ETA, Itziar Ituño y BMW
«Resolver un conflicto político en los tribunales les resulta más reprobable que resolverlo a tiros, ¡menos ‘lawfare’ y más ‘warfare’!»
Vale que esperar que un concesionario de coches impartiera una lección de cultura democrática era mucho esperar, pero el comunicado con el que BMW Lurauto anunció el cese de su colaboración con Itziar Ituño es una lección de lo contrario. No me malinterpreten, entiendo la postura de la empresa: la actriz había encabezado una manifestación en apoyo a los presos de ETA y esa es una asociación delicada para una marca de coches, más sabiendo lo mucho que a ETA le gustaba hacerlos explotar. Lo que le reprocho es la explicación: «En BMW Lurauto no nos vinculamos con ninguna ideología política, por lo que lamentamos que se haya vinculado la imagen de BMW Lurauto con cualquier tipo de acto de contenido ideológico».
El comunicado valdría si hubieran cazado a Ituño en un congreso de UPyD; el problema son las ideologías, no esa ideología. Manifestarse por la liberación de los presos de ETA es igual que manifestarse por la subida del SMI. El comunicado de Lurauto es la anti-lección democrática por no atreverse a subrayar que no todas las causas son moralmente equivalentes.
«Los partidarios de la excarcelación nos exigen abandonar el rencor, cuando las penas de prisión existen para pacificar el rencor de las víctimas»
Los astutos de siempre, los que hablan de ‘conflicto’, los que en la Sociedad de la nieve irían con la nieve, han salido en fila a defender a Ituño con cantos solemnes a la libertad de expresión y los derechos políticos. No han reparado, claro, en que Ituño se sitúa junto a quienes hicieron imposible la libertad de expresión y convirtieron la actividad política en una actividad mortal. No es posible defender con argumentos democráticos la anti-democracia. Se lo digo con un pleonasmo: quien no defiende democráticamente su ideología no tiene una postura democráticamente defendible. Con su presencia, Iztiar Ituño manifestó que quienes secuestraron, extorsionaron, asesinaron y aterrorizaron no merecen un reproche penal, porque obraron dentro de un contexto que los justifica.
Esto lo piensa Iztiar Ituño y lo piensan los astutos de siempre, tan críticos con la judicialización de la política y tan comprensivos con su militarización. Resolver un conflicto político en los tribunales les resulta más reprobable que resolverlo a tiros, ¡menos lawfare y más warfare! Le tienen más miedo a un recurso que a un revolver, y en su derecho están, pero no hablen de presos políticos: quienes cumplen condena por terrorismo están en prisión porque renunciaron a la política y decidieron hacer la guerra. ETA actuaba contra las libertades y el pluralismo, y por tanto, contra la democracia: manifestarse a favor de ETA implica necesariamente manifestarse en contra de la democracia.
Los partidarios de la excarcelación nos exigen abandonar el rencor, cuando las penas de prisión existen para pacificar el rencor de las víctimas. Y las víctimas de los crímenes de lesa democracia somos todos. También hablan de avanzar y repiten que ETA no existe. Avanzar, como si no se pudiera avanzar retrocediendo. Avanzar es que perdonemos a Otegi, no que Otegi pida perdón. Para los astutos, avanzar no sólo es admitir que ETA no existe, que es evidente, sino vivir como si nunca hubiera existido. Qué paradoja: ETA pudo existir gracias a los mismos que ahora repiten que no existe.