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El peor escenario económico tras el 23-J

«No sería a prolongación de un Ejecutivo en funciones o la repetición de elecciones, sino la conformación de un pésimo Gobierno encabezado por Sánchez»

Opinión

Ilustración de Arancha Tendillo.

  • Periodista. Analista económico. Miembro del Instituto Juan de Mariana. Licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad de Santiago de Compostela, máster de Periodismo de ‘El Mundo’ y máster de Economía de la Escuela Austríaca por la Universidad Rey Juan Carlos. Trabajó en ‘Expansión’ y como jefe de gabinete y viceconsejero en la Comunidad de Madrid

La incertidumbre, especialmente en el ámbito político, siempre acaba pasando factura a la economía, en mayor o menor medida. Y España no es una excepción. El inesperado resultado que dejaron tras de sí las elecciones generales del pasado 23-J aboca a España a dos posibles escenarios: la continuación de Pedro Sánchez en el poder con el apoyo de la extrema izquierda y todos los grupos separatistas o la repetición de elecciones. Sin embargo, el posible impacto económico de uno u otro será diametralmente opuesto.

Las últimas previsiones disponibles sobre el devenir de la economía española muestran que el crecimiento del PIB podría oscilar entre un mínimo del 1,5% y un máximo del 2,5% para 2024, según los cálculos recién publicados del Instituto de Estudios Económicos (IEE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), respectivamente. Pero este pronóstico, siempre incierto, podría variar de forma sustancial en función del panorama político.

El dinero es miedoso por naturaleza o, mejor dicho, precavido. Todo plan de negocio o proyecto de inversión requiere de un horizonte temporal para madurar y alcanzar los objetivos pretendidos, pero su consecución será mucho más compleja si el contexto en el que opera se desvía mucho del escenario base. Es decir, si las reglas de juego cambian a mitad de partido.

Por el momento, el 23-J no ha causado ningún daño material a la economía española. La mayoría de casas de análisis y agencias de calificación coinciden en que el actual escenario de inestabilidad, ante la dificultad de formar gobierno, podría poner en riesgo la puesta en marcha de reformas estructurales asociadas al Plan de Recuperación acordado con la UE o el necesario reequilibrio de las cuentas públicas tras la activación de las reglas fiscales comunitarias a partir del próximo año. 

«La experiencia demuestra que el bloqueo político no es malo ‘per se’ para la economía de un país»

Esto podría generar una cierta desaceleración a corto y medio plazo, pero dentro de un contexto de ralentización internacional debido al endurecimiento de la política monetaria para combatir la elevada inflación. Sin embargo, la experiencia demuestra que el bloqueo político no es malo per se e incluso puede resultar positivo para la economía del país. Lo cierto es que la prolongación de un gobierno en funciones y la repetición electoral a finales de este año o principios del que viene tendría sus ventajas para España.

No es la primera vez que sucede. Entre 2015 y 2019, el país afrontó un total de cuatro citas con las urnas y el PIB creció una media del 2,8% anual. Y lo más relevante es que, en ausencia de Gobierno, entre 2015 y 2016, durante los 10 meses de Ejecutivo en funciones, el PIB per cápita no sólo no disminuyó, sino que aumentó 1,6 puntos por encima de lo esperado. ¿Por qué? Pues, básicamente, porque es mejor no tener gobierno que tener un mal gobierno.

El bloqueo limita la capacidad del poder político para aprobar medidas extractivas y contraproducentes para la economía, mientras que la prórroga presupuestaria, al menos sobre el papel, reduce la capacidad de disparar el gasto y los impuestos. Por raro que parezca, esta situación de impasse otorgaría cierta seguridad jurídica a inversores y empresarios. No en vano, tan sólo el pasado año, la producción de normas y (malas) regulaciones en España superó los 1,3 millones de páginas publicadas en boletines oficiales.

A la economía española no le vendría nada mal unas vacaciones legislativas a nivel estatal, sobre todo si se tiene en cuenta que los programas electorales de la posible coalición que puede conformar Sánchez incluyen un interminable listado de despropósitos y aberraciones para la prosperidad del país. España no es un caso aislado. Bélgica estuvo sin gobierno más de 500 días entre 2010 y 2011 y su economía evolucionó mejor que la media europea. Y una crisis política similar sucedió entre 2018 y 2020 sin que su PIB se resintiera hasta la llegada de la pandemia. 

«La convocatoria de un referéndum de autodeterminación vinculante desataría una tormenta económica»

No, la imposibilidad de formar gobierno no es un problema. El problema, por desgracia, es otro y consiste en que Sánchez se pliegue a las exigencias de sus potenciales socios de Junts para mantenerse en el poder a toda costa, cuya factura, hoy por hoy, pasa por la convocatoria de un referéndum de autodeterminación vinculante. Ese escenario sí que cambiaría por completo las reglas de juego democráticas y constitucionales, y, como consecuencia, desataría una nueva tormenta económica. Basta observar lo que sucedió tras el referéndum independentista de 2017 para percatarse del riesgo que asumiría el país. 

Si el procés, siendo ilegal y habiendo sido frenado por la Justicia, ha tenido consecuencias dramáticas para la economía catalana, en forma de estancamiento y fuga de miles de inversores y empresas, el diseño de una consulta legal y avalada por el Gobierno que, simplemente, abra un resquicio a un futurible escenario de independencia agravaría de forma colosal la factura de la incertidumbre. El ejemplo reciente más cercano es el Brexit, que supuso el divorcio entre Reino Unido y la UE, y, por el momento, ya ha costado más de 120.000 millones de dólares al año a la economía británica.

Así pues, el peor escenario económico tras el 23-J no es la prolongación de un gobierno en funciones o la convocatoria de nuevas elecciones, por mucho que estas tarden en llegar, sino la conformación de un pésimo gobierno encabezado por Sánchez para la próxima legislatura, donde al desastroso programa fiscal y regulatorio de los comunistas de Sumar se añadiría ahora una posible vía de escape a las ansias separatistas de sus socios catalanes y vascos, rompiendo con ello el tablero constitucional.

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3 comentarios
  1. danif

    Es previsible que, cuando llegue la hora del ajuste de gastos y la gente vea cómo se le reduce otra vez su renta y su futuro, la reacción social dé lugar a una época de convulsión política y de cambios importantes.
    Cuando llegue este momento, muchos de los que hoy están impasibles o defienden este tipo de política económica tan antisocial, seguramente exclamarán “indignados”, si continúa el responsable «¡ No me digas Pedro que el Estado no puede financiar los costes de los servicios públicos y las prestaciones sociales , porque has utilizado los presupuestos en tu propio beneficio! . En esta situación, mas próxima que lejana, no se lo van a perdonar ni a él ni tampoco al sector político, informativo e intelectual que le han apoyado. Y aunque tarde , reconocerán el valor de los que como los periodistas de THE OBJETIVE que han denunciado el camino hacia la ruina económica de Sánchez y la conversión del sistema democrático de la transición en un régimen autoritario. Todos pasarán a la historia pero con diferente valoración .

  2. yuyovilla

    Por lo que parece en The Objetive se escoge lo mejor de cada casa, véase sino la excelencia de planteamientos de Sr Llamas. Asegura un escenario económico apocalíptico con Sánchez cuando hoy se alcanzan por primera vez en la historia los 21 millones de empleados, la inflación baja de l 11% y el FMI augura que España crecerá el doble que el resto de economías europeas. Es Vd un lince, no sé si desorientado o ignorante, pero hombre, infórmese antes de escribir para así no quedar como un pamplinas …

  3. danif

    Muy interesante reflexión.
    Nos jugamos más de lo que aparece en los medios “que no están en lo fundamental”.
    La actual “tranquilidad social” obedece a que se está cubriendo el exceso de gasto social sobre los ingresos públicos con crédito exterior pero esto tiene un límite, un coste y un fin, .
    J.Oliver Alonso (LV21-7)“A partir del próximo domingo quien gobierne encontrará un margen de maniobra más reducido: se acerca el final de la despreocupación por el déficit y la deuda públicas de 2020-3, al tiempo que el BCE , además de subir tipos ,ha comenzado a desprenderse de la abultada cartera de deuda pública (España 600.000millones) y a reducir su crédito a largo plazo a la banca. Gane quien gane , vienen tiempos de mudanza…” .Sánchez y sus socios «¿están capacitados» para ello?
    No entiendo como estos retos no se tienen en cuenta ni el coste financiero, político, social y económico de la incompetencia cuando tenemos tanto volumen de deuda y tan escasos proyectos sólidos que aseguren su devolución
    Me da la sensación que no se ha tenido en cuenta en nuestro análisis de futuro“ el voto de los acreedores” .

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