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Paguitas y consumidores vulnerables

«Las ayudas a las familias vulnerables no pueden ser, por definición, universales. El bono energético no se creó para gente como Enrique Ossorio o Mónica García»

Opinión

Mónica García, Isabel Díaz Ayuso y Enrique Ossorio.

  • David Mejía es doctor por la Universidad de Columbia y profesor de Filosofía y Humanidades en IE University.

Escribió La Rochefoucauld que a las personas mayores les gusta dar buenos consejos para consolarse de no poder dar mal ejemplo. Le disculpamos el error porque no conocía a los políticos madrileños. Si los hubiera conocido este aforismo hablaría de cómo los mayores gustan de moralizar al personal para distraerlo de su mal ejemplo. 

Muchos recibimos con asombro que Enrique Ossorio, vicepresidente de la Comunidad de Madrid, se beneficie del bono eléctrico y de calefacción para consumidores vulnerables. No sólo porque lo solicitara -tiene un sueldo de más de cien mil euros anuales y un patrimonio declarado de un millón y medio-, sino porque estuviera en posición de cobrarlo. La cuestión central no es la codicia de Ossorio, sino el deficiente diseño de nuestras políticas públicas. Tenemos un Gobierno que pretende revertir instintos prehistóricos, transformar costumbres, combatir el cambio climático y erradicar la gordofobia, pero es incapaz de diseñar una ayuda para la población vulnerable con criterios de renta.

«Ambos se beneficiaron del mal diseño de una medida; García además lo adornó con un triste ejercicio de cinismo»

La otra cara de la historia es Mónica García. Y utilizo «cara» en su acepción de caradura. García pidió la dimisión de Ossorio por beneficiarse de este bono social, y poco después se supo que su marido también lo había cobrado. Tanto la familia Ossorio como la familia García cumplen la condición para recibir la ayuda: son familia numerosa. Y para ambos, la ayuda de 195,82 euros recibida resulta insignificante. Ambos se beneficiaron del mal diseño de una medida; García además lo adornó con un triste ejercicio de cinismo. Los suyos alegan que García, a diferencia de Ossorio, nunca se refirió a las ayudas como «paguitas». Pero Ossorio tiene parte de razón: para personas con el sueldo y patrimonio del vicepresidente y la jefa de la oposición, una ayuda de 195,82 euros es una paguita. Cuando un bono social no cubre ni un tercio de tus gastos de comunidad es que no eres el destinatario propicio. 

Para distraernos de la responsabilidad del Gobierno en el dislate del diseño de la ayuda, se ha abierto una conversación paralela respecto a la universalidad de otros servicios públicos. No tiene sentido comparar servicios como la sanidad o la educación, de vocación universal, con ayudas de vocación selectiva. Las ayudas a las familias vulnerables no pueden ser, por definición, universales. Pero este episodio no puede servir para complicar los trámites que ya disuaden a muchos potenciales beneficiarios. ¿Debe el Gobierno censar a los ciudadanos vulnerables y dirigir las ayudas exclusivamente a ellos? ¿Debe obligar a los no-vulnerables a devolver las ayudas en su declaración de la renta? No lo sé. Lo que es evidente es que el bono energético no se creó para que lo disfrutaran personas como Enrique Ossorio o Mónica García. Esta ha dicho que va a estudiar la manera de devolver el dinero recibido. También escribió La Rochefoucauld que la moderación de las personas en la cumbre de su eminencia «es el deseo de parecer más grandes que su buena fortuna».

18 comentarios
  1. Pasmao

    Mucho bono social, pero los coches de 50.000 € están subvencionados, mientras que a los vulgares mortales acreedores de la «paguita» no les queda otra que comprar de 2ª mano por 3.000 € sin etiqueta alguna, y sin subvención alguna (por supuesto). Coches que no pueden circular por las ZBE, por pecadores, mientras que los de a 50.000€ subvencionados son todo parabienes.

    Y ustedes callados y sin decir ni mú.

    Ídem con las Semanas Blancas, con subvenciones públicas para que los niños se puedan ir a esquiar, etc..

    Lo de los sindicalistas liberados y funcionarios que están siempre teletrabajando, como dice muy bien GROSSMAN, amén de todos esos kioskos ONG, observatorios, … ni le cuento. Para al final pagar a las meretrices … (supongo que eso si se considera una labor social)

    El problema de esos «bonos sociales» es que la energía podría costarnos la tercera parte de lo que pagamos (Pregunte al Sr Velarde Daoiz, al que últimamente no veo por aquí) si hubiéramos diseñado un sistema energético como dios manda, con muchas nucleares entre otras cosas, mas una política exterior digna de ese nombre, entre otras cosas. Y sin subvencionar molinillos y espejitos.

    Un saludo

  2. Grossman

    Pero los 190 € de la sra hipócrita Garcia es nada comparado con una vida sin darle un palo al agua, una sra rica que no ha trabajado en su vida y que ha cobrado buenos sueldos, incluso tuvo que devolver 12000 del ala que se llevó de más.

    Así que tenemos vocación universal en miles de liberados sindicales que no hacen nada y cobran, miles y miles de funcionarios que no le dan un palo al agua, y cobran, cientos de asesores de la nada que cobran, subvenciones con vocación universal que cobra en este país hasta el tato, aunque esté podrido, que si agricultura, que si periodistas, Sánchez lo primero que hizo cuando la pandemia fue soltar dinero a la prensa, para engrasar con vocación universal.

    País de HIPÓCRITAS.

  3. Grossman

    Lo que más me sorprende de este bendito país es las cotas de hipocresía y de mentiras que ha alcanzado, eso es lo que más me preocupa, no los 190 € de estos srs que se pusieron por ley para que los cobraran, no fue un error sabían lo que hacían y por qué lo hacían.

    Dice el periodista en uno de sus habituales juicios de valor, es decir dar por bueno lo que yo creo que es bueno porque a mi me lo parece, fuera de toda racionalidad, y afirma que la sanidad o la educación SI TIENEN VOCACIÓN UNIVERSAL, que bonito, y todo porque lo digo yo.

    Así pagamos carreras universitarias a miles de hijos de ricos, muchos de ellos que solo van a divertirse por esa esotérica vocación de decir chorradas.

    La ayuda, a pesar del nombre, si tenía vocación universal y era la de ayudar e incentivar a las familias numerosas, sin discriminación, porque uno de los grandes problemas de este país es la natalidad y al parecer te dan dinero solo por procrear, cheques bebés, no pagas impuesto de circulación, etc, aunque seas Amancio Ortega.

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