MyTO

Referéndum y pedagogía

«¿Olvidamos que los independentistas quieren rebajar la edad electoral a los 16 porque saben que esa generación creada en la escuela pública come de su mano?»

Opinión

Ilustración. | The Objective.

  • Madrid, 1967. He sido columnista en Libertad Digital, Vozpópuli y El Español. Ahora escribo en La Razón y THE OBJECTIVE y hablo en Herrera en Cope. Soy profesor titular de Historia del Pensamiento en la UCM. Tengo unos cuantos libros de historia y política.

Pere Aragonès es el heraldo que Sánchez nunca quiso tener. Da las noticias que el presidente oculta, y siempre en el peor momento para Moncloa. Lo mismo hace Gabriel Rufián, que suelta lo que ERC necesita, y siempre como forma de presión a Moncloa porque sabe que la verdad hace daño al PSOE

Sánchez quería aparecer como un político altruista que reparte los fondos que previamente nos había quitado, y va Pere Aragonés y abre la boca. Esas cosas que rompen la soberanía nacional, como un referéndum, no se anuncian con un año de antelación. Se pactan en mesas bilaterales secretas. Y solo cuando todo está bien atado, con sus magistrados en el Tribunal Constitucional, se suelta. 

Así, Sánchez ha tenido que improvisar una declaración incómoda el día de la devolución del dinero que previamente nos ha quitado. «Hoy la Constitución se cumple», ha dicho. «Mañana, ya veremos», cabría añadir. 

El sanchismo quiere enterrar el procés cuando ha sido el Gobierno quien le ha insuflado vida con los indultos, la eliminación de la sedición y la rebaja de la malversación. Los promotores del procés están otra vez en la calle, y lo volverán a hacer. Ya lo dijo Jordi Cuixart, líder de Ómnium Cultural: «Lo volveremos a hacer. Lo haremos juntos. Y lo haremos mejor». 

Sánchez y sus secuaces están convencidos de que nos pueden endilgar la historia de que el referéndum de autodeterminación que va a tener lugar en Cataluña es una consulta de otra cosa. De lo que sea. Un Estatuto nuevo o una pregunta sobre bienestar identitario. Algo así como «¿Está Vd. satisfecho con la relación entre Cataluña y España?». Vale, pero para los independentistas será parte del procés. 

«La izquierda ve con buenos ojos algún tipo de consulta»

Sánchez cree que esto, sin embargo, le permite sobrevivir. Una buena parte de los catalanes está convencida de que no hace daño a nadie el realizar una pregunta de nada. La izquierda, por otro lado, como escribimos aquí la semana pasada, ve con buenos ojos algún tipo de consulta. Incluso aceptaría que los catalanes pudieran decidir «su futuro». 

Sí, ya sé que eso supondría una ruptura del Artículo 2º de la Constitución, pero es que el texto de 1978 les da igual. Ya dijimos que la mayoría de los izquierdistas piensan que la Carta Magna es letra vieja, enmohecida y chunga. Son votantes que están más cómodos con Rufián y Otegi, que con Feijóo y Arrimadas. 

Llegados a este punto todo es posible. Sin embargo, hay algo que no falla en esta querida España nuestra. Me refiero al conocido recurso a la «pedagogía». 

En toda conversación sobre la situación política que nos acongoja siempre hay alguien que acaba diciendo que el problema es que en las escuelas no se enseña la Constitución ni la importancia de la Unión Europea. Esto lo suele rematar su  interlocutor soltando eso tan arrogante de «¡Hace falta pedagogía!». 

La escena se completa si hay un tercero que media en el debate y suelta la ocurrencia definitiva: «Los políticos deberían hacer esa pedagogía». En fin. 

A ver. No solo tenemos políticos que no saben hacer la ‘o’ con un canuto, sino que no tienen profesión fuera de la política. La mayoría hizo su carrera con el vasallaje al mando de turno y el apuñalamiento al compañero. A la política no van los mejores. Es hora de reconocerlo. Las instituciones se llenan con tropa de partido que está muy lejos de estar capacitada para explicar el funcionamiento de una democracia liberal

Lo hemos visto hace nada, cuando los diputados de la coalición Frankenstein dijeron a los cuatro vientos que la soberanía popular está por encima de la ley. O a Patxi López, portavoz del Grupo Parlamentario socialista, que a duras penas enlaza dos palabras que no vulneren el Estado de Derecho. ¿En serio vamos a dejar a estos políticos que hagan «pedagogía»? 

«Los profesores universitarios nos encontramos con alumnos que no saben el significado de las siglas URSS»

La idea de la «pedagogía» es no tener los pies en la realidad. Al fondo de todo esto se encuentra el mito de la educación pública que sufrimos desde la Ilustración. Pensamos que todo se arregla yendo a la escuela pública, desde el racismo al cuidado del medio ambiente, la inmersión lingüística en el idioma local, o la defensa de la democracia. 

¿Es que olvidamos que los independentistas quieren rebajar la edad electoral a los 16 porque saben que esa generación creada en la escuela pública come de su mano? Pues nunca falta el intelectual o el periodista, incluso el académico, que quiere descargar sobre la educación pública la supervivencia del sistema. 

Los profesores universitarios nos encontramos con alumnos de 1º que no saben qué fue la Guerra Fría, o el significado de las siglas URSS, o de palabras del español corriente. Muchos cometen faltas de ortografía más allá de lo normal a su edad, no saben redactar ni estructurar una idea, no conocen la alta cultura, ni entienden un cuadro estadístico.

A esta generación se les ha robado el futuro. Fueron a la escuela buscando formación y encontraron adoctrinamiento. Salieron de las aulas pensando que estaban bien formados porque sabían distinguir un gesto racista, un acto machista, la contaminación o la maldad infinita del capitalismo. 

Incluso creyeron que eran libres porque les dijeron que lo importante era la autodeterminación sexual. Y eso por no hablar de los que recibieron inmersión nacionalista. ¡Cuántas horas de clase malgastadas! ¡Qué juventud perdida! 

Hoy no hablaré del cuerpo docente español, al que algunos toman como el Ejército de Salvación Democrático Nacional para manejarlo a su capricho de partido. Otro día. 

27 comentarios
  1. Incandescente1

    En relación con mis múltiples comentarios acerca de la no salida TOTAL de Cataluña ni de las Vascongadas, tengo que traer dos conceptos interconectados:

    La perdida de la nacionalidad:
    «Estén emancipados, residan en el extranjero y adquieran voluntariamente otra Nacionalidad. Pueden evitar esta pérdida si en el plazo de tres años declaran su voluntad de conservar su Nacionalidad. La adquisición de la Nacionalidad de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial o Portugal no es bastante para producir por esta causa la pérdida de la Nacionalidad Española.»

    La doble nacionalidad .

    Podría llegar el caso de que ambas regiones sean independientes, pero llenas de españoles que votan, nombran gobiernos y reciben ayudas del resto de España. Por supuesto la influencia sería de ellos sobre nosotros, pero no al revés, cómo ahora, pero más patético y humillante.

  2. Benito

    No creo que se trate sólo de la educación. Todos conocemos a auténticas eminencias en lo suyo, a “intelectuales” pata negra como por ejemplo catedráticos, magistrados, historiadores, escritores, científicos, investigadores, “pensadores”, etc., profesionales de muchísimo prestigio social cuyo problema es que están fanatizados hasta el tuétano.

    El problema es el FANATISMO. Y fanáticos hay en todas las esferas de la vida privada y pública, y en todos los estamentos sociales. El fanatismo tiene que ver, en sentido negativo, con las fobias a algo, ya sea una idea o una situación, o a alguien que representa ese algo. Los manipuladores se sirven de estas emociones negativas para influir a la gente inculcándoles miedo y odio.

    El fanatismo en sentido positivo aparece con la IDENTIFICACIÓN. Normalmente con unas ideas o valores que se hacen propios. También se sirven de esto los manipuladores.

    La pregunta es: ¿qué odia un independentista catalán o vasco? Pues a todo lo español. ¿Con qué se identifica? Pues con lo catalán o lo vasco. ¿Qué odia alguien de izquierdas? Pues a la iglesia católica, al fascismo, a los fachas, a los tradicionalistas, a los conservadores que huelen a rancio. ¿Con qué se identifica? Pues hoy en día con el feminismo, el ecologismo, el plurinacionalismo, el aconfesionalismo, el multiculturalismo, la “ilustración”. Y el nivel de formación o educación de los independentistas y de la gente de izquierda no es relevante, porque están en todos los estamentos sociales.

    En una cosa sí te doy la razón, Vilches, esa de que “No solo tenemos políticos que no saben hacer la ‘o’ con un canuto, sino que no tienen profesión fuera de la política” y yo añadiría, y que están fanatizados “ad nauseam”, y viven de incentivar el fanatismo de las masas. De eso vive la partitocracia, señores, del fanatismo fóbico y de la identificación con unos partidos, sus líderes, sus siglas, sus símbolos e incluso sus colores.

    Por cierto, fanáticos hay en la escuela/universidad pública y privada…

  3. andoniakis

    Lo de la consulta es el caballo de troya para meternos sin piedad la republica confederal asimetrica de las naciones de España.
    Es el plan del psc.
    Nos diran que la unica forma de conservar a Cataluña y pais vasco es la forma confederal del estado. Y nos la meteran a fondo y sin piedad.
    Ahi esta metido este psoe hasta el corvejon, incluidos los payasos de CLM y Aragon tan modositos ellos y solo un pelin respondones cuando ven su poltrona en peligro.
    Incluso hasta el Rey Felipe sera conminado a haceptar la nueva forma de estado o a largarse con viento fresco.
    A los golpistas les haria ilusion un estado tipo Commonwealth con un rey de trampantojo que justifique sus planes.
    Y sobre todo, abandonad toda esperanza.
    Ni Cataluña ni Pais Vasco pueden ya renunciar a seguir muñiendo a la vaca española via subvenciones, traspasos y haciendas forales. Aqui nadie quiere independencia de verdad a la Irlandesa o escocesa.
    Aqui lo que quieren es que nadie les pueda juzgar cuando les pillen con la mano en las carteras ajenas y seguir gastando el presupuesto como hasta ahora, donde les da la gana, amiguitos incluidos.

Inicia sesión para comentar