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Vótame, okupa

«El objetivo de Sánchez es conectar con el electorado de la izquierda demagógica, que aspira a sustituir la democracia por un Estado moral y recela de lo privado»

Opinión

Protesta contra la okupación.

  • Madrid, 1967. He sido columnista en Libertad Digital, Vozpópuli y El Español. Ahora escribo en La Razón y THE OBJECTIVE y hablo en Herrera en Cope. Soy profesor titular de Historia del Pensamiento en la UCM. Tengo unos cuantos libros de historia y política.

La protección que el Gobierno ofrece a los okupas, y no a los propietarios violentados, tiene una explicación. Este Ejecutivo se ha desentendido de la gobernanza desde el primer día, y se dedica en cuerpo y alma a la propaganda. No sorprende a nadie. Entonces, ¿a qué viene esta ley de vivienda que protege la okupación?

Mi tesis es que solo pretende distraer la atención, ofrecer a Sánchez la oportunidad de hacer populismo, y agradar a los sectores ideologizados que apoyan el sanchismo, como Podemos, Bildu y ERC. El objetivo del discurso es conectar con el electorado de la izquierda demagógica y anticapitalista de boquilla, que aspira a sustituir la democracia por un Estado moral y que recela de lo privado siempre que no sea suyo.   

Lo digo porque la gente no percibe la vivienda como su problema capital. Vamos al CIS. El barómetro de abril de 2023 indicaba que solo para el 1,7% de los españoles la vivienda es el primer problema del país, a pesar de que para el 3,4% es su principal preocupación. Esto significa que la gente no lo asume como prioridad a la hora de votar frente a la crisis económica (20,6%), el paro (15,7%) o la situación política (10,9%). Por cierto, el problema okupa solo interesa a un 0,3%. 

«Si la gente emplea su tiempo de charla en el quinto entierro de José Antonio, no habla de las negligencias económicas del Gobierno»

Desechada la vivienda como problema trascendental para la mayoría, aparece, en primer lugar, su utilidad como elemento de distracción. La okupación es muy vistosa, llena portadas y abre informativos cuando hay imágenes impactantes, por lo que es tema de conversación. Si la gente emplea su tiempo de charla en esta cuestión, o en el quinto entierro de José Antonio, no habla de la colección de negligencias económicas del Gobierno, o del chantaje permanente en el que vive Sánchez.

Al presidente del Gobierno, en segundo lugar, le interesan estas leyes ideológicas porque se crece haciendo demagogia. Es lo que tiene el peronismo ibérico. Sánchez es capaz de prometer cientos de miles de viviendas sin pestañear, aunque no cuadre con la realidad. Lo mismo hizo con la ley del solo sí es sí, cuando se ufanó de ser la vanguardia mundial que iban a copiar hasta los antiguamente conocidos como esquimales. 

La ley de vivienda con la protección a la okupación permite a Sánchez echar la lagrimita y hablar de las familias vulnerables, de las víctimas de la desigualdad y el cambio climático por culpa de la malvada derecha neoliberal y contaminante. Esto recuerda aquel discurso de Perón en el que se presentaba como el defensor «de los descamisados, de los pobres, de los que tienen hambre y sed de justicia». Es ese discurso del argentino que acababa diciendo lo mismo que está a punto de soltar Sánchez: la única libertad que quiere la oposición para nuestros trabajadores es la de morirse de hambre. 

Sánchez se siente cómodo con el populismo, y eso lo aprovechan sus socios para ir colando sus leyes ideológicas. Luego pasa lo que pasa, y los socialistas tienen que rectificar votando con el PP en el Congreso. Pero a Podemos, ERC y Bildu les da igual. Piensan que la ley no sirve para gobernar la realidad, sino para transformarla siguiendo su ideología totalitaria. De ahí que sus normas chirríen y creen más problemas de los que resuelven.

«Para esta izquierda solo lo público es moral y digno de defensa política y judicial»

La protección a la okupación no persigue el voto de los okupas, que pasan de urnas, sino de la izquierda demagógica. Detrás de todo esto hay un discurso ideológico que debería dar grima en una democracia liberal asentada. Para esta izquierda solo lo público es moral y digno de defensa política y judicial, frente a lo privado, que lo define con los típicos pecados del egoísmo y la usura. De esta manera, cuanto menor sea el espacio de la propiedad privada, más moral, digna y honesta será la sociedad. Es la idolatría del Estado en manos de un Gobierno de profetas y mesías. 

Al otro lado, a la derecha, debería levantarse una férrea defensa de la propiedad privada, no por el hogar de cada uno, sino como principio vertebrador de la comunidad política. Lo privado es la manifestación de la individualidad, que es el alma de la libertad y la felicidad, el impulso de la modernización y del progreso. La defensa de la propiedad es el origen de los sistemas liberales, basados en la contención de la acción de los Gobiernos, y cuna, por tanto, del resto de derechos y libertades. 

No es casualidad, en consecuencia, que los que quieren abolir lo privado poco a poco, ley a ley, sean los mismos que tanto se empeñan en eliminar y despreciar la separación de poderes, el pluralismo o las libertades. Es triste, pero esta sigue siendo la lucha de nuestro tiempo.

30 comentarios
  1. Grossman

    En realidad no es un estado moral sino de uniformidad de pensamiento, esa es la gran batalla de la izquierda, el control del pensamiento y, por tanto, de la acción de los ciudadanos.

    Los okupas son su ejército de mercenarios contra la propiedad privada, son los Wagner mercenarios que dicen a la gente la propiedad privada no te la tienes que ganar trabajando, solo tienes que cogerla y robarsela a sus legítimos propietarios.

    Lo que sucede es que el efecto conseguido es el contrario, los okupas funcionan sobre todo en barrios obreros, quizás le quiten la casa a un banco o a una ancianita, pero lo peor es que son unos delincuentes anti sociales y, como tales, actúan, llenando el barrio de inseguridad y suciedad.

    El tiro les sale por la culta, por eso las políticas de extrema izquierda terminan fracasando, por más dinero que manden de Europa para gasto electoral a cuenta de nuestra futura ruina.

    Porque según el gobierno crecemos y baja el paro más que en toda Europa junta pero la gente dice que le preocupa la crisis. Raro, raro…

  2. Pasmao

    Buenos días Vilches

    El problema de la okupación existe porque un gobierno con mayoría absolutísima en Noviembre del 2011 decidió no solo no abolir la Ley de Zapatero sino no enfrentar el tema del alquiler con una Ley de arrendamiento donde se protegiera de manera efectiva al propietario de la vivienda en los casos de impago, destrozos, etc.. y que incluyera por el lado del inquilino desgravaciones fiscales. Y por el del propietario incentivos positivos para que entraran aún mas nuevas viviendas en el mercado.

    Su hubiera existido eso, una mayoría de españoles habrían podido comprobar por si mismos como funciona un mercado de alquiler liberalizado y el campo a la demagogia Sánchista hubiera tenido mucho menos recorrido.

    Pero lo peor es que el PP de ahora no se diferencia gran cosa del de entonces.

    Por lo que cabe concluir que el problema de findo no es Sánchez, sino el que cunando hay posibilidad de hacer las cosas bien, no se hace nada.

    Un saludo

  3. AurelioSapio

    Buenos días, señor Vilches.

    Es muy descorazonador comprobar un día sí y otro también que tenemos un gobierno que legisla, no para sus ciudadanos, sino para sus socios. Y es desconsolador ver que estos socios son comunistas, golpistas, terroristas y, junto al PNV, todos ellos unos xenófobos.

    No existen principios; sólo oportunismo. No existen miras a largo plazo; sólo encuestas y saltos entre municipales/autonómicas y generales. No existen pactos de estado; sólo división y odio de unos, hacia los otros. No existe respeto por la historia del país para el que legislan; sólo mentiras y visión sesgada e interesada de los hechos. Y lo peor: no existe una sociedad consciente de ello, y lo que es peor (gracias a las leyes educativas habidas desde el inicio de la democracia): una futura sociedad aborregada, inculta, adoctrinada desde la infancia, arruinada y sin un futuro por delante.

    Y creo que aún queda madera por quemar. Esto es un incendio que ya ha tomado cuerpo y se llevará casi todo por delante.

    Un saludo.

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