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Encuestas electorales

«Si las cosas van como parece, podremos despedir del Gobierno a Sánchez y a sus amigos de la ‘coalición Frankenstein’. Y eso no parecen ser malas noticias»

Opinión

Alberto Núñez Feijóo.

  • Joaquín Leguina. Villanueva de Villaescusa (1941). Nací en el año del hambre, pero lo hice en la tahona de mi abuela Pilar. Estudié el bachillerato con los curas escolapios en Santander y la licenciatura en CC. Económicas en Bilbao. Después fui becado en la Sorbona, donde obtuve dos master y un doctorado. También me doctoré en la Complutense. Más tarde saqué la oposición a Estadístico Facultativo del INE (hoy Estadístico Superior) y como tal trabajé para la CEPAL en Chile, donde me pilló el golpe de Estado de Pinochet.
    He sido profesor en la Complutense y concejal en el Ayuntamiento de Madrid. Y diputado nacional. Ah, se me olvidaba (hace ya tanto tiempo), también he sido presidente de la Comunidad de Madrid durante doce años. He escrito novelas, relatos, ensayos y cientos de artículos en variados periódicos y revistas.

Más de un analista político no puede entender por qué Pedro Sánchez, siempre según las encuestas, mantiene un apoyo electoral próximo al 25% de los votantes españoles. Según Juan Carlos Girauta, eso no se entiende habida cuenta «de la ristra de traiciones al sistema democrático, a la memoria de las víctimas del terrorismo, a la Cataluña constitucionalista, a los mejores servidores del Estado, a la honradez, a la estética y a los intereses exteriores de España, esa cuarta parte larga del electorado nos habla de un desapego que merece atención. Sobre todo porque la ristra es absurdamente copiosa. En puridad, bastaría con una sola de las canalladas para que el elector de izquierdas que desea el bien común se bajara de esa bola de demolición. Pactar con Bildu o modificar el Código Penal a la medida de los intereses de los golpistas, por ejemplo. O enviar a toda la escoria etarra al País Vasco para que allí la suelten. O el destrozo incalculable de la ley sueltavioladores. Una sola ignominia bastaría, pero es que hay avalancha. El cariz pernicioso de cada una de ellas es tan claro que en realidad no haría ninguna falta el esfuerzo sostenido por tantos analistas, muchos en estas páginas, para explicar el plan de desarme de nuestro sistema y valores».

Pero vayamos a ello con más serenidad, empezando por las encuestas electorales y escuchemos a uno de los especialistas. Me refiero a Amando de Miguel:

«La razón más corriente para votar a una u otra candidatura es que tal conducta sea consonante con lo que se estila en el grupo de referencia de los familiares y amigos del sujeto. Con todo, tal espíritu convergente no siempre se cumple. Hay, también, un voto rebelde o con personalidad, típico de los jóvenes o de las personas más politizadas».

«Lo que mejor funciona es lo que podríamos llamar el voto inercial. Simplemente, se emite una papeleta, que es la misma de los anteriores sufragios. Se da mucho por parte de las personas mayores o poco politizadas. Es el estrato de población considerado como mayoría silenciosa».

«Una conducta parecida a la anterior es la de los votantes que depositan la papeleta por una cuestión de inercia. Puede que les influyan los resultados de las encuestas. Por aquí se deduce la principal función del trabajo encuesteril: lograr que las previsiones se cumplan. Se comprenderá, ahora, que los dichosos sondeos se levanten para satisfacer las aspiraciones de los distintos partidos».

«Con algunas preguntas sobre el pasado se puede estimar el porcentaje de mentirosos en los sondeos»

No soy especialista en encuestas de opinión como son las encuestas electorales, pero sé que existe entre los que se dedican a ellas gente con gran olfato. Veamos algo de esas encuestas. Se trata de encuestas en las que los encuestados mienten («a quien quiera saber, poco y al revés»), y eso se sabe. Así las cosas, ¿cómo lo pueden empezar a corregir? Con algunas preguntas sobre el pasado, por ejemplo: ¿A quién votó usted en las últimas elecciones? Con la respuesta a esa pregunta se puede estimar el porcentaje de mentirosos porque lo que sí se conoce son los resultados electorales de esas últimas elecciones.

Pero yo me sigo preguntando: ¿es ese indicador el que se aplica automáticamente? La respuesta es no. Entonces, ¿cuál es el método de corrección? Nadie lo sabe y se llama cocina, pero la larga experiencia de algunos de esos adivinadores les ha hecho fiables y la mayoría de ellos dan suficiente ventaja al PP de Núñez Feijóo como para poder gobernar en solitario o con ayuda de Vox. Así que si las cosas van como parece los españoles podremos despedir del Gobierno a Sánchez y a sus amigos de la coalición Frankenstein. Y eso no parecen ser malas noticias.

3 comentarios
  1. Guicciardo

    El PSOE de hoy suspiraría por emular a Leguina siendo presidente solamente en un tercio del tiempo que lo fue, 12 años. En lugar de ello, un PSOE incapaz de pasar del tercer puesto en Madrid echó del partido a su mejor exponente en Madrid, no se si consultaron antes a Tezanos, un cocinero que afortunadamente no ha emulado a otros cocineros de jerarcas europeos, si bien hace tiempo que no prepara un plato digno de ser servido. cuando te llaman los del CIS, si, a veces hasta llaman de verdad, dan ganas de no contestar para no dejar que otros manipulen intenciones en estado gaseoso. En la fórmula 1 el tercer puesto da para soñar, en la política madrileña solo permite pesadillas para sus fabuladores y cuentos de hadas para ingenuos.

  2. Benito

    Bueno, hay otra motivación muy importante a la hora de votar por una candidatura u otra y es el DINERO.

    Recuerdo hace unos 10 anos que hablando con un hombre de Granada sobre política me decía: “en mi familia somos de derechas de toda la vida, pero votamos al PSOE por el PER”. Tal cual.

    Existe un fenómeno muy importante que es la compra de votos. Ayer lo comentaba Jano García: 16 millones de personas entre funcionarios y pensionistas. Si le subes el sueldo y la pensión tienes muchas posibilidades de que la mitad de ellos te voten a ti en masa y no a otras opciones.

    Luego están los chiringutos financiados con dinero público: feministas, LGTBI, memoriahistéricos, cambioclimáticos, etc., etc.

    Sería interesante un estudio sobre la COMPRA de VOTOS en Espana.

    Y del PUCHERAZO que se ve venir hablamos otro día. No es que se sirvan del CIS para establecer el marco mental de “mayoría del PSOE”, es que utilizan Correos, las embajadas que nacionalizan por el mundo a destajo a gente porque sí, las nacionalizaciones en Espana y tienen a INDRA, a la que han dado 40 millones para que se ocupe del recuento y asignación de escanos.

  3. Manuteide

    Pues si..Sr. Leguína…y mucho más probable si después de los fastos del bluff de la Yoli..se desata la guerra en la ultraizquierda como parece. Puede ser un pan como unas tortas la operación de Sanchezstein…y la calle en manos del marqués de Galapagar en el postsanchismo …. No hay mal que por bien no venga..

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