ejecutivo.

En Estados Unidos, en cambio, más o menos todos sabemos que al presidente se le elige cada cuatro años y que las elecciones siempre son en noviembre. De hecho, todas las elecciones regulares son el primer martes después del primer lunes de noviembre, motivo por el cual este año han caído en el día 8 (el primer lunes de noviembre fue el 7).

«Cada dos años se elige a los 435 miembros de la Cámara de Representantes y a un tercio del Senado»

Pero el Legislativo va por otras elecciones distintas, que se celebran cada dos años. Cada dos años se elige a los 435 miembros de la Cámara de Representantes (Congreso, para hacerlo más fácil) y a un tercio del Senado, porque el mandato de cada asiento del Senado es de seis años. Si el Senado son 100 asientos (dos por Estado), se dividen en tres clases de 33, 33 y 34 y así, cada dos años, sale a elección una clase distinta. Sencillo.

Las elecciones al Congreso tienen como territorio en disputa el distrito. Por lo tanto, el país se divide en 435 distritos y por cada uno de ellos compiten x candidatos de x afiliaciones distintas. No nos volvamos locos: normalmente son un demócrata contra un republicano. Ocasionalmente se presenta un independiente y, a veces, hay distritos en los que sólo se presenta un candidato, porque se considera innecesario hacer un esfuerzo si el resultado va a ser nulo. El que más votos consiga el día de la elección, se lleva el asiento.

El Judicial ya es más complicado según el tipo de Corte, pero vayamos al Tribunal Supremo, la sala más importante. Lo componen nueve magistrados, un presidente y 8 asociados, a los cuales nomina el Presidente en cuanto hay una vacante.

Si la nominación pasa la aprobación del Senado (mayoría absoluta) el magistrado lo es hasta que decida retirarse o fallezca. Esto añade un plus de independencia porque, una vez nombrado, ese magistrado va a estar en el alto Tribunal, en principio, más tiempo que ningún Presidente, ya que estos tienen una limitación de mandatos.

Así que, si te nominó Franklin Delano Roosevelt en 1939 y decides retirarte en 1975 con Gerald Ford… poco condicionado estarás por todos los presidentes que has conocido por el camino (caso práctico, William O. Douglas).

Pues bien, volviendo a los del martes, mientras escribo esto (y estoy apurando) la situación es la siguiente según se van contando votos:

Cámara de Representantes: 435 asientos, mayoría en 218 y, ahora mismo, los republicanos tienen ganados 203 asientos por 187 los demócratas (recordemos que en la legislatura que termina, los demócratas contaban con 5 asientos más que los republicanos). Los republicanos han ganado 11 asientos que estaban en manos demócratas y estos han dado la vuelta a 4.

Senado: 100 asientos, mayoría en 51. La Cámara estaba empatada a 50 y, ahora mismo, estamos 48 a 48.

Por lo tanto, hay tela que cortar. 45 asientos en juego, los republicanos están a 15 de la mayoría y los demócratas a 31.

Pero el gran ganador y el potencial perdedor de estas elecciones no están en ninguno de esos 538 asientos que se ubican en el Capitolio y, piloten la ironía, ambos pertenecen al mismo partido.

«De Santis ha demostrado que los latinos ya no votan demócrata»

El ganador es Ron de Santis, el cual, con su victoria de gobernador en Florida, elección que también se celebraba el martes, ha demostrado que este Estado ya no es un swing state (Estado que no tiene un resultado sólido para uno de los partidos y que fluctúa según elecciones), sino que es un Estado fuertemente republicano. De paso ha demostrado que los latinos ya no votan mayoritariamente demócrata, un paso bastante lógico que estaba por llegar. Otro día, si quieren, hablamos de por qué.

El potencial perdedor es Donald Trump, porque bastantes de sus afines han perdido esta noche sus elecciones. De hecho, uno de los mayores fiascos ha sido el del asiento en juego al senado por Pennsylvania. Un asiento en manos republicanas desde 1968, lo ha perdido un ungido por Trump, Mehmet Oz, frente a John Fetterman, un demócrata sólido que hacía sus apariciones en mítines vestido con unas bermudas y polos o sudaderas y que sufrió un ictus en plena campaña.

Trump pierde porque esperaba una victoria incontestable, unos treinta asientos de ventaja y, con ella, proclamar que no había nadie más legitimado para enfrentarse a Biden (si Biden decide repetir) que él. Ojo que aún queda poner en cuestión ciertos distritos y hablar de fraude, pero… ¿qué esperaban?

Respecto a candidaturas, hoy de Santis, se eleva como opción clara y solvente para el Partido Republicano. 44 años, acaba de ganar su segundo mandato, oficial de la Armada perteneciente al cuerpo de abogados, contrario al aborto, impuestos razonables, reducción del gasto, reducción del déficit… What’s not the like?

Pero no olvidemos a Biden y a los demócratas. ¿Quieren saber cómo de asustados estaban? Les diré que la mayor parte de la prensa afín a este partido está catalogando el resultado como «alivio» porque esperaban titular con «debacle». Es cierto que la prevención contra los candidatos de Trump ha funcionado, pero… ¿y si llega de Santis?

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