La macroeconomía del Dr. Pangloss
«Para Sánchez, la economía ‘va como una moto’. Una moto de la que se benefician las empresas exportadoras, no así las familias, que lo están pasando mal»
La economía española ha crecido un 0,58% en el primer trimestre gracias a la demanda exterior neta (INE). Pero la demanda interna ha sido negativa y el consumo de los hogares vuelve a caer, esta vez un -1,3%. Además, el 9% de las familias no puede afrontar sus gastos esenciales debido a la inflación y la subida de tipos (Banco de España). Sin embargo, para el presidente Sánchez, la economía «va como una moto». Una moto de la que se benefician las empresas exportadoras, no así las familias, que lo están pasando mal. Si es esta la mejor economía de las posibles ¿qué son entonces las otras?
Esta macroeconomía del Dr. Pangloss era la que usaba el profesor Sebastián hace un mes (El Español, 18/06/2023) para valorar la disciplina fiscal de los distintos gobiernos. A este fin calculaba los distintos promedios de los déficits públicos. Al Gobierno de Sánchez le añadía 2018, cuando en realidad le corresponde a Rajoy, así como las previsiones de 2023 de la vicepresidenta Calviño, no las de la Comisión Europea, que son más independientes. Promediar es, para Sebastián, el mejor método para neutralizar el sesgo del ciclo porque los años buenos compensan los malos.
Todo esto es un ejemplo –muy pedestre, eso sí– de la actual situación de miseria de la ciencia económica. Es lo que llamo bad economics. No podemos comparar periodos de siete u ocho años (Zapatero y Rajoy) con otros de cinco (Sánchez), porque no es estadísticamente significativo; y porque, además, la situación inicial es muy distinta en cada gobierno, la mitad del ajuste de la crisis que heredó Rajoy ya se lo encontró hecho Sánchez.
Para corregir el efecto cíclico basta con utilizar las cifras de déficit ajustado al ciclo. Le aconsejo que siga este método muy acreditado, contrastado y aceptado por todos los ministros de Economía de la eurozona, desde hace más de 20 años, aunque son conscientes de que no es perfecto. Asimismo, le animo a utilizar las cifras de AMECO database online 05/05/23, accesibles a todo el mundo, y de cuyo cálculo y producción fui responsable en la Comisión Europea en 1998-99. Personalmente le sugiero que, aprovechando el turno de Presidencia de España en la UE, presente su método a la vicepresidenta Calviño para que traslade su propuesta a los ministros del ECOFIN, a lo mejor se la aprueban.
«Sánchez aprobó los presupuestos de Montoro después de la moción de censura»
Sebastián afirma que los gobiernos de izquierdas son fiscalmente más disciplinados que los de derechas, y, para demostrarlo, excluye del déficit los intereses de la deuda y obtiene el saldo primario. Pero, cuidado, el saldo primario no mide la disciplina fiscal (esfuerzo fiscal), refleja sólo parte del esfuerzo discrecional del gobierno sobre el gasto, pero deja fuera las medidas one-off y temporales, y omite la política de gestión de la deuda por parte de Tesoro, y los aumentos en los dividendos del banco central derivados de sus tenencias de deuda pública; asuntos, estos dos últimos, de cierta complejidad técnica no resuelta.
La macroeconomía del Dr. Pangloss induce al Dr. Sebastián a concluir dos proposiciones falsas.
La primera afirma que el promedio de los déficits de Sánchez fue menor que el de Rajoy, y el de Zapatero aún menor. Los promedios calculados con cifras AMECO coinciden, lógicamente, con los de Sebastián; menos lógico resulta que atribuya a Sánchez el año 2018, que corresponde a Rajoy. Primero, porque las políticas fiscales afectan a las economías con amplios desfases temporales; después, porque los ministros tomaron posesión el 7/06/2018; y, por último, porque Sánchez aprobó los presupuestos de Montoro después de la moción de censura (Ley 6/2018, de 3 de julio). Cuando atribuimos 2018 a Rajoy los promedios son -5,8% para ambos.
La segunda reza así: el déficit primario ha sido parecido para Rajoy (-2,8%) y Sánchez (-2,9%), y mejor para Zapatero (-1,9%). Lo último es correcto, pero sólo si seguimos su método equivocado. Pero lo primero es falso, pues cuando no asignamos 2018 a Sánchez el déficit es -3,5%. Quedan así refutadas ambas proposiciones. Aunque siempre nos quedará una duda: ¿habría publicado su artículo si sus promedios no le hubiesen salido bien?
Lo realmente embarazoso es que afirme que Zapatero tuvo superávit primario hasta que estalló la crisis, mientras Rajoy y Sánchez nunca lo tuvieron. Sebastián yerra en su enfoque académico al olvidar que la medición en la ciencia económica se sitúa en el plano metodológico entre los compromisos de la teoría económica (saldo fiscal ajustado al ciclo y esfuerzo fiscal) y las determinaciones técnicas de la investigación (AMECO).
«Recordemos la frase: ‘Hay tres tipos de mentiras: mentiras, malditas mentiras y estadísticas’»
Para calcular el primero (saldo fiscal ajustado al ciclo) debemos extraerle su componente cíclica de ingresos y gastos públicos. Sebastián no lo hace, la Comisión sí, con datos AMECO. Durante el Gobierno Zapatero, la economía crecía por encima de su potencial dando lugar a componentes cíclicas positivas y superávits sobrevalorados por recaudación inflada y gastos subestimados. Una vez corregidos del ciclo quedan transformados en déficits: -0,7%, -0,1%, -0,2%. Queda de nuevo refutada su segunda proposición.
Si utilizamos promedios ocurre lo mismo: déficits fiscales ajustados al ciclo para Zapatero (-3,8%) y Sánchez (-3,8%) mayores que para Rajoy (-2,8%). Ídem del lienzo si excluimos los intereses de la deuda: Zapatero (-2%), Sánchez (-1,7%), Rajoy (0,2%). Recordemos la frase erróneamente atribuida a Disraeli: «Hay tres tipos de mentiras: mentiras, malditas mentiras y estadísticas».
Sebastián tendría que haber utilizado la noción de esfuerzo fiscal. Nosotros lo hemos hecho, pero excluyendo del déficit ajustado al ciclo sólo los intereses y calculando después el promedio de las variaciones anuales de los saldos resultantes, es decir, hemos promediado el esfuerzo fiscal. Las cifras son: Zapatero (-0,4%), Rajoy (0,4%), Sánchez (-0,1%).
En puridad, deberíamos de haber descontado también las medidas esporádicas (one-off) y temporales ya que ambas escapan a la discrecionalidad del gobierno. Pero estas series sólo están disponibles a partir de 2010 y presentan inconsistencias metodológicas, aunque estas últimas son tan pequeñas que no afectan sustancialmente al resultado. A pesar de lo anterior hemos probado a hacer los cálculos y vemos que la etapa de Sánchez (-0.2%) tampoco mejora comparada con la de Rajoy (0,7%). Queda refutada de nuevo la segunda conclusión, incluso cuando aplicamos el método aceptado por todos en la UE.
Honradamente, no alcanzo a vislumbrar qué razón ha podido mover a un economista tan distinguido como el Dr. Sebastián a cometer errores de neófito.