Apocalipsis golpista
«Tan irracional es afirmar que estamos a las puertas de una dictadura como negar que estamos en un proceso de involución democrática»
Ilustración de Alejandra Svriz.
Derecha e izquierda coinciden en que estamos al borde de un apocalipsis. La derecha más hiperventilada anuncia que la mutación hacia un régimen dictatorial está en marcha y a punto de realizarse. Para los exaltados de uno y otro rincón es importante nunca dar las dictaduras por consumadas. Las dictaduras siempre tienen que estar a punto de llegar para evitar la autorrefutación: si esto fuera una dictadura, usted no podría decir eso que está diciendo, ni yo escribir lo que me dispongo a escribir. Pero tan irracional es afirmar que estamos a las puertas de una dictadura como negar que estamos en un proceso de involución democrática. A corto plazo, el edificio no va a saltar por los aires, pero en poco tiempo ha pasado de ser un hotel de cuatro estrellas con aspiraciones a un dos estrellas con humedades.
La izquierda tiene su propia forma de hiperventilar: no ven cerca la dictadura, pero sí el golpe de Estado. No hay día en que los medios oficialistas no subrayen la presencia de indeseables al frente de las movilizaciones contra la amnistía y reproduzcan sus símbolos y cánticos fascistas. Y está bien que lo hagan, siempre que no sea para silenciar perfiles más representativos y voces más relevantes.
«Hay demócratas hipersensibles. Es una pena que su hipersensibilidad sea tan selectiva»
Es sorprendente cómo a los mismos periodistas que buscan con lupa banderas franquistas como quien busca a Wally les pasan inadvertidos los comunicados de todas las asociaciones de jueces, de fiscales, de los letrados de justicia, de los inspectores de Hacienda, abogados del Estado, de la comisión permanente del CGPJ, del Sindicato de Inspectores de Trabajo y Seguridad Social o de diversos colegios de abogados. Tampoco han dado pábulo a los editoriales de Le Monde o The Observer (The Guardian) muy críticos con la amnistía. ¿Entre un hooligan rapado a las puertas de Ferraz y el manifiesto que ya han suscrito cientos de profesores de Derecho, a qué dan publicidad los medios oficialistas? Exacto.
Han dado mucha publicidad, por ejemplo, a un llamamiento firmado por medio centenar de militares retirados para que la Fuerzas Armadas destituyan a Pedro Sánchez. Los firmantes, cuyo acto más revolucionario en lo que va de siglo ha sido sustituir la bañera por un plato de ducha, aparentemente representan un grave riesgo para la seguridad nacional. No dudo que estos señores, entre las seis veces que se levantan al baño cada noche, sueñen con una Grande y Libre, pero los sueños incontinentes sueños son. Y no digo que haya que ignorar el manifiesto, pero es un exceso interpretarlo como una amenaza real de golpe de Estado.
Pero, claro, hay demócratas hipersensibles. Es una pena que su hipersensibilidad sea tan selectiva: quienes lideraron un pronunciamiento contra la legalidad constitucional les parecen inofensivos. Y estos no están en sus casas, ni en el bar echando la partida, sino bien acomodados en el Parlamento.
Mejia debe ser joven porque sigue creyendo que la dictadura, como el golpe de estado o la secesión, necesitan el uso de la fuerza. En el siglo XXI una dictadura emplea otros medios igual de efectivos. Uno es el borrado de la vida social y la conversión del disidente en chivo expiatorio de todos los males. Convertido el disidente en un demonio, el pueblo verá su desaparición como merecida y vivirá feliz en su ignorancia. Ignorancia de que vive en la dictadura de la sonrisa. Y los medios igual, se autocensuran, se muestran equidistantes y a vivir sin reconocer la dictadura. Y así, todos los ambitos sociales.
Su artículo es un ejemplo de esto.
Si las asociaciones de jueces, que en su mayoría son fachas, se pronunciasen sobre el aborto o sobre el mismísimo divorcio, seguramente dirían que son cosas del demonio. Pero, como las aprobó el Parlamento, no les queda más remedio que tragar… Aún así, hay jueces prevaricadores -no muchos afortunadamente- que dan por el culo cuando les tocan temas relacionados con lesbianas. Luego los cabestros de derechas hablan de «la imparcialidad de los jueces conservadores».
Eres un meme en ti mismo. Lee y viaja y échate novio, que lo necesitas. Te dejan publicar aquí porque haces reír, no hay duda.
A mamarla, facha imbécil (disculpen el pleonasmo).
Y tómate la pastilla taradín que has vuelto a mojar la cama…
El juez del Ruiz de Lara, del Juzgado Mercantil 11 de Madrid (¡ay, estos apellidos compuestos!), literalmente dice que Sánchez es «un narcisista patológico con rasgos claros de psicópata sin límites éticos y dispuesto a todo, incluso a destruir el Estado de Derecho, para permanecer en Moncloa». Igual es hasta forero de TO: escribe igualito que Grossman, Danif y el resto de la peña. Además de que la anomalía mental o el excesivo consumo de sustancias tóxicas parecen del juez y no del prójimo –y hacen dudar de su mera capacidad legal, no digo ya para juzgar–, me pregunto si no sería más fácil desmentir las acusaciones de «lawfare» que se hacen a los jueces en general si no aparecieran con frecuencia opiniones tan disparatadas como esa firmadas por magistrados.
No sé si se conseguiría algo, pero probablemente habría que modificar el sistema de formación y acceso a la carrera judicial intentando que conocieran mejor la ley democrática y peor los Principios Fundamentales del Movimiento. Apoyaría a cualquier Gobierno que fuera por ahí, sobre todo si los Ruiz de Lara de turno pusieran el grito en el cielo.
La derecha española es poco presentable, señor Mejías.