MyTO

España descentrada

«Es fundamental recuperar un espacio electoral de centro con vocación europea que ayude a desactivar las trincheras y a superar los enfrentamientos»

Opinión

Ilustración de Erich Gordon.

Este es el panorama: el partido que ha ganado las elecciones no puede formar gobierno, el partido que puede formar gobierno depende para ello de las fuerzas que quieren liquidar la nación –entre ellas, la de un fugitivo de la justicia—, y el espacio de centro que podría mediar para evitar el empate catastrófico entre la derecha y la izquierda aliada con los independentistas no tiene representación parlamentaria, porque así lo ha ido decidiendo legítimamente la ciudadanía en las sucesivas contiendas electorales de los últimos tiempos.

La olla a presión del bipartidismo, con la interesada colaboración de las fuerzas separatistas, ha desembocado en una España bloqueada, dividida y enfrentada. Descentrada. Una España que parece condenada a fórmulas imposibles o diabólicas en las que una suma no sale, otra sale con los caballos de Troya que quieren destruir el país, y la tercera pasa por la frustrante repetición de las elecciones.

Las medidas regeneradoras –que no se han discutido en una de las peores campañas electorales de la democracia— siguen haciendo falta, para detener el asalto de los organismos públicos a cargo del Gobierno ahora en funciones y para desbloquear atascos como el del Consejo General del Poder Judicial. El debate sobre los retos pendientes —como una reforma electoral que haga que el voto de todos los españoles valga lo mismo, vivan donde vivan; una reforma del sistema de pensiones que no estafe a los jóvenes; una ley de vivienda realista y sin falsas promesas; medidas económicas para ayudar a las familias y a las clases medias; para resolver la precarización del empleo y los sueldos bajos, con respaldos de verdad y no castigos para los autónomos; y una distribución adecuada de los fondos europeos— se ha marginado, igual que ha quedado excluida del interés político oficial la presidencia europea del Consejo. Con todo lo que eso implica.

Cuando el centro no tiene representación, los extremos determinan los movimientos en el tablero. El voto moderado y reformista se abstiene, se dispersa, decide por exclusión. Por eso es fundamental recuperar el espacio electoral centrista con vocación europea: recuperar la función de un partido responsable que centre el terreno de juego, capaz de pactar hacia la izquierda y hacia la derecha para desactivar la capacidad de bloqueo de los extremos.

«Un centro que defienda la independencia de las instituciones y la separación de poderes»

Un centro para afrontar mejor las dificultades políticas y las incertidumbres económicas que se nos vienen encima; que defienda la independencia de las instituciones y la separación de poderes; atento a las oportunidades emprendedoras de innovación y defensor de las políticas sociales que defienden a las minorías vulnerables y que son patrimonio común de la sociedad del siglo XXI, por mucho que haya posturas recalcitrantes que miran al pasado con tosquedad y cerrazón mental.

Las soluciones no están en el pasado remoto, ni tampoco en el cercano: el PP se ha cegado pensando que estábamos ante unas elecciones de hace 20 años, y la indecisión y la falta de claridad han frustrado sus expectativas; el PSOE no ve más allá de los pactos con fuerzas que tienen programado su futuro en función de la voladura constitucional de España y que se preparan para subir sus apuestas. Las soluciones pasan por la recuperación de un proyecto político del siglo XXI, en clave europea y en una España diversa que tiene una sociedad más equilibrada que su clase política. Un centro que ayude a desactivar las trincheras y a superar los enfrentamientos y la polarización que en muchas ocasiones es puro postureo que sólo conduce al griterío y a la parálisis.

Sustituir la mirada de cansancio y frustración que tiene ahora mismo buena parte de la sociedad española pasa por recuperar ese espacio político y enfocar el horizonte con una perspectiva de alianzas entre fuerzas principales, europeístas, que no tengan como objetivo matar el espacio del centro, que renuncien a sus respectivos extremos paralizantes y que sea posible acordar las reformas políticas y económicas necesarias para que no suframos más décadas perdidas en España.

* Adrián Vázquez es eurodiputado y secretario general de Ciudadanos.

14 comentarios
  1. Esparta234

    En un país con un complejo bipolar exacerbado por los extremos como el nuestro, hablar de centro es casi una utopía. Una polarizacion enquistada que aupan también los grandes medios más cómodos con los malos conocidos que los buenos por conocer.
    Y sin embargo hay una mayoría silenciosa de ciudadanos que no votamos o votamos sin conviccion esperando acertar al menos malo. Una mayoría que no cree en esta clase política más preocupada por su sillones y prebendas que de promover o acordar los cambios que España necesita con tanta urgencia. Por supuesto que un centro liberal y europeísta sería una alternativa como lo ha sido en buena parte de Europa , pero al menos por el momento esa propuesta no parece existir. Ojalá aparezca en el futuro, porque el presente no parece nada halagüeño.

  2. Peralbes

    Si la ciudadanía es moderada es porque tiene a una clase política a la que paga para pelearse.

  3. Campeonisimo

    Voxeros háganse un favor a Ustedes mismo y a los demás DESAPAREZCAN y no dejen rastro que bastante daño han hecho a España con dividir a la derecha.

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