THE OBJECTIVE
José María Rotellar

Un empobrecimiento persistente

«Ralentización del crecimiento, reparto, que no creación, de empleo, déficit y deuda desmedidos, inflación e impuestos altos. Esa es la herencia de Sánchez»

Opinión
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Un empobrecimiento persistente

Ilustración de Erich Gordon.

Por mucho que el Gobierno lo repita, la inflación no cede. Ya en abril insistieron en esa bajada y lo que sucedía es que seguía subiendo mensualmente, e incluso se aceleraba la tasa interanual respecto al mes anterior. Así, la inflación anual estimada del IPC en abril de 2023 fue del 4,1%. Supuso un aumento de ocho décimas en su tasa anual, ya que en el mes de marzo esta variación fue del 3,3%. Ahora, en mayo, es del 3,2%, que no baja, sino que el crecimiento se ralentiza porque viene de un nivel muy elevado, pero, además, está prácticamente en el mismo ritmo que en marzo.

Es más, en términos mensuales no desciende. El IPC general se queda plano, en el 0% de incremento, y la subyacente crece otro 0,2% mensualmente, que es la inflación más preocupante, por ser la más estructural. Es decir, no disminuyen, sino que siguen aumentado los índices de precios.

Por otra parte, la subyacente crece un 6,1%. Se desacelera 5 décimas, pero no baja, ya que mensualmente sube un 0,2%, como decía. Es la subyacente la que está encontrando una mayor resistencia a bajar, de manera que rubrica la pérdida de poder adquisitivo de los agentes económicos.

Eso hace que en mayo, con ese último dato definitivo, al analizar la evolución de la tasa interanual de los precios de algunos productos, podemos observar cómo el pescado aumenta un 3,6%; la carne de vacuno, un 9,1%; los cereales, un 15,5%; la leche, un 23,6%; y el azúcar, un 46,3%.

Pues bien, estos datos nos muestran que la inflación no cede y que, por tanto, la pérdida de poder adquisitivo se mantiene y el empobrecimiento es persistente. Eso nos lleva a que el crecimiento acumulado de la inflación es tremendamente alto:

El IPC ha aumentado un 15,12% desde que gobierna Sánchez.

 Un 14,7% desde noviembre de 2020, cuando empezó a subir la inflación de manera importante.

En cuanto a la subyacente, ha subido:

 Un 13,52% desde que gobierna Sánchez.

 Un 11,75% desde nov-2020.

«El Gobierno se empeña en negar la realidad, tanto en la inflación como en el endeudamiento»

Por tanto, la inflación sigue siendo un grave problema, con fuerte resistencia a la baja en la subyacente en tasa interanual y con mantenimiento de una alta inflación en el IPC general en dicha comparación anual, pese a venir de niveles muy elevados.

El Gobierno se empeña en negar la realidad, tanto en la inflación como en los graves problemas estructurales que va a dejar en la economía, como el endeudamiento tan elevado, fruto de un gasto desmedido que no sólo no ha querido controlar, sino que es el gran responsable de todo lo contrario, de introducir un desequilibrio en el endeudamiento español como no se veía desde el desastre de 1898. Junto a ello, deja una contrarreforma laboral que, por mucho que se diga, empeoró la que había, menos de lo previsto, sí, pero empeoró. Entre otras cosas, la contrarreforma ha introducido la distorsión en los datos estadísticos, pues al hacer que los contratos temporales pasen a ser indefinidos fijos-discontinuos se pierde toda comparación posible de la serie histórica. Otro elemento, quizás el más relevante, ha sido el de la gran inseguridad jurídica y enorme incertidumbre que el Gobierno ha generado con sus decisiones cambiantes, populistas y contraproducentes, como los impuestos a la banca, a las energéticas, el impuesto de patrimonio bis o la intromisión en las decisiones empresariales, como sucedió en el caso de Ferrovial.

Presumen de gestión económica, pero el empobrecimiento sigue, tanto por la expulsión de inversión derivado de los problemas estructurales anteriores que el Gobierno ha creado, como por el aumento de precios que hemos visto que se mantiene. El Gobierno, con su política de gasto desmedido, dificulta, presionando artificialmente los precios al alza, que se transmita adecuadamente la política monetaria del BCE y hace que vaya a tener que mantenerla durante más tiempo y con mayor intensidad. Ralentización del crecimiento -por mucho que vendan que crece a buen ritmo, pero simplemente, rebota, ya que todavía sigue por debajo de los niveles de PIB real anteriores al coronavirus-, reparto -que no creación- de empleo, gasto, déficit y deuda desmedidos, impuestos altos, inseguridad jurídica e incertidumbre, que ahuyentan inversiones, e inflación que sube. Esa realidad es la que Sánchez va a dejar como pésima herencia económica.

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