El efecto Bruselas y la decadencia europea
«El mundo entero habla de Europa como destino obligado y fuente de inspiración cultural al mismo tiempo que Europa pinta cada vez menos en la escena internacional»
En su reciente columna del Financial Times, el periodista británico Janan Ganesh, de ascendencia hindú y nacido en Nigeria, nos identifica un fenómeno según el cual la creciente irrelevancia del continente europeo va de la mano de su, también, creciente popularidad: el mundo entero habla de Europa como destino obligado de sus viajes de placer, la admira como fuente de inspiración cultural y estética, al mismo tiempo parece que Europa pinta cada vez menos en la escena internacional. El reconocido liderazgo de la UE como regulador de referencia en un mercado globalizado, el llamado «efecto Bruselas», corre el riesgo de dejar de ser un «superpoder» en un mundo que ha empezado a recoger las velas de la globalización. También la ausencia de empresas líderes europeas en la industria de high-tech o de inteligencia artificial es otra muestra de hasta qué punto Europa puede quedar fuera de juego en la confección de las nuevas hechuras que empiezan a definir este siglo XXI.
Nacido a principios de los años ochenta, podríamos decir que Janan Ganesh es una de las ramas jóvenes del viejo árbol del Imperio británico, que todavía, como al olmo viejo de Machado, «algunas hojas nuevas le han salido». Su educación británica, su ascendencia hindú y su nacimiento en África lo convertirían en un (casi) perfecto crisol del mundo de hoy. Con muchos perfiles como el suyo, algunas cabeceras de la prensa británica, con The Economist a la cabeza, se siguen considerando como los únicos recipientes en los que se funden a un tiempo todos los metales de la tierra. Con esa alquimia secreta, heredada de su antaño imperio, nos desentrañan las tendencias globales que marcarán nuestro inmediato devenir y nuestra suerte. Y parece que auguran una suave decadencia a nuestra querida Europa.
«En este curso académico que ahora termina, el que suscribe ha tenido la oportunidad de asomarse a otro crisol: el del IE y sus promociones de estudiantes universitarios y de máster»
En este curso académico que ahora termina, el que suscribe ha tenido la oportunidad de asomarse a otro crisol: el del IE y sus promociones de estudiantes universitarios y de máster. Un crisol sin duda muy distinto al de la Commonwealth, pero al mismo tiempo variadísimo y complementario, con un peso importante de la América de habla hispana, de Europa continental, de Oriente Medio y de la India. Un crisol atraído por el atractivo de España y de Europa, de nuestros modelos de sociedad y de nuestras instituciones académicas.
A este crisol de alumnos del IE he impartido una asignatura sobre los retos de la transición energética hacia un 2050 libre de emisiones de CO2. Y les he contado cómo, en este camino azaroso, la Unión Europea fue pionera con la creación de su mercado de emisiones de CO2 (EU ETS) en 2005, que sigue siendo el más importante del mundo; cómo, en la legislatura que acaba de concluir, el Parlamento Europeo y el Consejo establecieron mediante reglamento los objetivos de neutralidad climática para el año 2050, fijando hitos de obligado cumplimiento también para el año 2030; y cómo, apenas un año después, los Estados Unidos entraron en escena cual tromba con su famosa Inflation Reduction Act, que apuesta por una fórmula distinta a la europea y más pragmática, propinando un duro golpe al «efecto Bruselas» que la Comisión saliente ambicionaba para su regulación contra el cambio climático.
Leyendo a Janan Ganesh y su descripción de la Europa cada vez más admirada y al tiempo menos tenida en cuenta, me he quedado con las ganas de saber si el crisol de estudiantes del IE, en su mayoría de fuera de Europa, comparte la misma opinión. Me quedo con esa tarea para el próximo curso.