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Descolonizar el Estado y otros unicornios

«Sin una conciliación entre los líderes, Feijóo y quien esté en el PSOE, será difícil emprender una transición que nos devuelva a la democracia liberal»

Opinión

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  • Madrid, 1967. He sido columnista en Libertad Digital, Vozpópuli y El Español. Ahora escribo en La Razón y THE OBJECTIVE y hablo en Herrera en Cope. Soy profesor titular de Historia del Pensamiento en la UCM. Tengo unos cuantos libros de historia y política.

La propuesta del PP con 60 medidas para regenerar la vida política está bien, pero es inviable. La democracia herida por Sánchez necesita con urgencia descolonizar el Estado para respirar y no caer en la negra lista de los países autoritarios. Por supuesto. Sin embargo, será cazar unicornios si esa depuración no se hace con un consenso político tan amplio que incluso abarque a este PSOE caído en desgracia.

El Gobierno de Sánchez debería servir para aprender que cuando un partido asalta el Estado la democracia pierde calidad. Las instituciones estatales son algo neutral, como una maquinaria neutral que responde a las políticas circunstanciales de un Gobierno. Ya no lo es en España. El Estado debe volver a ser «el más frío de todos los monstruos fríos», que escribió Nietzsche, compuesto por funcionarios de carrera, independientes del político de turno. 

El socialismo tiene la fea costumbre de invadir el Estado, de confundirlo con su partido y su Gobierno. Piensan que la clave de su éxito está en poner el Estado al servicio de su programa, no de la democracia o de los ciudadanos. Porque la izquierda equivoca una convocatoria electoral a Cortes ordinarias con un plebiscito para obtener el poder absoluto

El PP debe entender, por tanto, que si no limpia el Estado de las partículas sanchistas que obstruyen los engranajes va a ser un motor que no va a funcionar para la democracia, sino para el PSOE. Esto no significa solo despedir a los socialistas colocados por su líder en la administración, sino endurecer legalmente el acceso a los más altos puestos y asegurar su independencia. 

Estaría bien, dentro de la cacería de unicornios propia de una campaña electoral, que devolver al Estado a su posición neutral se hiciera con el máximo consenso político. Esto va a ser prácticamente imposible porque el PSOE se ha echado al monte abrazado a ERC, Bildu y Podemos hasta el final, asumiendo sus formas y contenidos. Y no hay otro partido socialista en ciernes. 

«La descolonización del Estado puede quedar a medio camino entre el deseo de un gobierno en minoría y una oposición antisistema»

No es conveniente que sea solo un partido, con una mayoría exigua en unas próximas Cortes, el que casi en solitario emprenda la tarea de neutralizar el Estado. Enfrente se encontrará con la fiera herida, con un PSOE que afila cuchillos constantemente, dispuesto a lo que sea, como se ha visto, incluso al bloqueo institucional junto a sus aliados de la coalición Frankenstein.

La descolonización del Estado puede quedar así a medio camino entre el deseo de un gobierno en minoría, y una oposición casi antisistema. Sin una conciliación entre los líderes, Feijóo y quien esté en el PSOE, será difícil emprender una transición que nos devuelva a la democracia liberal y aleje el fantasma autoritario. 

Ni siquiera sería recomendable que esa tarea fuera un acuerdo del posible Gobierno entre el PP y Vox. Nos encontraríamos en la misma casilla de salida. La izquierda y los nacionalistas lo tomarían como una cuestión de partido, de la «derecha y la extrema derecha»

Nos encontramos, por tanto, que solo una resurrección del mejor espíritu del bipartidismo, el de la Transición, y la responsabilidad de los grandes partidos, puede limpiar la democracia que ensució el sanchismo. Haría falta otro PSOE o que Su Sanchidad volviera a nacer. Ambas cosas son improbables. 

Descolonizar el Estado debe ser la primera tarea del Gobierno de Feijóo si llega al poder. Es preciso resucitar al «monstruo frío», resignificarlo como servidor de la democracia, la Constitución y la ley, y no de un proyecto personal. Necesitamos volver a confiar en los mecanismos públicos. Sin embargo, y he aquí la paradoja y el problema, no será completo y eficaz sin el PSOE. Mientras tanto, será una cacería de unicornios. 

16 comentarios
  1. andoniakis

    Existen dso virus desde los 70 que necesitan anticuerpos porque estan llegando ya a organos vitales: el socialismo que ha evolucionado del practicismo de F. González al bolivarianismo de Sanchez y Podemos que ha absorvido al PCE y variantes. Junto a ellos los nacionalismos etnico-fascistoides catalane y vasco.
    Todos ellos han impregnado la vida publica, desde la política. Universidades, escuelas publicas, medios de comunicacion, colegios profesionales, y hasta instituciones deportivas como el Barça y como no instituciones judiciales y de control como la CNMV.

    El virus esta ya extendido, pero inocular un virus de efecto contrario no es la solucion como bien dice el articulista sino entrar en metastasis acelerada.

    El estado fuerte es el estado autonomo que ve pasar gobiernos sin inmutarse y sin cambiar puestos clave. Eso lo hemos perdido hace demasiado.

    *pd: la iniciativa de autodestruccion empezó por los organismos menos controlados, como son las comunidades autonomas que han crecido sin control alguno pasando ya a ayuntamientos ideologicamente sesgadisimos como el de Barcelona, le pese o no al Houdini Collboni.
    Con Sanchez es el mismo estado el tomado por los nuevos creadores de opinion que deciden quien es facha y quien es progresista.

    Urge volver a lo que ya vivimos y que se parecia al modelo anglosajon del «public servant» para alejar el peligro inminente de convertirnos en una republica bolivariana mas con su Tirano Banderas al mando.

  2. ToniPino

    El problema no es solo que es inviable porque el PSOE es hoy un partido radical que se ha salido del marco de convivencia del 78, sino porque el hecho de que el PP y el PSOE, a los que también podrían sumarse otros partidos, se pongan de acuerdo para mejorar la calidad de nuestra democracia, me temo que sería visto por algunos como un sospechoso pacto PPSOE, ya sabes, PP=PSOE, que es el mantra de Vox. Sin la ecuación, Vox no sobrevive.

    El sistema del 78 es imperfecto, ha generado abusos, errores y corrupciones y ha empeorado notablemente con Sánchez y sus políticas, y por eso necesita reformas y mejoras, pero son imposibles, no solo por el PSOE, sino también por los extremos. En las grandes reformas consensuadas sí que estamos en un callejón sin salida.

  3. Pasmao

    Buenos días Vilches

    El problema es que lo que nos está vendiendo de fondo es esa «gran coalición» entre PP y PSOE, presupongo que liderada por el PP, para entre ambos descolonizar el Estado y así hacerlo viable y además democrático.

    Pero lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible.

    Por el lado del PSOE (izquierda en general), en este medio, hemos tenido a ilustres firmas denunciando en el propio PSOE lo que usted comenta. Pero en general se han hecho los locos a la hora de ir más atrás, básicamente Zapatero, aunque el entierro de Montesquieau y los GAL con MrX fueran un peligroso antecedente.

    Esa izquierda, «socialdemócrata» incapaz de reconocer sus pecados originales es tan culpable como Sánchez.

    Y por el otro lado tenemos a ese PP, básicamente Rajoyano, que expulsó a liberales y conservadores de su partido, que teniendo una supermayoría absoluta en 2011, y lo que es más importante, un PSOE hundido y sin capacidad de reaccionar:

    1- No deshizo NINGUNO de los destrozos, no sólo ideológicos, sino de intromisión en el Estado que hizo Zapatero

    2- Los utilizó para/en su propia conveniencia

    3- Los potenció. El caso de Montoro y las nuevas “leyes” tributarias, dícese de novedosas interpretaciones de leyes anteriores, o la licencia para disparar a todo lo que se mueva, comisión mediante es paradigmático.

    4- Como tenía a esa izquierda (PSOE) machacada moralmente y necesitaba un prieta sus filas (las del PP) ante esa suma de despropósitos, fabricó desde el poder una nueva izquierda que si diera miedo (Podemos/Iglesias) para cohesionar un voto que si no se les escaparía a chorros. Comienzos del 2014 ¿alguien se acuerda? Un atentico caso de bombero pirómano.
    Todo ello se sintetiza en una frase de Don Mariano “Eso no se toca”

    ¿Qué podría salir mal?

    Y lo que veo imposible es que los herederos de ese PP, del que se sienten tan orgullosos como esa izquierda que se lamenta de Sánchez pero no de Zapatero, puedan hacer una reforma que ponga el Estado a disposición de los ciudadanos y no de sus intereses. Y menos en comandita.

    Comandita y coalición empiezan por “CO”. Yo más bien usaría lo comandita.

    Un saludo cordial.

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