THE OBJECTIVE
Cristina Casabón

Es de no creer

«En cualquier república bananera se organiza mejor la corrupción, pero aquí el numerito es tan grotesco que la gente está intrigada»

Opinión
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Es de no creer

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. | Europa Press

El cabreo está haciendo su unánime aparición en las elecciones que efectivamente vivimos. Todo empezó con Melilla, donde se destapó el fraude masivo del voto por correo,  luego vino lo de Mojácar, donde Bolaños ya había soñado el resultado: «Manolo, serás alcalde». Y después salta lo de Murcia, dos pueblos de Sevilla, La Gomera, Níjar en Almería… Es de no creer. Estamos viviendo una sucesión de tongos electorales que son la evolución natural de la política del rasca y gana, la subvención, las ayuditas… Es la vieja historia del voto por dinero. No se quedará ahí la cosa, seguirán saliendo más casos. Por el interior del país van y vienen los hombres de negro con el maletín. Parece que la élite política de la democracia española no cree en ella, como muchos pontificios no creen en Dios.

«En España, Españita, la democracia europea desgastada, quien se queja es acusado de trumpista»

Últimamente la democracia nos está defraudando mucho. Los políticos disponen de su relato como un poder invisible y hasta una gracia de párroco con tongos y mafias. Pues bien, lo que quiere ganar el PSOE es el poder en toda España y a costa de sus impuestos. Yo quiero creer que solo son algunas manzanas podridas, pero el espectáculo mundial que están dando algunos es de no creer. En cualquier república bananera se organiza mejor la corrupción, pero aquí el numerito es tan grotesco que la gente está intrigada. En España, Españita, la democracia europea desgastada, quien se queja es acusado de trumpista. Pues bien, que la mierda se esparza sola y todos aquí callados viendo como cae el andamiaje institucional con su obrero socialista, que ya ni son obreros ni quieren trabajar. Pero si estos políticos, con la edificada máscara y el antifaz de palabras desaparecieran, habría que inventarlos. Porque qué otra cosa puede votarse en un país donde el regeneracionismo siempre ha resbalado sin dejar huella ni producir emoción. Yo me pregunto si nuestras élites quieren hacer algo por regenerar España.

Estamos tan narcotizados y acostumbrados a que ocurran estas anomalías que los socialistas seguirán votando al nuevo Robledo, pasando del compromiso político y de la democracia liberal. En realidad, los hombres de negro no estaban en el FMI o en el BM, sino en nuestros ayuntamientos, han venido con los maletines a pasearse por la plaza del pueblo, y hasta tienen paquetes de oferta para las familias, cinco votos a 500 euros. Sánchez intentó reflotar tirando de chequera y de anuncios, el huesecillo del cine a dos euros y la compraventa de abuelos, y este era el último recurso. Ha terminado de forma desastrosa siendo el nuevo Romero Robledo, el famoso romerista que enchufó a media Antequera en Madrid

Parece que todo el mundo sabe todo y hay una compleja red de influencias locales. Después todos a ondear la bandera europea en el balcón y ya digo, mucho ojo con insinuar que uno no cree en el sistema electoral de nuestra santa democracia. En todo caso, algunos seguimos esperando que los Latin Kings saquen un comunicado oficial desmarcándose de la organización criminal del PSOE

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