Aragonès el grave o la insoportable levedad del no ser
«Su proyecto secesionista es una de las cinco vías de agua para cargarse el Estado de derecho del Estado, capicúa, como en 2017, pero esta vez en plan más fino»
A pesar de que, según Arcadi, jamás podría ocurrírsele a nadie escribir nada sobre Pere Aragonès (acento grave en la e) i Garcia, y de que en su anodina Wikipedia lo más curruscante es que es miembro de la «Colla de Diables de les Forces Infernals de Poblenou a Pineda» (soy injusto: ha sido el primer presidente de la Generalidad en haberse tomado un permiso parental tras el nacimiento de su primero hijo, noblesse oblige), Aragonès bien vale un clon.
Lo primero, es un error aludir siempre al pasado franquista de su abuelo Josep Aragonés (con el acento agudo), adinerado empresario hotelero franquista, y, ya en democracia, alcalde de Pineda de Mar por la Alianza Popular de su amigo Fraga: y ello porque los nietos no son responsables de lo que hicieron sus abuelos (de lo contrario, Alemania no habría debido ni podido levantarse tras la Segunda Guerra Mundial); y, segundo, y no menos importante, porque la transición fue una dádiva al pueblo español de abuelos como el suyo, según ilustre doctrina arcadiana.
Resulta que el Petitó de Pineda (así lo llama el genialoide Ramón de España) hace unos días acudió, con pantalones largos, a la Comisión de las Comunidades Autónomas en la Cámara Alta (CCACA, honni soit qui mal y pense), con el boicot anti institucional de la bancada y baronía autonómica socialistas: María Chivite, Adrián Barbón y Emiliano García-Page. Esa indecente costumbre que, precisamente, practican desde hace tiempo los presidentes de la Generalidad y el inefable Urkullukukú (él no va para hablar de lo suyo, porque ya lo tiene apañao).
El niño Jesús de Praga con barba del independentismo, ese indispensable «hombre de Estado» para los sanchistas, fue a detallar, clar i català, las condiciones de su apoyo a la investidura del jefe de los del boicoit, y, subsidiariamente, a hacer el primer mitin de las futuras elecciones autonómicas, cuando se juegue el ser o no ser el vicepresidente de Salvador Illa o bien de Carles Puigdemont.
Su vía escocesa (una de las cinco modalidades propuestas en un informe en infumable prosa leguleya de unos letrados), para su proyecto secesionista, es una de las cinco vías de agua para cargarse el Estado de derecho del Estado, capicúa, como en el golpe del 1 de octubre de 2017 pero esta vez en plan más fino.
Todo eso lo soltó en el Senado en catalán, naturalmente, y no porque fuese sólo para su parroquia, sino porque ya sabía él que, incluso sin auriculares, todos entenderían a lo que venía.
El final de su discurso, ese «Visca Catalunya i bon día», sea tal vez la frase más acertada, juiciosa, y, además compartible por cualquier español de buena fe, pronunciada por un presidente de la Generalidad desde los tiempos de Tarradellas.
Tras de lo cual, fuese y no hubo nada. Y subióse en un taxi.
(Un error el que los demás presidentes autonómicos del PP se dedicaran gran parte de sus discursos a criticarlo in absentia; pero al menos lo hicieron en la lengua común).
Coda 1) El caso Otegi. Después de las oportunísimas revelaciones sobre las presuntas andanzas criminales del presunto hombre de paz Otegi (Zapatero dixit), con pelos, capós y señales (gran trabajo de la periodista Leyre Iglesias), se hace una vez más dolorosamente patente el infame trato que se les ha dispensado a las víctimas de ETA por parte del Estado; y no me refiero únicamente al escarnio que supondrá para ellas la denegación de verdad en los casos de Otegi, y los otros 300 casos aún por esclarecer porque a Bildu no le da la gana, ni al oprobio de un Gobierno socialcomunista con los síes necesarios de los de Otegi (la otra vez fue, al menos, una mera abstención vergonzante): nuestros héroes de la Democracia, panteonizables, reciben unas pensiones iguales que para accidentes laborales (¡con todos los respeto por los accidentados!).
Escandalosa, maldito gremialismo, la indiferencia de la prensa y, por consiguiente, de la de la opinión pública en general, por «el caso Otegi». Y parece que la fiscalía ni está ni se la espera.
Coda 2) La Princesa Militar de Asturias: probablemente la única heredera al trono del mundo de tal condición, es sin duda la mejor aportación de los últimos años al feminismo español (coincidente con las bodas de oro del Varón domado de Esther Vilar). Lo que no quita la vergüenza nacional de que no se acometa la indispensable reforma de la Constitución respecto de la grotesca primacía del ¡varón! en la sucesión a la corona.
Coda3) Hamás contra Israel: sigue el antisemitismo subliminal de La Paisa Today. Véase, inter alia, el equidistante tratamiento de la autoría de la trágica destrucción del hospital en Gaza.
Cuestionario maldito a Pere Aragonès i Garcia:
-¿No cree que habrá que aplicar lo del 25% alguna vez? Sí: 25% de aranès.
– ¿Por qué «Aragonès» con acento grave y «Garcia» sin acento? ¿Que es que es ustet un rasista?
– ¿Por qué se fue del Senado sin escuchar a sus colegas? Por pereza de tener que ponerme el pinganillo.
– Después de las revelaciones sobre Otegi, ¿volverán a ir en la misma lista que Bildu en las elecciones europeas de junio de 2024? Si está prescrito lo suyo, ¿por qué no?
– ¿De quién preferiría ser vicepresidente, de Puigdemont o de Salvador Illa? – Presidente como Sánchez, siendo el segundo más votado.
-¿Por qué fue el único consigliere en no ser destituido por el 155? Alguien tenía que gestionar la 155 monedas rufianescas.
-¿En qué lengua habla con Rufián? En catalán, qué remedio, por ver si mejora su cacao de charnego con las eses sordas y sonoras.
– Oriol Junqueras, una vez anulada su inhabilitación ¿será el candidato a la Generalidad? Beatus ille.
– Si no tuviera más remedio que entrar en el Gobierno Frankenstein, ¿qué cartera se pediría? La de Asuntos Exteriores, naturalmente.
-¿Qué les diría a los que afirman que no tiene la estatura de Jordi Pujol? Les sacaría la cinta métrica.
– ¿Cómo recibirá en Barcelona, después de la amnistía, a Puigdemont? Lo recibiré en Gerona, con todos los honores de un alcalde.
– ¿Por qué ERC quiere investir al presidente de un país opresor y que roba a Cataluña? Un gesto de buena voluntad, y nos lo ha aconsejado el relator internacional de la mesa del referéndum…
– El relator internacional ¿quién será? Guardiola. Cataluña es más que un club.
– ¿Qué libro no recomendaría? – Esta desfachatez: Cuando España echó a andar.