THE OBJECTIVE
Román Cendoya

El 'bonoporno'

«Se han hecho una paja mental para impedir el acceso al porno a los menores y lo que han inventado es una herramienta de control digital para los adultos»

Opinión
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El ‘bonoporno’

Ilustración de Alejandra Svriz.

El Gobierno menos progresista y más intrusista de la historia se gasta nuestro dinero en someter cualquier conducta y comportamiento a su control y supervisión. El nuevo progresismo es regresivo, mojigato y pudoroso. Se han hecho una paja mental según la cual van a impedir el acceso a contenidos pornográficos a menores de 18 años. Y lo único que se están inventando es una herramienta de sometimiento y control digital para los adultos. Opresión. Censura.

Se ponen estupendos inventándose un carnet digital, que tiene un bono de 30 accesos o sesiones de contenidos para adultos. Si no se llega al cupo y caduca hay que volver a sacarlo metiendo otra vez los datos. Todo un mete saca para controlar a los ciudadanos. Un control digital, chapucero, que es vulnerable en origen según palabras de José Luis Escrivá, ministro para la Transformación Digital, quien reconoció que «puede haber formas de circunvalar esta solución». Una inutilidad total porque el ámbito de exigencia del bonoporno sólo sometería a las páginas webs y apps residentes en España. O sea, nada. Sólo la posibilidad de «circunvalar» es garantía de que entre los niños de nueve años circulará la forma de saltárselo antes de que entre en vigor. Los padres tendrán que recurrir a sus pequeños para saber cómo saltarse el control del bonoporno y esconderse del puritano Gobierno controlador.

Todo es una maniobra tramposa y mentirosa propia del autócrata Pedro Sánchez y su banda. La pornografía es la excusa para controlar la sociedad y dar más negocio a las empresas tecnológicas okupadas por Sánchez y su banda. ¿Cómo quieren que creamos que les preocupa la pornografía cuando obligan a impartir en los colegios sus talleres de sexualidad, con menores muy menores, incitando a descubrir su cuerpo y probar prácticas de autogozo entre niños? Hay que ser muy mala gente para primero enseñarles, con un material escolar que en más de un cuaderno contiene pornografía pura, y luego prohibirles el acceso a los estímulos externos.

Al Gobierno se le llena la boca de control de la pornografía y ha cometido el grave error de no definir correctamente qué es un contenido pornográfico. Confieso que a mí el bonoporno no va a durarme más de tres días. En 72 horas sufro más de 30 accesos a contenido pornográfico por culpa del Gobierno desde servidores de contenido muy españoles. 

Veo la TVE dirigida por esa militante socialista que emite manipulación extrema a través de sus expertos en torturas de la verdad en la programación matinal, telediarios y otros formatos cuya culminación está en las sesiones de noche, para sadomasos de la verdad, en orgías de manipulación y sectarismo del 24 horas.

«Una de las actividades que más gustan a Pedro Sánchez son las sesiones de entrevista masaje con final feliz»

Soy adicto a ver en directo el adulterio a la democracia y a la verdad de cada comparecencia de Pedro Sánchez en la sesión de control al Gobierno. Es pornografía sofisticada y con glamour. Uno pregunta y él siempre mete la mentira y manipulación doblada. Para momento sucio, de porno callejero, cuando la vicepresidenta primera protagoniza un gang bang de números imposibles —pornografía chabacana—. El resto de las actuaciones tienen menos gracia que cuando se veía la película porno semanal del Canal+ entre las rayas de la codificación.

Una de las actividades que más gustan a Pedro Sánchez son las sesiones de entrevista masaje con final feliz. Son pornografía pura, con coreografía preparada para que los mensajes sean explícitos, que protagoniza siempre en dúos o tríos con sus periodistas de cabecera. Pornografía hard, porno duro, es cada vez que sueltan a la manada de pedros ladradores. Es un clásico sin emoción ver y oír al portacoz, Óscar Puente, en la versión más violenta del garganta profunda.

Una categoría pornográfica que no tiene fin es el kamasutra de la corrupción, el tráfico de influencias y la desigualdad que emite el entorno del autócrata. Es muy guarro ver cómo el Tribunal Constitucional se tira las condenas de amiguetes porque sí. Es verdad que hay que evitar que la gente vea que tipos como Koldo pueden llegar a tener tanto poder e influencia en el Gobierno de España. Es muy sucio —no apto ni para adultos con un mínimo de sensibilidad— ver y seguir las prácticas del fiscal general del Estado.

De la programación pornográfica han retirado la sección de tríos. Las elecciones catalanas han abierto una crisis en el equipo protagonista. Es verdad que ver en Ginebra a Santos Cerdán, con Puigdemont y Jordi Turull, no tenía ningún glamour. No dejaba nada para la imaginación. A tomar por culo el Estado de derecho. En vez de excitar y emocionar cabreaba. Sería mucho mejor que habilitar el bonoporno que el Gobierno se encargara de cesar en la producción y emisión de contenidos inapropiados —pornográficos— desde las instituciones del Estado y desde los medios de comunicación que controla.

«Nuestra administración ha demostrado, con excelencia, el nivel de negligencia en ciberseguridad y en la custodia de datos»

Me gustaría saber qué diría un Tribunal Constitucional, diferente al que practica el bondage con Sánchez, sobre cualquier medida que, para presuntamente proteger a los menores de edad, limitara la libertad de los ciudadanos sometiéndolos al control inquisitorial de la administración.

El bonoporno, como todo lo que hace este Gobierno, parte de una mentira absoluta. El ministerio asegura que el sistema es «anónimo». En todo el proceso hay un momento en el que el solicitante tiene que demostrar que es él, mayor de edad, con sus datos.  Aunque el Gobierno diga que no los guarda —¿alguien se lo cree?— aumenta el nivel de vulnerabilidad del ciudadano. Nuestra administración ha demostrado, con excelencia, el nivel de negligencia en ciberseguridad y en la custodia de datos. ¿Hace falta recordar que el teléfono del presidente del Gobierno fue hackeado por Marruecos?

Es inaceptable, en términos de libertad, que el Gobierno intente imponer un carnet digital para circular por internet. El atropello contra las libertades al que está llegando Pedro Sánchez es propio de las dictaduras más férreas del planeta.

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