MyTO

Zasca en la boca sanchista

«El argumento de Pere Aragonès para defender el referéndum ya es indistinguible del discurso sanchista para justificar sus cesiones al chantaje»

Opinión

Ilustración de Alejandra Svriz.

  • Madrid, 1967. He sido columnista en Libertad Digital, Vozpópuli y El Español. Ahora escribo en La Razón y THE OBJECTIVE y hablo en Herrera en Cope. Soy profesor titular de Historia del Pensamiento en la UCM. Tengo unos cuantos libros de historia y política.

Aragonès no disimula. Sabe que su electorado aplaude que haya cogido a Sánchez por los mismísimos votos y apriete sin pausa. No le hace falta fingir, ni mentir. Apoya sus pronósticos sobre hechos consumados. Es la profecía autocumplida. Ha dicho en el Senado que habrá referéndum como ha habido amnistía, y sucederá. Aragonès conoce perfectamente que Sánchez no pone límites cuando se trata de satisfacer a los nacionalistas. Es la fuerza de la voluntad, dice, porque no quiere llamarla chantaje. Si lo dijera, si reconociera la extorsión, no pasaría nada. No habría respuesta gubernamental. Sánchez organizaría un viaje a Kapurthala, iría otra vez a Cuelgamuros, o insultaría a Ayuso para distraer. Mientras, los corifeos del sanchismo dirían que las palabras de Aragonès son el producto de la tensión de las campañas electorales, pero que no va en serio. 

Por supuesto que va en serio. La amnistía que promueve Sánchez supone la consideración de que un referéndum no es un delito, y que si no lo es, se puede volver a intentar. Por eso los independentistas dijeron desde el principio que lo harían de nuevo, y estuvieron atacando a los jueces hablando de lawfare. Esto ha convertido las declaraciones de Aragonès en el Senado en un zasca en toda la boca al sanchismo porque la amnistía no «pacifica» al nacionalismo, sino que permite avanzar en el proceso a la independencia.    

El argumento de Aragonès para defender el referéndum ya es indistinguible del discurso sanchista para justificar sus cesiones al chantaje. Ambos consideran que preguntar no es un delito, que es legítimo consultar a la ciudadanía, y que solo los jueces politizados de la derecha no lo entienden. El mal procede, coinciden los dos, de un PP que judicializó la política, de un derecha que ha asimilado mal que vivimos en democracia y que impide a los catalanes (a todos, of course) vivir según su criterio. 

«La paz de Sánchez es un país que sustituya la ley por la voluntad; es decir, por el chantaje de las minorías al Gobierno»

La paz de Sánchez es un país que sustituya la ley por la voluntad; es decir, por el chantaje de las minorías al Gobierno para que rompa el Estado democrático de Derecho. Ya tienen el relato de que la Transición fue un apaño franquista, que la Constitución está muerta, que las instituciones fiscalizadoras son fachas, y que el progreso es lo que decidan en un despacho los nacionalistas. También cuentan con la tropa de juristas, culturetas y periodistas que dicen que echaban de menos una amnistía en España. Pero sobre todo tienen un electorado que traga con la nariz tapada, que piensa que no les encaja el asunto pero que si lo dice el Gran Timonel pues sus razones tendrá. 

Más allá del referéndum no hay nada, porque esa consulta supone una negación de la Constitución. Sánchez no puede ofrecer otra cosa ni ahora ni después. Una vez que tengan el debate sobre la mesa y el sanchismo comience a pergeñar los argumentos favorables, cuando los corifeos de Sánchez digan que a quién le puede molestar que la gente vote, el asunto está hecho. Su victoria está en que el referéndum esté sobre la mesa y marque la política, como la amnistía. Más tarde o más temprano pondrán las urnas. Es el paso lógico.

De esta manera, la legislatura de Sánchez podría ser la última de la España democrática que conocemos. Si se fractura la Constitución por delante y por detrás, con la amnistía y el referéndum, esto quedará desquiciado, fuera de sus goznes, y caerá. El calendario es muy propicio para la culminación de este procés. Las elecciones europeas no sirven para nada. En las vascas habrá un gobierno nacionalista que quiere la autodeterminación. Y en las catalanas, con cualquiera de sus fórmulas se avanzará en el referéndum. Solo queda poner la fecha. 

39 comentarios
  1. Dersu

    Después de lo dicho ayer en el Senado lo callado por los cobardes socialistas y comunistas, hasta que el indecente no dio orden al final del día para decir alguito, al sevillano se le debería de caer la cara de vergüenza, acobarde y ruin, cagarreta, andaluz defensor de los que les ofenden por los siglos de los siglos, amen. Cobardes y traidores, como siempre.

  2. MalditosRoedores

    Hay coincidencias entre este buen artículo de Vilches y este otro, mas descarnado:

    Aragonès dijo ayer en el Senado que la amnistía es «la victoria de la Cataluña libre». Y afirmó que la ley es «una enmienda a la totalidad de una sentencia injusta».
    Ni un asomo de autocrítica ni arrepentimiento.

    Fue el Estado, según sus palabras, quien agredió a Cataluña y quien se saltó las leyes. Ellos fueron las víctimas porque, como subrayó, viven en una comunidad oprimida que aspira a una libertad que se les niega desde un Estado que no es democrático.

    La primera de sus tergiversaciones es la osadía de hablar en nombre de Cataluña como si hubiera que ser nacionalista para ostentar la condición de catalán.
    Insistió en que «tarde o temprano» habrá referéndum de autodeterminación, quiera el Congreso o no, digan las leyes lo que digan. No en vano Junqueras y los condenados en el ‘procés’ ya dejaron claro ante el Supremo que lo volverán a intentar ( García Cuartango , ABC)

  3. NiNeu

    Buenas tarde. Señor Vilches, le ha salido un artículo muy realista y bastante desesperanzado. Yo todavía guardo la esperanza de que antes de todo lo que expone, Pedro Sánchez se monte un día en el Falcon y se marque un Bettino Craxi en el Caribe. Saludos a todos.

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