'Minorías nacionales', la última artimaña de Puigdemont
«La Convención del Consejo de Europa no está pensada para los catalanes, vascos y andaluces, sino para minorías maltratadas por Estados no democráticos»
Acabamos de conocer, a través de La Vanguardia, que el PSOE está negociando con los independentistas el reconocimiento de los catalanes como «minoría nacional». ¿De qué se trata?
Minoría nacional es una noción que encontramos en el marco del Consejo de Europa (una organización internacional, que no tiene nada que ver con la Unión Europea, conformada por 46 Estados, entre ellos Turquía, y Rusia hasta su expulsión el año pasado). Precisamente la presencia de Estados con poca calidad democrática, como por ejemplo Georgia, explica por qué esta organización dice estar preocupada por los derechos de las minorías, sobre todo étnicas, en algunos de sus miembros. En todo caso, los Estados miembros del Consejo de Europa no han sido capaces de acordar una definición de minoría nacional.
Los dos instrumentos para la protección de las minorías nacionales en el marco del Consejo de Europa son la Convención Marco para la Protección de las Minorías Nacionales y la Carta Europea de las lenguas regionales o minoritarias.
La clave es la Convención Marco para la Protección de las Minorías Nacionales que ha sido firmada y ratificada por 39 Estados, entre ellos España. Francia no la ha firmado. Los Estados firmantes tienen libertad de decidir qué grupos dentro de sus respectivas jurisdicciones pueden ser identificados como «minoría nacional». Pero la Convención prevé, en todo caso, que las personas tienen el derecho de decidir ellas mismas si quieren que se las trate como si pertenecieran a una minoría nacional. Sin embargo, su decisión debe basarse en criterios objetivos conectados con su identidad, como su religión, su lengua, sus tradiciones o su patrimonio cultural.
Ya esta primera premisa les falla a los nacionalistas, dado que más de la mitad de los catalanes no nos autoidentificaríamos como «minoría nacional». Pero hagamos un ejercicio intelectual y veamos a qué derechos accederíamos una vez obtenida tan lujosa condición.
«Los catalanes gozamos de un autogobierno que nos pueden envidiar los ‘länder’ alemanes»
La Convención otorga a las minorías nacionales el derecho a no ser discriminadas; preservar y desarrollar las culturas, religiones y lenguas minoritarias; poder influir en el proceso público de toma de decisiones sobre cuestiones que afectan a las personas pertenecientes a minorías; participar en la vida social, cultural y económica; promover un espacio diverso de medios de comunicación con retransmisión en las lenguas minoritarias; mostrar los nombres personales, los topónimos y otras indicaciones topográficas en las lenguas minoritarias; hacer la educación accesible para todos y fomentar la competencia intercultural; enseñar las lenguas minoritarias y en las lenguas minoritarias, en las escuelas públicas y privadas.
Es obvio que nuestra Constitución garantiza todos estos derechos a los ciudadanos que residen en las distintas comunidades autónomas, y muchos más. Los catalanes no sólo «influimos» en el proceso de toma de decisiones, sino que gozamos de un autogobierno que nos pueden envidiar los länder alemanes: un Parlamento autonómico con amplios poderes legislativos y un Gobierno autonómico con un presupuesto anual de unos 50.000 millones de euros y con omnipresentes poderes ejecutivos.
Es obvio que la Convención del Consejo de Europa no está pensada para los catalanes, vascos y andaluces, sino para minorías maltratadas por Estados no democráticos. Es más, ya me gustaría ver las caras de los líderes de estas minorías maltratadas en Turquía o Georgia cuando los catalanes les digamos que aspiramos a la misma condición que ellos.
Es más: ¡a ver si al final tendremos que pedir los catalanes no nacionalistas el amparo de la Convención como minoría nacional también! Porque en Cataluña se estudia casi exclusivamente en catalán y los medios de comunicación catalanes emiten exclusivamente en catalán.
No, los nacionalistas no buscan derechos a través de la condición de «minoría nacional». Lo que buscan es la humillación de la Constitución y del Estado. Y ya sabemos que el PSOE y sus socios no tienen ningún escrúpulo en pagar con la dignidad constitucional.