THE OBJECTIVE
Francisco Sierra

La tranquilidad de Feijóo

«La gran sorpresa ha sido como el político gallego aguantaba todo, mantenía la calma, mantenía el discurso y sobre todo, endurecía la respuesta»

Opinión
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La tranquilidad de Feijóo

Alberto Núñez Feijóo.

Eran muchos los que vaticinaban una severa derrota de Alberto Núñez Feijóo en el cara a cara con un Pedro Sánchez al que todos daban por ganador después de su intensa y extensa gira en la que venía haciendo una demostración de todo tipo de golpes y ataques dialecticos ganadores a algunos de esos periodistas a los que tenia vetados desde hace cinco años.

Dice la canción que «la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida» y Feijóo ha dejado a muchos expertos analistas con la boca abierta en el debate celebrado en Atresmedia. Un debate moderado por Vicente Vallés y Ana Pastor que han permitido un duelo abierto, reñido, bronco, tenso. Lo moderadores se han limitado a marcar los bloques de temas y sobre todo a separar a los dos candidatos cuando los “cuerpo a cuerpo” subían de intensidad. Y fueron muchos porque Sánchez tuvo que recurrir en bastantes ocasiones a la interrupción constante para forzar cambios de temas con los que el líder popular le estaba haciendo daño. 

La gran sorpresa ha sido como el político gallego aguantaba todo, mantenía la calma, mantenía el discurso y sobre todo, endurecía la respuesta, se lanzaba a un ataque con directos más duros que hacían mella en el presidente. La tranquilidad de Feijóo le ha dado muchos puntos a favor en este combate dialectico. 

En la parte económica el líder del PP le ha torcido a Sánchez el discurso triunfalista de «España va como una moto» que vende desde hace meses por su gira mediática. Esto le ha sacado de sus casillas, hasta el punto de ser amonestado por los moderadores por no callar e interrumpir continuamente. Desde el minuto uno sabía que Sánchez atacaría machaconamente con la frase de que PP y Vox son lo mismo. Decenas de veces lo ha dicho. Lo que quizás no esperaba Sánchez es que Feijóo le devolviera con ironía el «Yo no soy Abascal, hable con él». Según avanzaba el reloj y se sucedía la frase, menos impacto le hacía. Incluso le acompañaba con el soniquete. Este intercambio de golpes ha descolocado al presidente al que se le ha visto especialmente nervioso.

Pedro Sánchez es un luchador nato. Conoce todos los tempos de la lucha, las mejores y las peores tácticas. Estudia al adversario y golpea con fuerza. Hoy no le ha funcionado la maniobra de interrupciones continuas que ya hizo a Pablo Motos en su entrevista en El hormiguero. El líder del PP sorprendentemente ha aceptado el reto, ha absorbido los ataques y los ha respondido con tranquilidad, manteniendo su discurso, el tono, la mirada fija y con una dureza no vista antes.

Los golpes eran previsibles. Acusaciones de pactar con Vox, contestadas con acusaciones de pactar con Bildu. Feijóo ha estado tranquilo, sin el nerviosismo que se le había visto en duelos pasados en el Senado. Dos golpes fuertes suyos han sido las acusaciones a Sánchez de ser el presidente que aprobó la “ley del solo sí es sí” que permitió la excarcelación de más de cien violadores. También le ha funcionado a Feijóo la maniobra de ofrecer argumentada y reiterada veces el pacto de que gobierne el más votado. Dos maniobras que han desestabilizado a Sánchez que se defendía en la esquina del cuadrilátero respondiendo repetidamente con que en Extremadura no se cumplió. «El que se lo digan a Vera» sonaba al final como una pobrísima defensa.

Muchas cosas se han cruzado entre ello: la solución ibérica, la violencia machista, las banderas LGTBI, los indultos, la sedición, la malversación, el CGPJ y, sin embargo, el que ha volcado el combate directamente ha sido el tema de Marruecos. Cuando Ana Pastor le preguntaba a Feijóo si iba a cambiar la postura de Sánchez respecto a Marruecos, el gancho ha ido directo al presidente. «No sé, porque ni yo, ni nadie, sabe cuál es la postura que pactó Sánchez». Y ha rematado el golpe diciendo que también se lo preguntó el primer ministro marroquí y que le contestó lo mismo, que no sabía lo pactado por Sánchez. Ha sido uno de los momentos claves que Feijóo ha controlado con una tranquilidad no esperada ni siquiera por los suyos. Una tranquilidad que ha desarrollado con otras propuestas que le dan la victoria de este único cara a cara que va a haber entre los dos candidatos. La tranquilidad del que se sabe ya ganador de las elecciones, aunque todavía, no sabe si podrá ser presidente solo con sus votos.

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