¡Ya está bien!
«La censura de verdad la aplican hoy los ultras identitarios borrando las obras y voces que se atreven a contradecir el código nacionalista, neofeminista o LGTBI»
El 28 de junio de 2023, bajo una declaración titulada ¡A las urnas las ciudadanas y los ciudadanos! se podía leer lo siguiente: «Votar a Sánchez o, por el contrario, retroceder con políticas regresivas, cuyo único programa conocido es bajar impuestos a los poderosos con el objetivo de recortar el Estado del bienestar, buscar el enfrentamiento identitario entre españoles…».
¿Buscar el enfrentamiento identitario entre los españoles? Pero vamos a ver, ¿quién se ha apoyado en los movimientos identitarios, ya sean neofeministas, separatistas o verdes? Son esos identitarismos los que han apoyado a Sánchez.
Pero el panfleto añade:
«Llamamos a nuestras ciudadanas y ciudadanos a que acudan masivamente a las urnas, desde el firme convencimiento de que no es el momento de retrocesos y regresiones…».
También se defendían allí las magníficas políticas económicas de Sánchez:
«El mayor aumento experimentado por el salario mínimo y las pensiones, la aprobación del Ingreso Mínimo Vital, la mejora de la economía -con un crecimiento superior a la media de la zona euro-…»
Pero, ¿quién ha movido este panfleto? Me parece que el recogedor de firmas ha sido Luis García Montero, antiguo comunista y hoy director agradecido del Instituto Cervantes.
Pero es que en el mentado panfleto se han olvidado en quién se ha apoyado Sánchez durante los últimos años. Se han olvidado de la alianza con terroristas; el fiasco de la ley trans o del sólo el sí es sí; las leyes de memoria democrática, de eutanasia, la ley Celaá; los ataques constantes a la Constitución y al español, o el asalto a la división de poderes. Aparte, claro está, del acercamiento de presos etarras al País Vasco, de los indultos a los golpistas catalanes, de los cambios en el Código Penal para que lo «vuelvan a hacer» sin problemas…
«Almodóvar está mejor haciendo películas que diciendo a los españoles qué es lo mejor que deben hacer ante las urnas»
Sin embargo, los firmantes sólo contemplan dos futuros: si gana la izquierda, «seguir consolidando y avanzando en el Estado social y democrático de Derecho que define nuestra Constitución». En cambio, nos espera un escenario apocalíptico si gana la derecha, «retroceder con políticas regresivas, cuyo único programa conocido es bajar impuestos a los poderosos con el objetivo de recortar el Estado del bienestar».
Me parece que personas como Pedro Almodóvar están mejor haciendo películas que diciendo a los españoles qué es lo mejor que deben hacer ante las urnas. Pero estos abajo firmantes creo que se han olvidado –usaré las palabras de Alfonso Ussía– «de los catedráticos, los académicos, los científicos, los filólogos, los doctores, los arquitectos y los latinistas y los helenistas. No obstante, ellos se autodenominan en su conjunto, ‘el mundo de la Cultura’, con mayúscula y todo. Y están nerviosos. Los nervios han desembocado en un mar de consignas, tópicos y estupideces que rescatan de cuando en cuando si intuyen tiempos de recortes en las subvenciones estatales, autonómicas o locales. Reclaman la continuidad y el respeto a ‘sus derechos’, cuando éstos, sus derechos, no son otra cosa que el dinero de los contribuyentes para financiarse».
Creo que ya es hora de que los cultivados dejen de hacerle el juego a gente como Carlos Bardem y otros sectarios que no representan ni a la producción cultural ni a nadie con dos dedos de frente. Que en Valdemorillo el nuevo alcalde haya quitado de la cartelera la obra Orlando, de Virginia Woolf, que, al parecer, no le gustaba, no autoriza al sectarismo de izquierda a cargar contra Núñez Feijóo por censor. Porque el alcalde de Valdemorillo ni es gallego ni está tutelado por Feijóo.
La censura de verdad la aplican hoy los ultras identitarios vascos y catalanes borrando de las universidades aquellas obras y voces que se atreven a contradecir el código nacionalista, neofeminista o LGTBI.