THE OBJECTIVE
Ignacio Ruiz-Jarabo

El Gordo de Esquerra Republicana

«Vender el Orden penal de nuestro Estado para garantizar su permanencia en el poder marcará el inevitable juicio histórico a Sánchez. Y no tengo duda alguna: la Historia le condenará»

Opinión
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El Gordo de Esquerra Republicana

Ayer tuvo lugar una nueva edición del tradicional sorteo de Navidad. Como es lógico, hubo ciudadanos cuyos décimos resultaron premiados obteniendo también el Estado su consuetudinario premio. Pero no hay que dudarlo, el auténtico Gordo es el de los separatistas catalanes de ERC dado que, precisamente ayer, el Senado votó favorablemente la reforma del Código Penal que exigían por la que se viene a derogar el delito de sedición y a rebajar la pena por el de malversación.

Quiere decirse que ayer Pedro Sánchez consumó una más de las ignominiosas rendiciones que viene haciendo ante sus socios parlamentarios. Y lo hizo con una indignidad adicional al elegir que el Senado la aprobase precisamente ayer, pretendiendo que el lógico espacio dedicado por los medios al resultado del sorteo reduzca y ensombrezca el que merece su nueva rendición. Bien, es posible que su objetivo mediático haya sido parcialmente conseguido hoy, pero es igual, porque la mancha de su execrable venta del Código Penal a cambio de los votos que precisa en el Congreso de los Diputados perseguirá a Sánchez de por vida. Es más que posible que muchos, muchísimos, de los socialistas no se lo tengan en cuenta y que, llegado el momento, vuelvan a concederle su voto. Pero sin duda, habrá otros que sientan vergüenza e indignación al observar como el actual presidente de Gobierno ha puesto de rodillas al Estado frente a un grupo de delincuentes, lo que hará que no repitan el voto a este PSOE.

En cualquier caso, y aunque la felonía que ha cometido no tuviera el efecto electoral que cabe presumir y que sin duda merece, nada evitará que Sánchez pase a la Historia por la atrocidad moral que ha perpetrado. Vender el Orden penal de nuestro Estado para garantizar su permanencia en el poder marcará el inevitable juicio histórico que ha de producirse. Y no tengo duda alguna: la Historia le condenará.

En una de las características cenas entre amigos que se celebran en estas fechas se discutía qué es peor, si tener un mal gobernante -el que ejerce deficientemente sus funciones- o tener un gobernante malo -el caracterizado por su maldad humana-. Mi opinión fue que lo peor es lo que sufrimos ahora mismo los españoles pues tenemos uno que aúna las dos condiciones. Es doblemente malo siéndolo en las dos acepciones del término antes referidas.

La última puesta en práctica de la doble maldad de Sánchez la hemos vuelto a ver en su reacción y en la de los suyos, presidenta del Congreso, presidente del Senado, ministro Bolaños y demás juglares del sanchismo, tras la decisión del Tribunal Constitucional que ha decretado la anticonstitucionalidad del peculiar procedimiento por el que el Gobierno pretendía modificar dos leyes orgánicas. La respuesta de Sánchez, que ha teatralizado personalmente y a través de los “Sánchez boys”, ha sido la del alumno suspendido que quiere convencer a sus padres que el profesor le tiene manía. Él se sabía la lección y ha hecho un buen examen, pero el “profe” le tiene enfilado y por eso le ha suspendido, injustamente por supuesto. Sin embargo, es fácil reconocer las excusas de un mal perdedor y salvo aquellos que siempre verán bien lo que haga su líder, fuera lo que fuese, la gran mayoría de españoles interpretamos adecuadamente lo sucedido. El profesor -Tribunal Constitucional- ha impedido que el alumno tramposo -Sánchez- copiase en el examen -aplicara un procedimiento que violenta la Constitución-. Nada más y … ¡nada menos! Una vez abortada la trampa, el examen debe repetirse ahora sin trucos y sin engaños.

Ojo, que si nos enredamos en exceso con esta llamada de atención al alumno tramposo pillado en plena trampa podemos distraernos de otras cuestiones también trascendentales. Y no olvidemos que merced a la reforma sanchista del Código Penal los separatistas de Esquerra Republicana están más que felices con su Gordo.

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