Era la putinoesfera, idiotas…
«El PPE ha logrado, forcejeando frase a frase con los socialistas europeos, intoxicados por la eurodiputada Iratxe García, al servicio de su Sanchidad, que el Parlamento Europeo empiece a investigar los manejos rusos…»
Hace pocos días se supo, como en una mala novela de espías de la Guerra Fría, que hay una agente infiltrada en el corazón de las instituciones europeas. ¿Pero a quién podría sorprender? La eurodiputada letona Tatjana Ždanoka (1950), comunista prosoviética desde 1971 y ex miembro del Soviet Supremo de la República Socialista Soviética de Letonia, es vicepresidenta de un partido que no oculta sus intenciones: Unión Rusa de Letonia (URL). Ella defiende -y es pura coherencia- los intereses rusos desde que su país se liberase del yugo soviético. Fue observadora internacional del referéndum-farsa de anexión de Crimea a Rusia. Una profesional.
La espía resulta que está adscrita al grupo parlamentario europeo Grupo de Los Verdes/Alianza Libre Europea, aquel donde buscó su hueco ERC y del que llegó a ser vicepresidente in absentia Oriol Junqueras desde Soto del Real; ella sueña con que Letonia se integre en la Rusia de Putin, igual que los independentistas sueñan con anexionar Baleares y la Comunidad Valenciana. Es una activista que considera que la rusofobia es equivalente al antisemitismo… igual que Yolanda Díaz debe de considerar que el antiindependentismo es equivalente al machismo.
Se recuerdan retrospectivamente de ella sus visitas a Cataluña en los momentos clave del Procés, su peregrinación a la cárcel para adorar a los presos de la causa, así como sus intervenciones mediáticas favorables al secesionismo. Ahora se sabe que seguramente forma parte de la trama rusa de apoyo a la banda de los de Puigdemont. Una trama que quería convertir a Cataluña en una República Mediterránea pro rusa.
Coincide esto con que el PPE ha logrado, forcejeando frase a frase con los socialistas europeos, intoxicados por la eurodiputada Iratxe García, al servicio de su Sanchidad, que el Parlamento Europeo empiece a investigar los manejos rusos para desestabilizar a las democracias europeas; y con un apartado dedicado a las relaciones de los indepes con la Putinoesfera.
La Comisión, a su vez, va a diligenciar alguna pesquisa, gracias al impulso del vicepresidente Margarítis Schinás, Comisario encargado nada menos que de «la protección del estilo de vida europeo», un rara avis conocedor, por vía conyugal, de la realidad española. Esperemos, sin embargo, que no proteja demasiado el «estilo de vida español», pues resulta inaudito que hayan tenido que pasar años sin que gobiernos ni fiscales ni jueces españoles investiguen en serio a los indepes en sus tratos con los esbirros de Putin, quienes prometían un apoyo sin precedentes al golpe (un ejército de diez mil mercenarios, la compra de la deuda catalana ¿en rublos?, convertir a Cataluña en un enclave fiscal ruso con criptomoneda propia), lo cual habría supuesto activar mecanismos de defensa europeos (y hasta otánicos) ante un ataque insólito a la Europa democrática, y que podría entrañar incluso riesgo bélico). Las razones por las que no prosperó el putsch catalano-putinesco cabe buscarlas más del lado caganer. Fracasó porque se cagaron: los dirigentes independentistas, ayunos de apoyo popular verdadero, no se atrevieron a arriar la bandera española en Sant Jaume y dar instrucciones a las escuadras de mossos de rodear el Parlament y el Govern para cuando llegasen las fuerzas españolas de ocupación.
La hoy varada triple amnistía a los sediciosos, a Putin y sus esbirros, y a la propia alta traición que supone conseguir el poder en alianza con los que quieren liquidar la Constitución, deberá a partir de ahora ser vista al trasluz de la dictadura rusa. Parafraseando a Spengler: a Occidente, ejem, solo lo salvará un pelotón de jueces.
Coda Pegasus) Cuando se reúna la comisión de investigación en el Congreso para examinar el caso Pegasus de supuesto espionaje a los independentistas, el PP debería convocar del primer al último día de las sesiones al profesor José Javier Olivas, por su gran trabajo de artificiero.
Coda gallega) Las encuestas coinciden en que el PP podría revalidar su mayoría absoluta pero con un margen de error suficiente para que, siquiera sea por un diputado, pueda articularse una alianza antipopular. Lo que está en juego en estas elecciones es algo más que siga o no gobernando el PP regionalista: es la primera vez que se somete a escrutinio a la mayoría de investidura de Sánchez; y que se dé un posible voto de castigo al Partido Socialista. Si se produjese la sorpresa en Galicia de un gobierno nacional socialista (que dios me perdone), saldría reforzadísima en Madrid la parte nacionalista, prueba de que la coalición pro Sánchez favorecerá siempre a los nacionalistas centrífugos.
Coda Alves) Después de un año de prisión preventiva (¿no habría bastado declararlo persona non grata en las discotecas de España a la espera del juicio?) salen a relucir en las vistas todas las contradicciones que habían sido conveniente y sesgadamente filtradas durante la instrucción. Éstas son inherentes siempre a lo que ocurre entre dos adultos tras una puerta cerrada con consentimiento: la verdad sólo la saben ellos y nadie más que ellos. Pero el juicio mediático ya ha dictado sentencia, como suele ocurrir con las celebrities, que gozan de jurisdicción especial.
Cuestionario maldito a Putin:
-¿Qué opina de Puigdemont? – ¿Pokemón? No lo conozco, pero seguramente sea un nazi ucraniano.
-¿Cómo le va la guerra? – Aguantando el resultado a la espera de que entre Trump en la cancha.
– ¿Tan seguro está de que Biden va a perder? – No lo dude: no llegará a presentarse.
-Da un poco de miedo… Oiga ¿usted no es de verdad Vladímir Putin? – No, pero usted tampoco es Jaime Peñafiel, ¿no?
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