MyTO

El feminismo como identidad colectiva

«Del feminismo de la igualdad se ha pasado al feminismo de la identidad: la mujer es igual a las demás mujeres, pero no a los hombres»

Opinión

Manifestación del 8-M en Madrid.

  • Desde siempre me ha gustado leer y escribir. En el Derecho he
    encontrado el rigor del método y en el periodismo el gusto por la
    literatura. Prefiero hacer reflexionar al lector que convencerle. Me
    considero racionalista, liberal y socialdemócrata.

¿En qué se parecen, hoy en día, feminismo y nacionalismo? A primera vista podría decirse que en nada, que se trata de ideologías y de movimientos sociales muy distintos. Sin embargo, si lo pensamos con más detenimiento, podemos encontrar ciertas coincidencias.

Una primera, el carácter crecientemente dogmático y fundamentalista de ambos movimientos al convertirse en ideologías y creencias cerradas que no admiten discusión. El nacionalismo, por ejemplo el catalán, que he vivido de cerca, se fraguó sigilosamente en los ya lejanos tiempos de Jordi Pujol con una intolerancia que hoy se hace visible, pero que viene de lejos: ya entonces no admitía discrepancia alguna. Es decir, si se osaba criticar la política lingüística, aun en aspectos no esenciales, inmediatamente eras tachado públicamente de anticatalán y de nacionalista español. No se analizaban tus argumentos, que por supuesto eran discutibles, sino se te descalificaba personalmente por atreverte a disentir. Así creaban una espiral de silencio: nadie debía opinar sobre esta cuestión.

Ahora tengo la sensación que pasa lo mismo con el feminismo. La reacción ante el caso La Manada me lo ha recordado. Es discutible el fallo de la sentencia y también el voto particular. Pero hay que argumentar el disentimiento con razones, no puede desacreditarse la resolución judicial sin haberla leído, entendido y meditado. Sin embargo, en el momento de pronunciar la sentencia, de 300 páginas por cierto, ya estaban montadas las manifestaciones para protestar contra la misma. Sin estudiar detenidamente las pruebas, los manifestantes ya habían dictado el veredicto. ¿Por qué? Porque se presuponía de antemano que era un ataque al feminismo, entendido como una creencia fundamentalista y dogmática.

¿Cuál es el hilo que conecta feminismo y nacionalismo? La creencia en una identidad colectiva, sea el género mujer, sea la nación. En la tradición ilustrada y democrática, el feminismo era otra cosa, defendida trasversalmente, aunque falte un buen trecho para que la igualdad entre hombres y mujeres sea real. Pero los avances son mayores que en la igualdad entre clases sociales.

«Esta deriva, pasar de la igualdad de derechos a la identidad colectiva, es lo que asemeja el feminismo con el nacionalismo»

Ahora bien, del feminismo de la igualdad se ha pasado al feminismo de la identidad: la mujer es igual a las demás mujeres, pero no a los hombres. Incluso, se dice, la identidad (colectiva) de la mujer se fundamenta en aquello que la diferencia del hombre y, en muchos casos, se afirma precisamente contra el hombre. Esta deriva, pasar de la igualdad de derechos a la identidad colectiva, es lo que asemeja el feminismo con el nacionalismo. De la Ilustración hemos pasado al romanticismo, de las ideas a las creencias.

La igualdad de derechos entre hombres y mujeres tardó en triunfar pero al fin lo consiguió. De los ideales sostenidos por la generación del 68 probablemente el feminismo es el más logrado.

Queridos lectores: todo lo escrito hasta aquí es la reproducción íntegra de una columna que publiqué el 9 de mayo de 2018 en el diario El País bajo el título Feminismo y nacionalismo. Al repasarlo, sólo he efectuado mínimas modificaciones de estilo que no afectan para nada ni al sentido ni al fondo del artículo. Me dirán ¿por qué he reproducido un texto, breve y hoy banal, publicado hace casi cinco años? Les explico.

Como habrán leído, mi columna mantiene como idea principal que el feminismo de última ola (no el liberal y democrático basado en la igualdad) y el nacionalismo (ponemos como ejemplo el catalán) coinciden en que ambos son fundamentalistas e identitarios: no admiten discrepancia alguna y están basados en una identidad colectiva que limita las libertades individuales y son por tanto contrarios a la democracia liberal. No se trata pues de una crítica al feminismo sino a una de sus tendencias, en concreto la que está de moda en los últimos años, especialmente en EEUU, la tendencia queer, entonces imagino que ni siquiera sabía que se llamaba así.

Pues bien, esta posición crítica fue detectada inmediatamente en la redacción de El País. Envié por email mi original hacia las 19 horas, como era habitual, para que se publicara al día siguiente, lo cual suponía que estuviera compaginada a las 12 horas de la noche. No había tiempo que perder: la periodista que los recibía avisó a otras compañeras e, inmediatamente, seis o siete de ellas comparecieron ante el subdirector de opinión para conminarle: «Este artículo de Francesc no va a salir mañana».

Extrañado, pidió que le dejaran leer la pieza. Tras examinarla con detenimiento, les dijo: «Podéis estar en desacuerdo, podéis escribir un artículo que defienda posiciones diferentes, pero es una columna correcta en las formas y razonada en el fondo, no veo ningún motivo para que no se publique siendo además Carreras un colaborador habitual al que reservamos un espacio ese día todas las semanas». Ahí no acabó la cosa, desde luego: el comité de feministas estuvieron casi una hora presionando al jefe que tuvo que defenderse como pudo. Se publicó y yo me enteré de todo este lío al cabo de unos días.

«El feminismo ‘queer’ considera que los partidarios del feminismo clásico, el de la igualdad, deben ser ‘cancelados'»

Esta anécdota es ilustrativa en dos aspectos. Por un lado, es indudable que este feminismo queer es intolerante, no quiere ser sometido a críticas, en palabras de hoy considera que los partidarios del feminismo clásico, el de la igualdad, deben ser «cancelados». En el caso de mi columna, el grupo de periodistas no pedían al subdirector de Opinión publicar un artículo exponiendo sus propias posiciones sino que las mías simplemente no se publicaran.

Por otro lado, el fondo de la cuestión es la identidad colectiva, como en el nacionalismo pero cambiando nación (identitaria) por género (no por sexo). Una visión esencialista de la mujer como una persona que se distingue del hombre no por su sexo (un dato biológico) sino por lo que se llama, también en otros ámbitos, un «constructo cultural», una idea indefinida debida a los filósofos postmodernistas franceses de los años sesenta (Foucault, Lacan, Derrida, entre otros), influidos por corrientes contrarias al racionalismo (Nietzsche, Freud, Heidegger) que se trasplantó a las universidades norteamericanas en las décadas siguientes y de ahí su gran influencia. De ahí leyes tan ideologizadas como la llamada ley trans, en que cualquiera, sin más explicaciones, pueda pedir en una ventanilla de la Administración el cambio de género: uno es, en ese ámbito, lo que quiere ser, hombre o mujer, sin estar determinado por el sexo.

Todas estas modas, puestas en manos de políticos tan poco experimentados y prudentes como los de Podemos, han generado la conflictiva situación actual en el Gobierno y en la mayoría parlamentaria. Es posible que Pedro Sánchez en su próxima y forzosa remodelación del Gabinete cese a los cargos ministeriales que más se han distinguido en complicar este asunto. Es muy probable que al PSOE le favorezca electoralmente un final de legislatura sensato y pacífico después de tanto ajetreo atolondrado, tantas vueltas y revueltas sin dejar clara la dirección en la que se quiere ir excepto en seguir en el poder.

19 comentarios
  1. 23xtc

    le recuerdo que en en diciembre de 2019 la web del TJUE publica la condena al estado y al gobierno que aprobó una ley civil de «GÉNERO», que daba más pensión y grado de discapacidad a las mujeres por el hecho de serlo, textual en la web, esa sentencia del TJUE. España.

    Esa ley los de Rajoy, Soraya, feminista ella y letrada del estado, la consiguieron lobistas como Altamira y Valcárcel, «las mujeres deben ser compensadas por dejar su trabajo para cuidar hombres y la familia». Sentencias compensatorias que conceden los tribunales civiles españoles a las mujeres con hasta 200.000 y una pasta cada mes por un periodo según casos de las mujeres.

    Un hombre sin ayuda ni partido político que le respaldará, asociación, presentadora que genera opinión, nada ni nadie, solo su empeño en demandar justicia a la S Social y como perdió al contencioso administrativo, hasta el TJUE.

    No me creo que no conozca de pe a pa todo esto.

    Ese es el problema, usted habla y escribe, si, bien. Pero una cosa es pregonar otra dar.

    Ese hombre si me inspira respeto y admiración, usted no, ni Leguina u como sabe es muy de decir hace dos añitos escasos que las leyes penales feministas son inconstitucionales. Y que señores.

    Además no ha querido aprovecharse como tantos., tantas, tantes, haciendo su propia promoción por si caía algo que llevarse a la boca

  2. 23xtc

    si su reflexión sincera fuese que se hacen leyes feministas que van en contra de la igualdad entre seres humanos en España, porque el T C no lo cree y usted si, que razón hay para que el Supremo fundamente jurisprudencia como la de Juana Rivas, conceda el gobierno indultos a una mujer condenada por haber matado un hombre en España. A secuestradoras de menores, y las que huyen sin control policial con los hijos a países como Suiza Y se abrazan con ellas los presidentes- presidentas de gobiernos autonómicos, Y se piden indultos desde medios de comunicación del cuarto poder por periodistas serviles con sus jefas.

    Que nombre tiene un comité de feministas unidas todas en todos lo frentes que presionan a todo ser vivo que se mueve, ante la impotencia y el miedo generalizado Don De Carreras

  3. 23xtc

    Don De Carreras, muy bien, quien soy yo para no estar de acuerdo, pero, pero usted debe reflexionar, debería hacerlo, usted es catedrático en derecho constitucional y se jacta de esto, y ha elaborado actividades políticas fuera y dentro de la Generalitat. Y ha firmado propuestas para que «los catalanes se sientan a gusto en España», por ejemplo lo de Santiago Muñoz, un bodrio en mi opinión que no hay por donde cogerlo que a unos impresentables constitucionalistas les fue como anillo al dedo.

    Pero no es este mi meollo, digamos que mi sorpresa con personas como usted, o Leguina, o Savater y más, con ejemplos con usted es decir que saben como hacerlo si quieren, es que no han movido un dedo por lo mismo que usted ha descrito aquí y ahora, «el comité de feministas». Dice usted «los manifestantes ya habían dictado el veredicto», no y si, Se olvida del comité de feministas CLASICAS, esas que usted tanto valor da algunas hoy canceladas por el de Irene, esas CLASICAS unidas todas a una movieron su poder para acosar a un juez en la calle y en medios digitales y audiovisuales, y lo sabe don De Carreras, lo sabe. Altamira, Valcárcel, THEMIS, Pilar Sepúlveda…..Griso, Ana Rosa, Beni, Palomeras, Pilar Álvarez.

    Que es un comité de feministas, Don De Carreras, que presionan desde dentro de los medios de comunicación al cuarto poder, que es un comité de feministas que generan mediática opinión, que es un comité de feministas que presionan para legalizar leyes desde dentro de los partidos políticos y gobiernos. Lo sabe que es.

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