THE OBJECTIVE
Luis Antonio de Villena

Salud a todos al empezar el año

«Tiene razón Francisco: A trozos, la 3ª guerra mundial. Además, crisis de todo tipo (economía, educación) recorren Europa y hasta en este nuestro idílico mundo, todo va a peor»

Opinión
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Salud a todos al empezar el año

«¿Existe aún de verdad Libia, tras la caída del loco Gadafi?»

Sí, 1 de enero: Ianuarius. El mes consagrado a Jano, dios de las puertas, de lo que sale y entra y por tanto emparentado con “ianua” (puerta, en latín) es decir, enero -ianuarius- es la puerta del año. 2023. ¿Qué trae? ¿Qué se espera? Al decir “feliz año nuevo”, el poeta Jaime Gil de Biedma, de quien fui amigo, decía que lo importante es que el año entrante fuese de verdad “nuevo”. Él sabía, como todos, que eso -tan codiciable- era sencillamente imposible.

El año 2023 sólo puede ser, de momento, una mera continuación del 22. No tengo al papa Francisco -que tan mal entiende España, adonde no debiera venir- por ninguna lumbrera en el saber humano, es más, basado en un populismo mercachifle, muy negado incluso con el esplendor de la Iglesia Romana, ha dicho en estos años no pocas sandeces. El peor pontífice de los últimos tiempos. Pero hete aquí que este hombre de torpes luces, en su homilía navideña, desde el balcón de San Pedro, dijo una nítida verdad, no original es cierto, pero nunca oída de labios papales: “Vivimos la 3ª guerra mundial”. Obviamente no es una guerra única y brutal. Es una guerra muy plural (se manifiesta en realidad como muchas guerras) eso sí igualmente brutales. Acaso la 3ª Guerra Mundial empezase en 1946 o muy poco después y no ha cesado ni tiene pinta de ir a hacerlo.

«Vivimos la 3ª guerra mundial. Obviamente no es una guerra única y brutal. Es una guerra muy plural (se manifiesta en realidad como muchas guerras) eso sí igualmente brutales»

Pero las guerras -ay- se rigen desde hace mucho, en el mundo de la publicidad y del mercado, por la actualidad cuanto más horrible mejor, y por la moda. Un tiempo se habla mucho de una determinada guerra y luego se silencia, no está de moda, pero continúa con muertos y destrucción fuera de todas las primeras planas. Cuando EEUU (y los aliados occidentales, allá estuvimos) destruyó por venganza Iraq y mató a Sadam Hussein, poco más que un títere cruel, el país entre ríos quedó devastado -miles de tablillas cuneiformes perdidas- y entonces los yanquis se largaron, dejando todo manga por hombro. Desde aquel momento el país languidece entre gobiernos títere y muertes y pobreza. Los que pueden se van, pero Iraq ya no es noticia.

Peor Siria, dividida y destruida, es guerra y hambruna y desastre incesante, pero su momento de ser titular pasó ya. ¿Hablar ahora de un Al-Assad que algo manda, pero ya olvidado? No toca. Hoy la guerra por antonomasia es la de Ucrania invadida por el terrible Putin, alma de comunista-zarista. Ucrania es noticia no sólo por los miles de muertos y las ciudades destruidas (víctima siempre la población civil) sino, en verdad, porque es el desolador paisaje de otro pulso entre EEUU -que vuelve a utilizar a Europa- y Rusia gigante, bajo la mirada interesada de China. Se dirime la hegemonía mundial, pero también el control de la energía, no el gas tan sólo.

¿Hablamos de Afganistán? Más de veinte años de martirio y no se atisba el fin. Los gringos destruyeron todo y se marcharon sin solucionar de fondo nada. Y los talibanes han vuelto y sigue su medievalismo salvaje. Como sigue un islamismo radical y cruel con los ayatolás de Irán, sin guerra (digamos) pero brutal represión, detenciones y ejecuciones en plaza pública. Fue noticia porque hubo ahorcados al aire libre, y nada ha cambiado, pero oigo decir ¡no vamos a hablar de Irán cada día!. En la lista de guerras de perímetro pequeño, reales, potenciales o alternadas -explotan y parece que se tranquilizan, pero no- hay que mencionar el Congo, Mali, Camerún, Etiopía, Sudán del Sur, Chad y -fuera de África- Myanmar, la antigua Birmania. Detrás de muchos de estos conflictos hay descolonizaciones mal hechas, de las que sacaron partido los grandes potentes depredadores muy mencionados. ¡Y hay tantos casos más!

¿Existe aún de verdad Libia, tras la caída del loco Gadafi? ¿O es un territorio dividido entre señores de la guerra, el petróleo y la guita, todo casi peor que antes? ¿Nos olvidamos de Cuba o Venezuela, ya longevas dictaduras? ¿Obviamos las situaciones de pobreza e inseguridad de tantos lugares de América Latina, donde EEUU tanto ha metido mano? Tiene razón Francisco: A trozos, la 3ª guerra mundial. Además, crisis de todo tipo (economía, educación) recorren Europa y hasta en este nuestro idílico mundo, todo va a peor. Me callo. ¡Feliz 2023! Y no hablamos de las infelicidades de cada quien. El mundo no está bien hecho.

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