THE OBJECTIVE
José Carlos Rodríguez

Pudimos ser como Irlanda, pero no hemos querido

«No somos tan ricos como los irlandeses porque nos aferramos con espíritu argentino a un modelo fracasado, y que nos va a sumir en la decadencia»

Opinión
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Pudimos ser como Irlanda, pero no hemos querido

Bandera de Irlanda.

El final del pasado año no se produjo la desaceleración que todos esperan para 2023, de modo que el dato final del PIB (que recoge un crecimiento del 5,5%), es mejor de lo esperado. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reaccionó a la noticia diciendo: «Frente a los profetas del apocalipsis, hoy tenemos un fuerte crecimiento económico, la inflación más baja de Europa y récord de empleo». 

No está claro a quién considera un «profeta del apocalipsis». Al parecer, no se refiere a Elías y Moisés, aunque sólo sea porque no tendrá ni idea de quienes son. Supongo que se refiere a quienes le recuerdan que la economía española es la que más tiempo va a tardar en recuperarse de la pandemia

En el lado contrario está Irlanda. Su economía creció en 2022 un 12,0%. Me pregunto cómo hubiera podido Pedro Sánchez hinchar su discurso con un crecimiento como ese. Si ampliamos un poco la mirada, vemos que de 2020 a 2022, ambos años incluidos, la economía nacional ha caído casi un 2,4%. En el mismo período, la economía irlandesa ha crecido un 30,1%. ¿Qué es lo que explica la diferencia de crecimiento de Irlanda y España? 

Cuando España entró en la Comunidad Económica Europea, nuestro país, junto con Portugal e Irlanda, era el más pobre de la UE. Aunque entonces (1986) Irlanda nos sacaba una ligera ventaja en renta per cápita, ésta se anuló en 1992. Desde entonces, los irlandeses han visto cómo su nivel de vida crecía de forma acelerada; mucho más rápidamente que los españoles. Incluso después de los ocho años de 2000 a 2008, en los que los impuestos en España se contuvieron y la deuda pública española cayó al 36%, Irlanda se enriquecía más rápido que nosotros. En el primer año de la Gran Recesión, el PIB per cápita de Irlanda era de 61.353 dólares, y el de España, 35.510

Desde entonces, nosotros hemos ido a menos (el último dato del Banco Mundial para España es de 2021 y es de 30.104 dólares), mientras que Irlanda recuperó su nivel de vida en 2015, y desde entonces no ha dejado de crecer de forma acelerada (100.172 dólares en 2021). 

«Irlanda ha desregulado la economía y la ha aliviado de una parte del enorme peso del Estado»

¿Por qué Irlanda más que triplica la renta per cápita de España, si hace tres décadas estaban a la par? Porque hemos seguido caminos opuestos: Irlanda ha desregulado la economía, y la ha aliviado de una parte del enorme peso del Estado. España estrangula la actividad empresarial con regulaciones, y se queda con la mitad de lo que producimos los españoles, para alimentar una maquinaria estatal descomunal e ineficaz. 

Irlanda arrancó el siglo pasado cerrada al mundo exterior. Había convertido «pobreza» en la metonimia del país. Pero a medida que se acercaba el final del siglo, empezó a seguir un camino diferente. En 1965 firmó un acuerdo comercial con Gran Bretaña, y en 1973 entró en la Comunidad Económica Europea. No era suficiente. Siguió una carrera de gasto público e impuestos altos que le condujo a una crisis fiscal y a la atonía productiva. El empleo retrocedía en la primera mitad de los 80, y para muchos irlandeses no quedaba otra alternativa que la de sus abuelos: la emigración. 

El país no podía más. Charles Haughey, ganó las elecciones en 1987 con un plan económico que parecía no tener tratos con el fracaso: imitar lo que había hecho la vecina Gran Bretaña con el Gobierno de Margaret Thatcher: desregulación, control del gasto y rebaja de impuestos (el IRPF de Irlanda había alcanzado el 58%, y el Impuesto de Sociedades, el 50%).

Lo que quería Irlanda era atraer capital desde fuera. Puso en marcha tres proyectos (El International Financial Services Centre, la Shannon Free Airport Zone y el Régimen Especial para la Fabricación de Bienes) que fueron tan exitosos que la UE le obligó a cerrarlos. El éxito también hizo pensar a Irlanda que atraer capital de fuera seguía siendo una buena idea. Y el país optó por otra forma de hacerlo: cambió los regímenes especiales por una reforma fiscal general. Fue entonces cuando fijó un tipo máximo al Impuesto de Sociedades, que desde 2003 es del 12,5%. Irlanda se ha aferrado a esa fiscalidad con fiereza frente a las pretensiones de Francia, Alemania y el resto de sospechosos habituales que quieren obligar al país a poner impuestos continentales. 

«En España, el gasto público supone la mitad del PIB (el 50,6%), mientras que en Irlanda es la cuarta parte (el 24,8%)»

Por otro lado, Irlanda atendió el grave problema del endeudamiento reduciendo el gasto público. A finales de los años 80, la deuda pública irlandesa era como la española de hoy. En 2006, había caído por debajo del 24%. Con la Gran Recesión, volvió a rozar el 120%, pero ya está por debajo del 60%.

En España, el gasto público supone la mitad del PIB (el 50,6%), mientras que en Irlanda es la cuarta parte (el 24,8%). España es el país de la UE en que más ha crecido el porcentaje de ingresos fiscales sobre el PIB desde 2009 (7,2 puntos), y prácticamente alcanza la media del club europeo. Con gran diferencia, Irlanda es el país en que más ha caído ese porcentaje: 6,8 puntos. Teniendo en cuenta la Seguridad Social, Irlanda es el último país de la UE en presión fiscal.

El peso muerto del Estado es allí la mitad, pero no es que los irlandeses estén atrapados en la pobreza. Todo lo contrario. El último dato que conocemos del salario mediano en España (el salario del español medio) es de 20.920 euros. Un 71% de los irlandeses tienen ingresos más altos. La situación de España e Irlanda en datos sanitarios es pareja. El informe PISA (OCDE) muestra que los alumnos irlandeses son mejores que los nuestros.

Irlanda pasó de ser uno de los países más pobres de la Europa occidental a uno de los más ricos por dos motivos: uno, se enfrentó a una dura crisis económica e institucional, y dos, la enfrentó con reformas contrarias a la idea de que fuera del Estado no hay salvación. ¿Por qué los españoles no somos tan ricos como los irlandeses? Porque nos aferramos con espíritu argentino a un modelo fracasado, y que nos va a sumir en una larga e inexorable decadencia. No es que no podamos ser un país rico, es que nunca hemos asumido que podemos serlo.

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