THE OBJECTIVE
Joaquín Leguina

¿Cómo ha sido posible?

«¿Cómo es posible que Sánchez nos haya echado a la basura a la mayor parte de los veteranos, empezando por el desprecio hacia Felipe González y Alfonso Guerra?»

Opinión
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¿Cómo ha sido posible?

Ilustración de Alejandra Svriz.

Recuerdo bien la noche electoral del 3 de marzo de 1996. Durante la mayor parte del recuento, el PSOE fue ganando en votos y el PP en escaños. Era una situación inédita y, además, peligrosa, y el presidente Felipe González estaba sumamente inquieto.

Considerando el clima de crispación existente, el Gobierno resultante de ese resultado tendría que soportar un serio déficit de legitimidad política, pero al filo del 90% del recuento, el PP pasó por delante también en la cuenta de los votos. Claro que los números daban para que el PSOE intentara una coalición con Izquierda Unida y los partidos nacionalistas, pero ni por un instante se le ocurrió a Felipe encaramarse a un balcón y proclamar: «Somos más».

Como cualquiera puede comprobar, el 23 de julio de 2023, la cosa fue muy distinta: en la sede del PSOE en Ferraz, se comenzó a gritar: «¡Somos más!», pero Pedro Sánchez y los suyos se limitaron a amontonar números hasta concluir que, amalgamando todo lo que no fuera el PP y Vox, podrían superar el listón de la investidura y quedarse en La Moncloa.

Y uno se sigue preguntando: ¿en verdad son más? Sumando no churras y merinas, sino nazis más comunistas, sí son más, pero no se puede saber qué hacen juntos, porque ese resultado más que un Frankenstein es un sin dios.

Así lo ha visto Ignacio Varela:

«A partir del imprescindible ingreso del partido de Puigdemont en el bloque de poder, el presupuesto de viabilidad de la legislatura fue una amnistía que garantizara la impunidad completa para todos los autores de hechos delictivos cometidos en Cataluña durante más de una década y relacionados con la insurrección de 2017. Empezando por la impunidad del propio Puigdemont, sin la cual —él mismo lo dejó claro— no habría investidura».

«Los felipistas trajimos al PSOE de 1936 a la socialdemocracia. Y nunca tratamos como enemigos a nuestros adversarios»

Pero, como acabamos de comprobar la semana pasada, el pacto con Puigdemont no era para la legislatura, era sólo para la presidencia de Sánchez.

En fin, no quiero seguir con argumentos de racionalidad política y, con el permiso de los lectores, me centraré en mí mismo. ¿Cómo es posible que Sánchez nos haya echado a la basura a la mayor parte de los veteranos, empezando por el desprecio hacia González y Guerra?

Cualquiera en su sano juicio entenderá que por muchos errores que cometiéramos en su día los felipistas, nadie podrá negar que Felipe y sus seguidores (entre los cuales quiero contarme) trajimos al PSOE de 1936 a la socialdemocracia de finales del siglo XX. Y nunca tratamos como enemigos a nuestros adversarios políticos ni levantamos ningún muro como pretende construir Sánchez en cada paso por más trivial que sea el asunto a comentar.

Pondré sobre el papel el último ejemplo por ahora: en La Sexta (él no trata con televisiones «fachas») le preguntaron sobre un asunto tan banal como una canción titulada Zorra destinada a representar a España en Eurovisión. Y Sánchez dijo que a él le gustaba porque el feminismo es también divertido, aunque «otros preferirían enviar al festival el Cara al sol». El himno falangista comienza así: «Cara al sol con la camisa nueva que tú bordaste en rojo ayer».

Pero es precisamente el rojo el único color que sabe manejar Sánchez. Bueno, también maneja el verde. Ese verde que ha dejado sin agua a Cataluña.

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