La cuota de solidaridad es Óscar Puente
«Quizás deberíamos plantearnos realizar un test de cociente intelectual a quienes pretenden ostentar un cargo público»
Que al PSOE le da todo igual lo demuestra que exhiban sin pudor personajes como Óscar Puente. Cualquier persona medianamente sensata jamás habría nombrado como ministro a un tipo que cada vez que habla sube el pan y lo tendrían escondido en alguna esquina del Congreso de los Diputados. Pero como lo cuerdo y sensato no es lo que se lleva ahora, el susodicho se plantaba ayer en el programa de Carlos Alsina y lo hacía para dejar un recital de delirios de grandeza que, lamentablemente, no van acompañados por la realidad.
En una parte de la entrevista se quejaba de que lo insultaran por feo. Debe ser que eso de los insultos a Óscar Puente le disgustan cuando no es él quien los profiere. Sin embargo, el menor de los problemas de Puente es su aspecto físico. Es más, ojalá fuera ese el problema. El inconveniente de que un tipo como él gobierne es más bien una cuestión de orden mental. Para dar fe de ello el propio Puente se dejó en evidencia cuando en un momento de la entrevista reveló –ante un atónito Alsina– que había encargado a su equipo investigar qué columnista le insultaba.
Sólo alguien que encaja como un guante en el artículo 49 de la Constitución -ya saben, el artículo recién modificado sobre los discapacitados- puede ser capaz de vender como una idea brillante que está utilizando el dinero del contribuyente para sus paranoias. ¡Miren qué idea tan buena he tenido!, pensó el ministro que olvidó que no estaba en una reunión del PSOE sino en un estudio de radio y que estaba siendo grabado.
«La masa española es tan estúpida que ha permitido que tipos como Puente, Patxi López o Yolanda Díaz redacten el BOE»
Si su problema fuera físico podría malversar «el dinero público» apuntándose a uno de estos cursos que salen por internet en el que te prometen que hacer pesas te convertirá, además de en Adonis, en un portento intelectual a la altura de Newton. Su problema, me temo, no tiene remedio ya que referido a la carencia intelectual no hay mucho que se pueda hacer.
Quizás deberíamos plantearnos seriamente realizar un test de cociente intelectual a aquellos que pretenden ostentar un cargo público. Porque uno puede tolerar que nos estafen, nos roben, nos empobrezcan, pero hacernos pasar vergüenza ajena ya es demasiado. Estaría más que satisfecho teniendo que abonar mensualmente lo que el Gobierno ha llamado «cuota de solidaridad» para mantener a estos tipos que no han sido tocados por la vara de la inteligencia, eso sí, a cambio de que no tuvieran ningún tipo de responsabilidad pública.
Pero también acuñó un término fascinante. Dijo que a Pedro Sánchez no le habían dado un respiro democrático. Esto debe ser que una vez eres investido presidente el resto del mundo debe guardar silencio y limitarse a aplaudir cada una de las medidas que se aprueben en la cochiquera nacional. Y en esto sí tiene razón. Los españoles necesitamos un respiro democrático que nos permita olvidar, al menos por unos días, que la masa española es tan estúpida que ha permitido que tipos como Puente, Patxi López o Yolanda Díaz redacten el BOE.