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Mentiras que no engañan

«Sánchez sabe que sus palabras son falsas, y lo que es peor: sabe que todos lo sabemos. Las mentiras descaradas no buscan el engaño, sino la humillación»

Opinión

Ilustración de Alejandra Svriz.

  • David Mejía es doctor por la Universidad de Columbia y profesor de Filosofía y Humanidades en IE University.

La semana pasada, el excanciller austriaco, Sebastian Kurz, fue declarado culpable y condenado a ocho meses de prisión. ¿Su delito? Mentir en una comisión parlamentaria. Lo repito porque presupongo su incredulidad: la justicia austríaca ha condenado al excanciller Kurz por mentir. Austria es uno de esos PaísesDeNuestroEntorno a los que nos parecemos cada vez menos. Si cada mentira de nuestro presidente en sede parlamentaria fuera castigada con una pena de ocho meses de cárcel, Pedro Sánchez sería candidato a la prisión permanente revisable.

Es verdad que nunca cumpliría su condena, porque su sucesor correría a indultarle. Y ese es el peor de los síntomas. Lo que determina la mala salud de una democracia no es tanto la mentira o la corrupción, sino la impunidad: síntoma de inmunodeficiencia institucional y perverso incentivo para espíritus corrompibles. Si no teme la penitencia, quien carece de escrúpulos morales no tiene motivos para respetar las normas. 

Entiendo que la opinión pública esté alborotada por el caso Koldo y sus cada vez más intensas y siniestras ramificaciones. También que esté entre alucinada y perpleja ante la gira audiovisual de José Luis Ábalos: como ustedes, en los últimos días he observado con asombro al exministro arrastrar su pena por platós de televisión y estudios de radio. He escuchado su tono doliente y he sentido genuina lástima ante esos ojos de bichón abandonado. Es inhumano no compadecerse de un hombre herido y solo. Pero a pesar de la omnipresencia mediática del señor Ábalos, de la trama Koldo y sus presuntos implicados, mi atención vuelve una y otra vez al presidente del Gobierno, concretamente a las falsedades que volvió a repetir el miércoles en la sesión de control. 

«Pedro Sánchez no ha inventado la mentira, pero la ejerce con especial descaro»

Me refiero, claro, a las acusaciones de corrupción contra el hermano de Isabel Díaz Ayuso y el relato según el cual el PP cesó a Pablo Casado por querer investigarlo. Pedro Sánchez no ha inventado la mentira, pero la ejerce con especial descaro. Muchos -quizá todos- los políticos mienten, pero al menos lo hacen con la intención de engañar. La mentira descarada -esa que Sánchez pronuncia no sólo siendo consciente de su falsedad, sino siendo consciente de que todos somos conscientes de ella- pertenece a otra categoría moral.

Pedro Sánchez sabe que las acusaciones contra el hermano de Isabel Díaz Ayuso fueron archivadas por la Justicia porque no existían indicios de irregularidad. Sabe también que Pablo Casado no fue cesado por querer investigar una posible trama delictiva, sino por espiar a una compañera de partido y pretender mancharla con la sospecha de la corrupción.

Pedro Sánchez sabe que sus palabras son falsas, y lo que es peor: sabe que todos lo sabemos. Sin embargo, insiste en repetirlas. Las mentiras descaradas no buscan el engaño, sino la humillación. Mostrar al adversario que está dispuesto a jugar sin reglas. En un ecosistema democrático sano, los «hechos alternativos» (©Donald Trump) no tendrían el altavoz del presidente del Gobierno. Pero nuestro ecosistema es también un animal herido.

14 comentarios
  1. Gorkataplines

    Sr. Mejía, mientras estamos entretenidos con Koldo, Ábalos, Bego y Pelomocho, la dueña del burdel -que es difícil creer que sea virgen- se ha pirado a Brasil y a Chile a esperar a que amaine. Vamos, lo habitual. Lo mismo que hizo después de las elecciones gallegas cuando estuvo missing -junto con Yoli- el tiempo suficiente para que el siguiente escándalo tapara el desastre. De hecho al Koldogate lo ha tapado… la amnistía, lo cual tiene muchos cojones.
    Ahora ha vuelto y, con el 11M tapándolo todo, está más tranquilo. Normal, un cobarde no le gustan nada las preguntas incómodas y no se expone jamás a la artillería enemiga si puede evitarlo, y él casi siempre puede. Es un artista.
    El día menos pensado se le va a escapar -por error- una verdad y lo mismo cuando se dé cuenta le da una apoplejía o un paralís. No caerá esa breva…

  2. ficomp2c

    Xacto. Cuando la desfachatez es de la magnitud de Sanchinflas, es diáfano que busca el reto del chulito, sabiendo que, si el enemigo entra al reto, saldrán sus huestes mediáticas y subvencionadas para ello, al degüello sin perdón
    Este tipo, no es ni un presidente de todos los españoles, ni un politico, ni de izquierda ni de derecha, es un jugador de ventaja que no acepta ninguna condición, ninguna ley ningún respeto, salvo ganar
    Todo su esfuerzo es que no le quiten la pelota en la cancha, por eso no admite discrepancias, solo forofos. El pobre no da para más, y a los demás SOLO nos queda NO votarle

  3. vilasanche

    El texto es excelente.
    Sanchez es un dentista que aplica el torno directamente sobre el nervio sin anestesia.
    También los nombramientos de la fiscal general del estado y de la ministra de justicia novia de Baltasar garzón así como los de los magistrados del tribunal constitucional responden a la misma lógica. Rompen expresamente la convención de la apariencia de imparcialidad.

    Sanchez es una explicación en si mismo de como puede degenerar un sistema democrático en otra cosa y un retrato de la innanidad y mediocridad de nuestra clase politica. Los mejores no estan.

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