MyTO

El mejor discurso del Rey

«Un discurso, como una sinfonía de Beethoven o una fuga de Johann Sebastian Bach, es una obra que nace para ser escuchada y se consume en ese único acto»

Opinión

El mejor discurso del Rey. | Ep

  • Fundador y Director General de la compañía de consultoría estratégica Redlines.
    Ha dirigido campañas electorales tanto en España como en diversos países de América latina, y es analista político habitual en diversos medios de comunicación.
    Es autor de los libros : «Guía práctica para abrir Gobiernos» (Goberna, 2015), «Otro Gobierno» (Algón Editores 2012), y «Open Government – Gobierno Abierto» (Algón Editores, 2010).
    Le encantan los platos de cuchara, sufre con cada partido del Athletic de Bilbao y no se pierde un concierto de Los Planetas.

Supongo que a quienes nos ha tocado escribir discursos para líderes políticos miramos estas obras con ojos diferentes.

No solo contamos las palabras, calibramos la siempre complicada relación entre adjetivos y sustantivos y evaluamos la selección de soundbites, sino que también escuchamos su musicalidad, metemos el metrónomo para medir ritmos y cadencias, el diapasón para entender las diferentes afinaciones y contamos el número de sostenidos y bemoles de su armadura para adivinar la tonalidad en la que ha sido construído. 

Y es que más allá de lo que muchos legos puedan pensar, un discurso, cualquier discurso -pero mucho más uno como el que pronunció ayer nuestro Jefe de Estado- es una compleja obra de artesanía en la que a pesar de que intervengan diferentes compositores, su musicalidad  final va a depender siempre de la pericia de un solo kapellmeister, responsable no solo de que quede a gusto del solista, sino también del impacto entre el público de la obra una vez interpretado.

Un discurso, como una sinfonía de Beethoven o una fuga de Johann Sebastian Bach, es una obra que nace para ser escuchada y se consume en ese único acto, pero solo conoceremos sus secretos si somos capaces de leer y entender la partitura original en la clave en la que esta fue escrita, por eso, más allá de disfrutar del espectáculo sensorial de su primera escucha, es interesante agarrar el papel pautado y diseccionar pentagrama a pentagrama la obra en su conjunto una vez interpretada.

«El discurso del Rey, sin duda el más complicado desde 2017, asumió la estructura de una sinfonía clásica en cuatro movimientos»

Así, el discurso del Rey, sin duda el más complicado desde 2017, asumió la estructura de una sinfonía clásica en cuatro movimientos:

Arrancó con una obertura generalista en Andante stabile en la que el jefe de estado habló de cómo la sucesión de crisis concatenadas agravadas por la guerra de Ucrania está poniendo a los sectores más vulnerables de nuestro país en una situación de extrema dificultad, remarcó la solidaridad de España con nuestros socios de la OTAN y de la Unión Europea y  -esto es importante- poniéndose en el lugar de quienes más están padeciendo esta situación, incidió en la responsabilidad de los poderes públicos para mitigar las consecuencias de la misma.

En el segundo movimiento, el Adagio, siempre el más grave y complicado de toda sinfonía ya que es el que imprime carácter a la obra, Felipe VI terminó de un plumazo con los debates académicos que alguna prensa había tratado de levantar poniendo el foco sobre lo evidente: En nuestro país se está produciendo un innegable deterioro de las instituciones que afecta a nuestra convivencia. 

Nítido, cristalino, sin necesidad alguna de afectación ni de ser subrayado por la sección de viento-metal que tanto gusta a los pirómanos wagnerianos y sin salirse de la misión que la constitución le encomienda. No hace falta nada más.

Inmediatamente el Rey desplegó el Scherzo del tercer movimiento de su obra, una reflexión constructiva sobre los riesgos que esta situación puede acarrear a nuestra convivencia y nuestro futuro. Lo que llevó rápidamente al ya presentido y buscado final.

Y menudo final que nos dio el cuarto movimiento, un Allegro Maestoso precedido de timbales en el que su majestad realizó su esperada call to action , una llamada a la unidad y a la responsabilidad de las fuerzas políticas, contra el partidismo desmedido y sobre todo, contra la polarización.

Y el que quiera entenderlo, que lo entienda.

Sin duda, tanto en el fondo como en la forma, el mejor discurso nunca pronunciado por el Rey, un discurso que además, a mi entender,  le posiciona una vez más como el más serio responsable público de su generación y sin duda el que mejor está realizando la función que la constitución le ha encomendado. 

El Rey pide cuidar la democracia y fortalecer las instituciones tras el choque de poderesEl Rey pide cuidar la democracia y fortalecer las instituciones tras el choque de poderes
16 comentarios
  1. VMorghulis

    Lo que manda huevos (como diría aquel) es que el Rey tenga como única defensa un discurso de 5 minutos contra todo un gobierno de España que lo está atacando día sí y día también.
    Si la institución sale de ésta, no sé qué más puede derrocarlo.

  2. Libe_Aldecoa

    Así es.

  3. Psilvia

    Sospecho que su «excelsa» columna está más destinada a burlar el discurso del rey que a elogiarlo, César. En realidad, nada había que interpretar, bastaba con reproducir de forma literal lo que dijo el monarca y qué no da lugar a equívocos, interpretaciones partidistas o sinfonías periodísticas bufonesas y rimbombantes que distraen de lo esencial.

    Dijo textualmente que los valores constitucionales son los referentes donde los españoles deben seguir encontrando la unión, la convivencia, el progreso y guiarse por la razón (seguro que sabrá identificar a los que objetivamente reniegan de ellos por acción o por omisión)). Se refirió explícitamente fortalecer las instituciones, que deben guiarse por la razón (no por el delirio mesiánico de ningún psicópata en activo) , respetar la constitución, responder al interés general (no al particular del gobierno ni de su banda, incluida la cretinez ostentada por la marca podemita) y ejercer sus funciones con colaboración leal, con respeto a la Constitución y a las leyes (y no a pasar por encima de ellas de acuerdo al populismo más rancio).

    El eje central de su discurso puso en valor la necesidad de cuidar y fortalecer nuestra democracia, actualmente en peligro y amenazada por la división, el deterioro de la convivencia y la erosión de las instituciones. Recordó expresamente que la Constitución, después de sus casi 45 años de aprobación, representa la unión lograda entre todos los españoles, que el espíritu que la vio nacer, sus principios y fundamentos constitucionales (a los que se quiere anular o denigrar) son un valor único en nuestra historia constitucional y democrática: el lugar donde vivimos y convivimos en libertad.
    Insistió en no dar por hecho todo lo construido hasta ahora y en la necesidad de cuidar la democracia de nuestro país, una de las grandes naciones del mundo con muchas siglos de historia (que además de superar adversidades, está muy por encima de la mezquindad de sus gobernantes, y de sus esfuerzos activos por destruirla)

1 2 4
Inicia sesión para comentar