Sánchez, manual de insistencia
«Sánchez se puede presentar no sin algo de razón como un resiliente (hagiografía de Irene Lozano), como un maverick que va por libre»
Sánchez no es un Zapatero bis, aunque comparta con él algunos rasgos: un buenismo ignaro para bobos, el revisionismo de la transición, o haber dejado al PSOE que no lo reconoce ni la madre que lo parió. Y es que Zapatero, sectario como era y es y será, nunca se planteó realmente en serio cuestionar el régimen del 78 ni gobernar en coalición con la extrema izquierda nacionalista: le preocupaba demasiado poder dormir a pierna suelta por las noches. A Sánchez, no.
Por ello, Sánchez se puede presentar no sin algo de razón como un resiliente (hagiografía de Irene Lozano), como un maverick que va por libre, pues no atiende a más disciplina de partido que la que él impone calígulescamente (su núcleo duro: Iván Redondo, José Luis Ábalos y Carmen Calvo decapitado de un solo tajo…) y como un hombre providencial: resucitó a un socialismo en la UCI.
Pero sobre todo es un gambler capaz de valerse de cualquier mecanismo que le proporcione el poder: lo intentó dándole un abrazo a Rivera (cuando éste se dejaba abrazar, pero el PP lo impidió, una de las pocas acciones proactivas de Rajoy); lo logró con una moción de censura improbable (nunca hay que infravalorar al Judas PNV); lo mantuvo con un abrazo insomne a Iglesias (que ha acabado siendo el del oso para Podemos); y no ha querido perderlo, al precio de evitar toda crisis de gobierno con Podemos, tragando los sapos que iba pariendo Irene Montero, dejando hacer la siesta a Garzón y encumbrando a Yolanda Díaz a presidenta segunda.
Ahora lo va a intentar, en su última jugada de tahúr: «¡Yo solo contra el PP-VOX!». Y si por ventura sacase un escaño o un voto de más que el PP, enarbolaría su pírrica victoria, de no conseguir 176 apoyos para una nueva investidura Frankenstein II, y, apelando a la razón de Estado para evitar una repetición electoral en otoño, pediría la abstención del PP para gobernar en minoría, partido a partido, ley a ley, cual Simeone. (Eso mismo que él jamás aceptaría para que Feijóo pueda formar un gobierno europeísta sin necesidad de los apoyos de Vox).
Lo sorprendente, sin embargo, no es esa capacidad suya de Hombre Elástico de los 4 Fantásticos de Marvel de adaptarse a cualquier escenario con tal de permanecer en el poder, sino que con una ejecutoria política tan zigzagueante y carente de norte político y moral, siga contando con un suelo electoral cercano al 30% y en torno a los 7 millones de votos.
Ante su más difícil todavía del 27 de julio, con críticas de Page, Lambán, la vieja guardia felipista, con un Sumar que más bien resta (los vasos comunicantes que parecían existir entre PSOE y Sumar se han convertido en vasos comunicantes entre PSOE y PP pero en una sola dirección), y unos nacionalistas que dan por amortizado el invento, sólo le queda al killer Sánchez una bala: alguna medida económica populista, tirando si hace falta la casa por la ventana (si para Magdalena Álvarez el dinero no era de nadie, para él el dinero de todos es su munición), o haciendo salir del armario a medio PSOE, para combatir la ola arcoíris del PP . Sólo queda por saber si esta vez será el propio Sánchez el que acaba con su propia persona.
Coda 1) Dejar sin vox a Feijóo. María Guardiola, la lideresa del PP extremeño que no quiso pactar con Vox, por machista y homófobo, provoca no sólo el estupor entre los suyos por haber perdido el control del Parlamento regional, haber abocado a la región a nuevas elecciones en octubre y, sobre todo, haber resucitado al socialista Hombre de la Vara: deja sin voz a Feijóo y su galleguismo «con Vox y sin Vox», que no le puede durar toda la campaña sin pasarle factura.
Coda 2) Los gayos. El PP gay sale del armario justo en precampaña, a modo de antídoto contra el discurso antifascista de la izquierda según el cual todas las derechas españolas son la misma mierda y se tocan.
Coda 3) Que os den morcilla. El ex alcalde Trias tiene muy mal perder, pero ha generado mucho ruido, y eso es oro en barras para los de Puigdemont en las generales: el independentismo pata negra siempre se crece frente a los (supuestos) agravios, el victimismo es su gasolina. Por fin podrán decir que Madrid les ha robado algo.
Coda 4) Literatura y religión. Javier Cercas ha ido en peregrinación a Roma a visitar al papa Bergoglio en su bodeguilla, y ha vuelto encantado y reconvertido, en declaraciones en la COPE: soy católico no practicante. Mi vocación literaria coincidió con la perdida de la fe; pero no son cosas tan alejadas, y es que todo creador, de alguna manera, está por el descubrimiento la verdad. ¡Amigos para siempre!
Cuestionario maldito de Pedro Sánchez :
¿Por qué 6 debates con Feijóo? – Para cortarle 6 rabos.
¿Puede por fin dormir por las noches? – Ser insomne me hizo más resiliente.
¿Por qué no cesó a Irene Montero? – El trabajo sucio para Yolanda.
¿Qué le dijo a Iglesias cuando salió del Gobierno? – Le recomendé el peluquero de Albert Rivera.
¿Traerá a Puigdemont? – Vendrá solito: pero siempre cumplo mis promesas.
¿Montará un canal de youtuber si pierde? – Prefiero que hagan series sobre mi persona.
¿Cómo consigue ser tan popular en Europa? – Hablando bien de España y haciendo concesiones en nombre de España.
¿Le haría ascos a la secretaría general de la OTAN? – ¿Por qué? Soy un humanitarista, hombre de paz.
¿Qué supuso para usted que le acusasen de plagio? – Decidí encargar mi siguiente libro a una profesional.
¿Manda Begoña en casa? – Mi casa es la Moncloa.
¿Vivió de su suegro y las saunas? – Fue un precursor del orgullo.
¿Qué libro no recomendaría? – Manual de incompetencia de Ellakuría y Planas.