THE OBJECTIVE
Román Cendoya

El futuro es mujer

«Todos los posibles socios políticos del presidente en funciones son los que se han posicionado contra una joven mujer de 18 años y lo que ella representa»

Opinión
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El futuro es mujer

La princesa Leonor. | Alejandra Svriz

La princesa Leonor de Borbón será la primera Jefe de Estado de la democracia. España no ha sido presidida por una mujer desde la reina Isabel II. Leonor es una mujer que, además de Jefe del Estado, será Capitán General de las Fuerzas Armadas. Para ello, el día de su mayoría de edad, ha jurado la Constitución ante el plenario de unas Cortes Generales que pueden considerarse prácticamente paritarias. Cuando el actual Jefe del Estado juró la constitución hace 37 años sólo el 5% de sus señorías eran mujeres. El desarrollo del histórico acto institucional del juramento de la Constitución, por parte de la que será la primera mujer Jefe del Estado desde hace casi dos siglos, ha desprendido una gran carga de contradicción. Se trataba de consolidar un futuro que, sin embargo, se percibe que está siendo dinamitado desde dentro por Pedro Sánchez.

El juramento de Leonor ha seguido el guión institucional que inventó Gregorio Peces Barba para el juramento del hoy Rey Felipe VI. La institucionalidad se consolida y fortalece con la elevación a rango de rito de los momentos históricos. Por eso, el acierto ha sido no inventar ni improvisar. Ha sido lo mismo pero totalmente distinto. Hace 37 años el juramento lo hizo un varón. Ahora, ha sido una mujer. Todo lo acontecido no le ha restado nada a Leonor de Borbón como referente de modernidad y representación simbólica de su generación.

La lista de contradicciones e incongruencias políticas es larga. Y todas giran entorno al presidente del Gobierno y sus alianzas políticas. Todos los posibles socios políticos del presidente en funciones son los que se han posicionado contra una joven mujer de 18 años y lo que ella representa. Mientras España se ha asegurado constitucionalmente que el próximo Jefe del Estado será una mujer, ésta no ha contado con el respaldo de las presuntas ministras feministas del autoproclamado Gobierno más feminista de la historia. El feminismo político de Irene Montero o Ione Belarra es un postureo político. No defienden a la mujer, la utilizan como instrumento político y como excusa. A Leonor de Borbón le han usurpado su condición de mujer. ¿Por qué? Porque no es republicana y roja. Y Sánchez las mantiene.

«Para los socios de Sánchez, la monarquía es ‘heredera de la dictadura’»

El socio estratégico del PSOE es EH Bildu que, junto con ERC y BNG, ha firmado un comunicado cuyo objetivo es «trasladar la voz y el sentimiento de millones de personas de los Països Catalans, Euskal Herria y Galiza que ni reconocen ni amparan el régimen monárquico español». Según estos partidos la monarquía es «heredera de la dictadura y pieza fundamental del régimen que ha supuesto y aún supone un cerrojo a las aspiraciones nacionales y sociales» de sus naciones. Esa lucha contra la monarquía y el modelo constitucional del Estado español mancha de sangre a los compañeros de viaje de EH Bildu. Su lucha no es nueva. Arrastra el sangriento negro balance de 854 asesinatos, miles de heridos y más de 200.000 exiliados. Sobre esos pilares construye Sánchez el futuro.

Otra contradicción política es la del Partido Nacionalista Vasco. Hace 37 años el lehendakari Ardanza acudió al juramento del entonces Príncipe de Asturias. Ahora no han acudido, ni el presidente del Gobierno vasco ni los miembros del grupo parlamentario, con excusas peregrinas sobre el modelo constitucional. El partido de Sabino Arana suele hacer malabarismos con los asuntos reales. Acude a las rondas de consulta del Rey Felipe VI —Junts, ERC o Bildu nunca asisten— pero luego se ausenta en actos como la jura de la Constitución de la futura Jefe del Estado. La incoherencia e incongruencia es total. Los vascos disfrutamos de privilegios constitucionales, frente a los demás territorios de España, por los presuntos derechos forales. Unos derechos que emanan de los privilegios otorgados a los vascos por la Corona española. El PNV, por coherencia, debería renunciar al concierto económico y demás privilegios recogidos por el Estatuto de Guernica. Sin embargo, se ha instalado en la equivocación permanente por intentar ganarse los favores de un Pedro Sánchez que ya ha elegido a Bildu como socio estratégico.

La monarquía no puede ser, como afirman los socios de Sánchez, una herencia de la dictadura ninguneando la figura histórica del Rey Juan Carlos I. Su papel en la construcción de la democracia es tan fundamental como histórico. Su liderazgo y protagonismo no se pueden obviar ni olvidar, como tampoco, sus impropias conductas individuales.

«Sánchez es la Linda Lovelace —garganta profunda— del PSOE, capaz de tragar lo que sea con tal de seguir en el Gobierno»

El día, porque así lo quiso Sánchez, amaneció marcado por la imagen del intrascendente Santos Cerdán rindiendo sumisión ante el prófugo Carles Puigdemont bajo la fotografía de la urna golpista. Pedro Sánchez es la Linda Lovelace —garganta profunda— del PSOE, capaz de tragar todo lo que sea con tal de seguir en el Gobierno.

El Rey Felipe VI supo aprovechar que tenía a toda la banda de Sánchez sentada en la mesa del almuerzo, para que el discurso dirigido a su hija, «querida Leonor», fuera todo un repaso al presidente derrotado en funciones, a Conde Pumpido, a Armengol y compañía sobre constitucionalismo democrático, recordando la separación de poderes, el respeto a la Constitución y todos esos principios que Sánchez está dispuesto a vulnerar.

En el acto histórico de la jura de la Constitución por parte de la princesa Leonor no estaban todos los socios de Sánchez. Y son esos ausentes los que quieren frustrar el futuro de España junto con Sánchez. Pero no podrán, porque España es muy fuerte y su futuro es una mujer.

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