THE OBJECTIVE
Francisco Sierra

Entre asesinos anda el juego

«Podemos estar ante el principio del fin de Putin o ante el fin del principio de la guerra de Ucrania»

Opinión
Comentarios
Entre asesinos anda el juego

El presidente ruso, Vladímir Putin. | .

A la hora que esté leyendo este texto pueden haberse producido novedades desde que el líder del Grupo Wagner, Evgeni Prigorzhin, haya decidido frenar el avance de sus mercenarios contra Moscú. En una negociación en la que ha mediado el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashennko y que según informa el Kremlin, supondría el exilio a este país del líder de los Wagner, la retirada de sus cargos y el perdón a sus hombres. Un auténtico acto de debilidad que acentúa la sorpresa de que en 24 horas los Wagner hayan pasado de luchar con Putin a luchar contra Putin. De invadir Ucrania a invadir y tomar el control de la ciudad rusa de Rostov e intentar llegar a Moscú.

El papel de los Wagner, de los que España debería estar bastante preocupada por su activismo y fortaleza en Malí y en el África subsahariana, ha sido en el conflicto de Ucrania determinante y contradictorio. De ser el brazo asesino de confianza de Putin con el que intentaba superar el desastre del fracaso de lo que quiso ser una invasión rápida, ha acabado siendo el que ha puesto más de manifiesto el desastre de todas las fuerzas armadas rusas y en especial de la cúpula de Defensa.

Putin, antes del acuerdo, había acusado de traidor a todo el Grupo Wagner y calificado de puñalada por la espalda. El posible acuerdo no salva a Putin. El genocida ruso queda muy tocado, con una gran debilidad. Pase lo que pase, la percepción de todo el mundo, en especial de los propios rusos, es que lo primero que ha hecho Putin ha sido huir a San Petersburgo. La imagen de su gobierno es de descontrol, con enfrentamientos entre soldados y mercenarios, de miedo al avance a Moscú y de derrota en Ucrania. Por encima de todo, lo peor para Putin es que se haya conocido la noticia de su huida. En la memoria rusa estará siempre el Stalin resistente que se quedó en el Moscú amenazado por Hitler durante los peor de la invasión alemana en la Segunda Guerra Mundial. O, sin ir más lejos, en la resistencia numantina del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenski, escondiéndose en Kiev sin miedo a ser atrapado en los primeros días de la invasión rusa. 

El efecto en la guerra de Ucrania es inmediato. Las tropas rusas en retirada, desmoralizadas, sin munición, sin tropas experimentadas y disciplinadas como eran los mercenarios de Wagner. Zelensky lo sabe y en su ofensiva está ya recuperando territorios que estaban en manos rusas desde 2014. Y la debilidad del Kremlin puede ahora alimentar nuevas esperanzas en otros territorios donde Putin ha actuado siempre con mano de hierro como Chechenia, Osetia o el control sobre la propia Bielorrusia.

En este contexto, dos hombres han jugado un pulso crucial. Los dos son crueles. Los dos ordenan asesinatos sin pestañear. Los dos han provocado auténticos genocidios de civiles en Ucrania. Los dos son tiranos. Uno, Putin, tiene la estructura del estado ruso. Tiene las fuerzas armadas rusas. Todo el mundo pensó que era uno de los tres ejércitos más potentes del mundo. La invasión de Ucrania ha puesto de manifiesto la realidad de una Defensa rusa donde la corrupción, el enriquecimiento personal de muchos generales, a costa del armamento, de la logística y del mantenimiento y, sobre todo, el miedo a decir la verdad a Putin ha dejado en evidencia la ineficacia militar rusa. Y un Putin débil acaba aceptando el perdón a los Wagner y a su examigo.

«La debilidad del Kremlin puede ahora alimentar nuevas esperanzas en otros territorios donde Putin ha actuado siempre con mano de hierro como Chechenia, Osetia o el control sobre la propia Bielorrusia»

El otro tirano, Prigorzhin, ha estado luchando en primera línea de combate. Ha visto como sus tropas se quedaban sin munición e incluso eran bombardeadas por fuego amigo. O no tan amigo. Este caos que ha costa la vida de miles de mercenarios son la causa de que pidan la cabeza del ministro de Defensa, Sergei Shoigu y del principal general ruso, Valery Gerasimov. Putin no ha cedido, sabe que el poder y la lealtad de sus generales vive en un difícil equilibrio. Aunque Prigorzhin tenga razón, Putin no puede tocar su cúpula

Antes del acuerdo del exilio a Bielorrusia, decía un experto en geopolítica que Putin intentaría dar un golpe contra los Grupos Wagner como el que dio Hitler contra las camisas pardas del SA. La mayoría de los mercenarios son antiguos presos de las cárceles rusas. ¿Cómo se les reconduce? ¿Cómo se prescinde de ellos en la guerra de Ucrania? ¿Cómo se castiga a 25.000 hombres armados? ¿Se les indulta, pero quien los controla ahora?

Entre asesinos anda el juego. Un juego que provoca una inestabilidad con repercusiones mundiales. Una potencia nuclear está en el caos. ¿Puede ser el final de Putin? Habrá que ver si este caos, esta huida de Moscú, la ya evidente situación de derrota en Ucrania provoca movimientos contra Putin. Podemos estar ante el principio del fin de Putin o ante el fin del principio de la guerra de Ucrania.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D