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¿Serán capaces de plantarse?

«Page, Lambán y otros socialistas están asustados porque si los españoles caen en la cuenta de que votarles es votar ‘Frankenstein’, lo probable es que se lo piensen»

Opinión

Emiliano García Page, Pedro Sánchez y Javier Lambán. | Europa Press

  • Esperanza Aguirre y Gil de Biedma (3 de enero de 1952, Madrid) es una jurista y política española. Exministra de Educación, ex presidenta del Senado y expresidenta de la Comunidad de Madrid (2003-2012)

Los que conocemos algo la Historia de España sabemos que el periodo que empieza con la invasión de Napoleón en 1808 y termina con la Constitución de 1978 es la historia de muchos fracasos políticos. Las leyes totalitarias como las que los socialistas nos han impuesto para apoderarse de nuestra memoria quizás no lo quieran reconocer.

Fracasos políticos indudables son las guerras civiles, los golpes de Estado, las constituciones fallidas, las repúblicas no menos fallidas, los cambios de régimen, la expulsión de reyes, las dictaduras y dictablandas, y una constante inestabilidad institucional, con lo que eso distorsiona el desarrollo armónico de la sociedad. Sólo, y hay que recordarlo siempre, la Restauración canovista constituye un periodo de cierta calma.

Pero es que, además y sobre todo, esos fracasos políticos se tradujeron en momentos de una inusitada violencia, en los que el crimen por motivos políticos e ideológicos estuvo a la orden del día, en los que el respeto al adversario no existió, en los que los unos no se enfrentaban a los otros, sino que querían someterlos o, si era necesario para que se callasen, eliminarlos.

Esa historia terrible de nuestro pasado reciente es la que conocían muy bien los hombres del 78, los hombres que hicieron nuestra Constitución. Los que venían del franquismo y los que venían del antifranquismo. Pero, sobre todo, los que tenían la firme y absoluta voluntad de que nunca más una media España quisiera imponerse a la otra media y, mucho menos, quisiera borrarla del mapa.

Fueron unos meses emocionantes que dejaron imágenes ejemplares: Fraga presentando a Carrillo en el Siglo XXI o la Pasionaria presidiendo la sesión constitutiva de las Cortes democráticas, por citar sólo dos ejemplos.

«La voluntad de los constituyentes era acabar con esas dos Españas que tantas tragedias habían traído»

La voluntad de los constituyentes era, antes de nada y sobre todo, acabar con esas dos Españas que tantas tragedias y tantos desastres habían traído a nuestra patria. Que el espíritu que les inspiró era el acertado lo demostró el pueblo español votando con entusiasmo el texto de nuestra Constitución, la Constitución de la concordia y de la reconciliación, la Constitución que, por primera vez en nuestra historia, no era de unos contra otros, sino que era de todos.

Nunca en los dos últimos siglos se había dado un momento de tanta grandeza y tanta generosidad entre los políticos y las fuerzas políticas españolas. Allí estaban todos. Menos los más extremistas de la derecha y de la izquierda, cuyo peso electoral se había demostrado insignificante. Y menos ERC y ETA. Esos eran los que no quisieron unirse al pacto y al consenso constitucional. Pero los demás, ahí estaban todos.

Pues bien, ese ejemplar espíritu constitucional se empezó a romper en 2003, cuando Zapatero pilotó el Pacto del Tinell, por el que los socialistas se unían a esa ERC, que era de los pocos grupos que habían despreciado la Constitución de la concordia, y se comprometían a nunca pactar nada con el PP, entonces el primer partido de los españoles.

Desde entonces la deriva de los socialistas ha sido esa: cada vez más cerca de los independentistas y cada vez más lejos de la reconciliación de las dos Españas del 78. A lo que empezó con Zapatero, Sánchez le ha dado una vuelta de tuerca, al pactar ya sin rubor con los bilduetarras. Y sin rubor ir aceptando una tras otra las pretensiones de los golpistas catalanes y los terroristas de ETA, eso sí, mintiendo a la opinión pública.

«Para que el PSOE vuelva al espíritu del 78 sólo hay un camino: romper con todos los enemigos declarados de ese espíritu»

Esto es lo que hay. Parece que ahora, acuciados por la cercanía de las elecciones municipales y autonómicas, algunos líderes del PSOE lo están descubriendo. No era muy difícil de descubrir. Pero lo que sí va a ser muy difícil para ellos es arreglarlo.

Porque para que el PSOE vuelva al espíritu del 78 sólo hay un camino: romper con todos los enemigos declarados de ese espíritu y buscar la reconciliación con las fuerzas que se mantienen fieles al deseo de que nunca más una España quiera imponerse a la otra.

Pero resulta que el líder que los socialistas se han dado, no sólo no hace ascos a estar unido a esas fuerzas reaccionarias en el más profundo sentido de la palabra, sino que está encantado destruyendo día a día y sin descanso el espíritu de la concordia y poniéndose a la cabeza de todos los que quieren la destrucción de España.

No dudo de que Page, Lambán y tantos y tantos concejales socialistas están asustados porque piensan, y piensan bien, que, si los españoles caen en la cuenta de que votarles a ellos en mayo es votar Frankenstein, lo más probable es que se lo piensen dos veces antes de hacerlo, porque es votar que ERC y los bilduetarras gobiernen España.

Pero están a tiempo. Que se planten. ¿O es que creen que el actual gobierno es bueno para España?

12 comentarios
  1. HERCULINO

    «»»»»»»el periodo que empieza con la invasión de Napoleón en 1808 y termina con la Constitución de 1978 es la historia de muchos fracasos políticos»»»»»

    Mi admirada señora, muchos fracasos políticos es por ponerlo suave, porque por mucho que me esfuerce no encuentro triunfo alguno en el período que cita.

    Estoy convencido que el gran error que cometió la sociedad española fue dar un portazo a Francia con la invasión de Napoleón; perdimos la oportunidad única de encarrilar España en la modernidad , la cultura y la educación; los españoles afrancesados fusilados alegremente por las hordas montaraces,trataron de hacernos entrar en razón, pero fue en vano. Una sociedad casi troglodita de la época encabezada por una aristocracia ignorante, déspota y sob erbia, y para más inri una monarquía que de eso solo tenía el nombre, proporcionaron todoslosmimbres para lo que es hoy España; país con patina de europeo

  2. Casandro

    No se yo si el problema es el PSOE o es peor lo que tienen enfrente.

    Los diputados de Castilla la Mancha han votado un golpe de estado, no jay mas asunto, lo que diga Paje, como lo que diga Vara o cualquier otro cacique regional corrupto y traidor es lo de menos, lo que cuenta es lo que se hace.

    Estamos ante un golpe de estado institucional y solo hay que escuchar al PP para darse cuenta que son la MUD venezolana dejándose dar un golpe de estado en sus narices, y luego sale Gonzalez Pons diciendo que «Sánchez es como Orban» comparando un tipo que defiende a su nación con uno que quiere destruirla.

    La verdad Esperanza un poco de por favor, si el PP no sabe parar un golpe de estado que se vayan, lo minimo que se pide es saber el oficio no la corrupción sistemica de España y Europa. Esa se la saben de memoria.
    Esto es un golpe de estado en toda regla y no valen componendas, todos los diputados del PSOE que lo han consentido y apoyado son culpables, uno no esta en una banda criminal si no es un criminal.

    Y por favor, si hay alguien en el PP que sepa de politica y no de consenso corrupto que lo cambien por Feojoo ya. Esto es un golpe de estado sin posible acuerdo.

  3. Grossman

    Por eso la historia reciente de nuestro país es la historia de una sucesión de guerras civiles porque cuando uno quiere todo el poder, todo el dinero, solo se puede conseguir mediante la violencia.

    La última fue la guerra civil del 36, la izquierda, siguiendo sus postulados de violencia, heredados del marxismo, quería destruir, eliminar a la burguesía, es decir, a media España, y para eso era necesario materializar la lucha de clases en una guerra civil, siguiendo los postulados de Lenin entonces en boga.

    Pero les salió el tiro por la culata porque Franco les ganó la partida, contra todo pronóstico.

    Quizás el desenterrar muertos, un clásico de la izquierda que profanaba todo tipo de tumbas, incluida la de Carlos I, pensando que también habría oro, era la antesala macabra de una futura violencia, de maridarse con la muerte antes de pasar a los crímenes.

    Porque estos golpes de estado se sabe cómo empiezan pero no como acaban, luego los cobardes y los traidores, cuando se vean arrastrados por el tsunami de la violencia se lamenten, como el llorón de Azaña, que quiso borrar sus miserias soltando frases pomposas.

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