THE OBJECTIVE
Román Cendoya

Terrorismo es terrorismo

«Hay futuro porque hay instituciones y personas que se mantienen firmes en el cumplimiento de sus obligaciones de acuerdo a la legalidad constitucional»

Opinión
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Terrorismo es terrorismo

Ilustración de Alejandra Svriz.

Un Estado democrático no es un estado de opinión, es un Estado de derecho sometido al imperio de la ley. La Constitución es la columna vertebral de los Estados modernos. Y en el caso de los Estados democráticos consagran la separación de poderes. En España sabemos lo que es sufrir a un presidente del Gobierno cuyo mecanismo de decisión se sustenta, en función de su necesidad, en el me pienso de que propio de una barra de bar.

Le da igual el tema que trate. Cualquier cosa pasada por el pensamiento profundo de Pedro Sánchez llega al nivel cuñado. Todo en él, además de mentira, es relativo. Está claro que el terrorismo es terrorismo, pero para él el terrorismo puede ser bueno, malo o mediopensionista dependiendo de quién lo ejerza y, sobre todo, de cuántos votos tenga en el Congreso. 

La gran ventaja de un Estado de derecho sólido es que los delitos están tipificados en el Código Penal. Las actuaciones de los individuos se enmarcan en el ejercicio de la libre decisión. La libertad es una conquista determinada por la responsabilidad. Libertad sin responsabilidad es libertinaje.

«Sánchez se ha convertido en un activista parcial que insulta a la mayoría de los ciudadanos»

El relativismo moral y político del presidente es un esperpento adornado de definiciones demenciales sobre la mentira. Hacer todo lo contrario a lo que prometía o decía, según él, es un «cambio de postura» o «hacer de la necesidad virtud». Que él sea así es una desgracia. Puede entenderse que sus ministros no tengan más remedio que seguirlo. Él los ha nombrado. Pero que presuntos periodistas y analistas lo sigan, justifiquen y rían sus gracias, haciendo de palmeros del régimen, es incomprensible desde la ética y la dignidad profesional.

Un grave problema del mentiroso firme, Pedro Sánchez, es que en el ejercicio del poder se le ha olvidado que es presidente de todos los españoles. No de unos contra otros. Sánchez se ha convertido en un activista parcial que insulta a la mayoría de los ciudadanos. Si no estás con Sánchez y no eres un palmero de sus locuras y arbitrariedades, automáticamente eres parte de la fachosfera. Y si tienes un mínimo de cultura musical y, por ello, no sucumbes a la vacuidad popera del subproducto eurovisivo también eres un «facha» para el presidente del Gobierno. Ahora para ser progre hay que tener mal gusto musical. A ver cómo les dice Ortuzar a las Begoñas del PNV que «Zorra» está bien.

Pero hay futuro. Es muy importante revisar con claridad lo que ha ocurrido en la Junta de Fiscales de lo Penal del Tribunal Supremo. El órgano ha hecho su trabajo desautorizando al fiscal Álvaro Redondo quien, sumisamente, accedió a defender la repugnante postura respecto al terrorismo del fiscal general del Estado. Como el presidente necesita los votos de Junts, cualquiera de los actos cometidos por éstos tienen que estar exentos de posible tipificación penal. Por eso Redondo elaboró el informe defendiendo que no existen indicios suficientes contra el expresidente catalán en Tsunami Democràtic.

Un Estado de derecho se manifiesta cuando sus servidores públicos cumplen con su obligación y someten al imperio de la ley a cualquier ciudadano sin ningún tipo de excepción. En eso radica el principio de igualdad que tanto desprecia Pedro Sánchez y sus pedros ladradores. Han sido demasiados días frivolizando sobre lo que es terrorismo o no. Sobre la base blanqueada del terrorismo nazionalista independentista de ETA no cabe otro terrorismo en el relativismo oportunista de Sánchez. Y en su necesidad arrastra al fiscal general del Estado y a su lacayo Redondo negando, por escrito, una clara tipificación. Una posición derrotada por la Junta de los 15 fiscales de lo Penal del Tribunal Supremo, presidida por Fidel Cadena y Joaquín Sánchez-Covisa quienes, tras cuatro horas de deliberación, acordaron pedir al alto tribunal que abra una causa contra Carles Puigdemont por terrorismo y también contra el diputado de ERC en el Parlament, Ruben Wagensberg, que ya se ha fugado a Suiza. Valientes nos han salido los indepes

«El juez García-Castellón no está loco, no hace política. Cumple con su difícil función»

Hay que reconocer que lo acordado no es vinculante para la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, pero supone un contratiempo para el PSOE y Puigdemont en la construcción de su amnistía. Los argumentos de la Junta de Fiscales tienen un importante valor futuro ante los magistrados. Es que terrorismo es terrorismo.

El resultado de la Junta de Fiscales del Tribunal Supremo supone todo un apoyo a la labor de Manuel García-Castellón en su impecable trabajo como juez instructor, quien abrió la causa en 2019 cuando nada de esto afectaba a la gobernabilidad de Sánchez. El juez no está loco, no hace política. Cumple con su difícil función y establece que Tsunami «fue una organización estructurada, jerarquizada y con vocación de permanencia cuya finalidad esencial era subvertir el orden constitucional, desestabilizar al Estado y alterar gravemente el orden público mediante la movilización social masiva». Esta organización era manejada por una cúpula que debe ser juzgada y sometida a las penas correspondientes. Eso es igualdad.

La labor del juez ha sido vilipendiada con insultos y descalificaciones personales con la complicidad del comando Armengol y de periodistas y medios de comunicación entregados a la alteración del orden constitucional por la permanencia de Pedro Sánchez en el poder. Es evidente que el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, y sus mercenarios no se dan por vencidos y ya tienen la forma de desarrollar un nuevo informe al dictado de Sánchez. Ellos sabrán hasta donde están dispuestos a humillarse. ¿Hasta la prevaricación?

Todo termina un día y todo se puede revisar. Hay que tener presente que el rostro de Sánchez ya empieza a mostrar la frustración del que no se siente omnipotente. Hay un momento en que todo comienza a torcerse y en una mañana puedes pasar de tener todo a ser expulsado del poder. De eso sabe mucho el PNV cuya lealtad es tan sólida como la palabra de Sánchez. Y en el País Vasco las encuestas empiezan a presentar el sorpasso de Bildu al PNV por apoyar a Sánchez.  

Hay futuro porque en el Estado hay instituciones y personas como García-Castellón y Aguirre que se mantienen firmes en el cumplimiento de sus obligaciones de acuerdo a la legalidad constitucional. 

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