Tiempos de desgaste
«Sánchez es el que va a continuar en un complicadísimo tiempo de humillaciones a ritmo de cesiones, que tiene todas las posibilidades de terminar en fracaso»
Ilustración de Alejandra Svriz.
Es un insulto a la democracia y la institucionalidad del Estado escuchar a Pedro Sánchez afirmar que cumplir el mandato del jefe del Estado de intentar formar gobierno es «una descomunal pérdida de tiempo». Sánchez convierte el cumplimiento del mandato a Feijóo en un irresponsable retraso para resolver los problemas y necesidades que tiene España.
A Pedro Sánchez se le olvida que todos las necesidades y problemas que tiene España, que son muchísimos, son consecuencia de su catastrófica gestión como presidente del gobierno. Es más, como estamos comprobando día a día, aun siendo presidente en funciones, no hay día que no agrave y aumente los problemas de España.
En política el tiempo es un factor determinante. A Alberto Núñez Feijóo el tiempo de preparación de la investidura se le está haciendo muy largo. Más desde que es evidente que le faltan cuatro votos. Pero a Pedro Sánchez este tiempo se le está haciendo mucho más largo que a Feijóo. Para el presidente en funciones cada día que pasa, en lo personal, sufre la evidencia de su derrota en las urnas. Y en lo político sufre un gran desgaste por haber elegido rodearse del chantaje y la extorsión radical independentista.
Sánchez es el responsable de esta situación. La presidenta del Congreso, Francina Armengol, siguiendo las instrucciones del derrotado líder socialista, su amo y señor, fijó este largo periodo pensando en el desgaste de Feijóo. Un planteamiento erróneo fruto de la soberbia del líder del PSOE. El no a Feijóo y al Partido Popular no quiere decir que sea un automático sí a Sánchez y al PSOE. Por supuesto que Sánchez cree que él se merece todos los apoyos del mundo, pero los partidos, que han olido debilidad extrema, están poniendo un elevado precio a los posibles apoyos.
«El pleno del Congreso de las lenguas, lejos de ser histórico, ha sido patético. No es progresismo, es catetismo»
Sánchez no contaba con que en este tiempo de desgaste a Feijóo saltaría a la luz pública la exigencia previa de la implementación de las lenguas autonómicas en el Congreso y en la Unión Europea. El pleno del Congreso de las lenguas, lejos de ser histórico, ha sido patético. No es progresismo, es catetismo. El PSOE, una vez más, ha resultado un pelele en manos de sus chantajistas. El portavoz del Partido Popular, haciendo lo contrario de lo que vota, ha conseguido despistar al electorado y perder un debate que tenían ganado. Y los de VOX a por la fácil fotografía. Dejar los pinganillos en el escaño vacío de Sánchez les debe de parecer un gesto heroico. Desconcierta que hagan la defensa del español huyendo del campo de debate. Las batallas se dan, no se abandonan.
Lo de las lenguas en la UE todavía ha sido peor. Como todos sabíamos, no se iba a aprobar. La UE le hace un favor a Sánchez aplazando sine die la decisión sobre las lenguas cooficiales. Que Sánchez no tiene los votos de JxCAT ha quedado en evidencia cuando Albares ha propuesto «priorizar el catalán» frente al euskera y el gallego para agasajar a Puigdemont. Error. Ha abierto una grave crisis con el PNV. Nunca jamás Euskadi había sufrido un desprecio como el que le ha hecho el Gobierno de Sánchez. Un insólito desprecio con el agravante de haberlo hecho en el Consejo de Asuntos Generales de la Unión Europea. ¿Cómo va a explicar el PNV a sus bases que apoyan a un Sánchez que minusvalora y ningunea a Euskadi y el euskera?
El Gobierno no se toma en serio al PNV. Se ríen de Ortuzar porque no deja de ser un cashero conservador al que le han hecho creer que es progre. Normal que el PNV haya quedado tercero en Euskadi en las elecciones generales. Lógico que las encuestas les auguren la derrota a favor de Bildu en las próximas elecciones autonómicas. Bildu puede justificar esta afrenta a lo vasco ante su, cada vez mayor, electorado, apelando a que con el PSOE y Sumar están en un proyecto de izquierda, radical y de ruptura de España.
Vox ha perdido la oportunidad de anular el sine die de la UE, detrás del que se esconde el Gobierno, si Abascal hubiera aparecido con cualquiera de sus presidentes amigos —Hungría, Polonia o Italia— anunciando que cualquiera de esos países votará no cuando sea el momento. Como es necesaria la unanimidad, Vox podía haber dejado bien claro a Puigdemont que Sánchez le está haciendo el trilero otra vez. Vox ha podido hacer política en vez de fotos.
«Junqueras, se ha presentado en Madrid para afirmar que el PSOE ya aceptó en agosto conceder la amnistía»
Sánchez no contaba con que, en este tiempo de desgaste a Feijóo, se armara el debate sobre la amnistía y la autodeterminación. Para rebajar la tensión, ha afirmado que abordará el tema de la amnistía cuando tenga el mandato de afrontar la investidura. Para demostrar que miente siempre, a tiempo completo, el líder de ERC, Oriol Junqueras, se ha presentado en Madrid para afirmar que el PSOE ya aceptó en agosto conceder la amnistía cuando se pactó el apoyo a la Mesa del Congreso. Toma desgaste.
Sánchez no contaba con que en este tiempo de desgaste a Feijóo se le iban a levantar los viejos socialistas con gran influencia mediática como Felipe González, Alfonso Guerra … e iba a quedar en evidencia su carácter totalitario y despótico con la expulsión del partido de Nicolás Redondo.
Sánchez tampoco contaba con que en este tiempo de desgaste a Feijóo se le iban a soliviantar las pijas progres de Podemos para exigir un ministerio para la vetada Irene Montero. A Yolanda Díaz se le están amotinando en la checa de Sumar.
Feijóo se acerca al final de este difícil tiempo de no conseguir la investidura. Un momento de oportunidad para presentar su proyecto de gobierno para España. Si lo sabe aprovechar, una oportunidad en un nuevo tiempo. Pedro Sánchez, al que se le está haciendo eterno este tiempo de derrotado, de segundón, es el que va a continuar en un complicadísimo tiempo de gran desgaste, de humillaciones a ritmo de cesiones, que tiene todas las posibilidades de terminar también en fracaso. Su capricho personal sí que es toda una pérdida de tiempo para España.
