THE OBJECTIVE
José María Rotellar

Con Sánchez somos más pobres

«El Gobierno dice que nuestro PIB ha crecido más de cuatro puntos respecto a antes de la pandemia, pero eso no quita para que seamos más pobres»

Opinión
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Con Sánchez somos más pobres

Ilustración de Alejandra Svriz.

Con Sánchez, somos, de nuevo, pobres. Eso es lo que se desprende del análisis de las cifras económicas, por más que el Gobierno repita, una y otra vez, que la economía española va como una moto, como un cohete o con el elemento con el que quieran realizar ellos una metáfora. Somos más pobres y los datos lo demuestran, aunque el Gobierno se avergüence de ello y no lo reconozca ante la UE.

Así, entre los distintos fondos con los que cuenta la Unión Europea (UE), financiados todos ellos por los contribuyentes, nunca lo olvidemos, se encuentra el Fondo de Cohesión, cuya misión es reforzar la cohesión económica, social y territorial de la UE, de manera que los países más pobres puedan acercarse en desarrollo y nivel de vida a los más ricos gracias a estas ayudas compensatorias, que les permitan impulsar su crecimiento para, después, desarrollarlo por ellos mismos.

Tal y como expone el artículo 177 del Tratado de Funcionamiento de la UE, «el Fondo de Cohesión está reservado a los Estados miembros cuya renta nacional bruta (RNB) per cápita no supere el 90 % de la RNB media de la Unión». Así, durante el período de programación 2021-2027, el Fondo de Cohesión proporcionó apoyo a quince Estados miembros: Bulgaria, Chipre, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Grecia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Portugal, República Checa y Rumanía.

Pues bien, desde que Sánchez llegó al Gobierno, España no ha dejado de retroceder posiciones en PIB per cápita en paridad del poder de compra. Así, en porcentaje de PIB per cápita en paridad del poder de compra sobre la media de la UE España ha pasado de estar en el 92,8% en 2017 —último año completo sin Sánchez en el Gobierno—, en una senda creciente, al 88,6%, y eso contando con la revisión excepcional del crecimiento del PIB que hizo el INE en 2021, de casi un punto.

Es decir, España ha perdido 4,2 puntos en su convergencia con la UE y ha vuelto a instalarse entre los países pobres de la UE, que son aquellos con un PIB per cápita en paridad del poder de compra inferior a ese 90% de la media de la UE. El Gobierno dice que nuestro PIB ha crecido más de cuatro puntos respecto a antes de la pandemia, pero eso no quita para que seamos más pobres: crecemos de forma insana por el gasto público; y crecemos porque la población ha aumentado, pero no porque se haya generado más riqueza en relación a cada ciudadano, ya que en PIB per cápita descendemos en comparación con la media de la UE, de la que nos alejamos cada vez más.

«Lo que el gobierno no puede conseguir es tapar el retroceso en prosperidad que está suponiendo su política económica»

Con Sánchez somos más pobres, y, así, España vuelve a poder optar, desgraciadamente, por su empobrecimiento, a los fondos de cohesión, que, sin embargo, no ha solicitado el gobierno español, probablemente porque sería tanto como reconocer que su política económica, su gestión, ha empobrecido a la economía española. De esta forma, ha renunciado a alrededor de 6.000 millones de euros.

Esa política económica del cangrejo, que hace retroceder a la economía española, se percibe también en nuestra comparación con algunos países del este que han sabido aplicarse y que nos han superado en porcentaje de PIB per cápita en paridad del poder de compra sobre la media de la UE, como es el caso de Eslovenia, que en el mismo período ha pasado de un 85,5% en 2017 a un 91,4% en 2023.

El Gobierno puede aumentar el PIB nominal impulsado por la inflación y, con ello, mitigar el cociente entre déficit sobre el PIB y deuda sobre el PIB, pero no lo resuelve, sólo lo maquilla artificialmente; puede tener un mayor crecimiento del PIB en términos constantes por efecto estadístico base, además de por el impulso desmedido del gasto público, que ha expulsado a la inversión privada; puede obligar, por ley, a que los contratos temporales se encuadren en los fijos-discontinuos, aunque el empleo no se cree realmente, sino que se reparta; puede, incluso, disimular ese empobrecimiento no solicitando los fondos de cohesión a los que puede acceder España fruto de dicho empobrecimiento generado; el Gobierno puede lograr todo eso, pero lo que no puede conseguir es tapar el retroceso en prosperidad que está suponiendo su política económica, que nos lleva a ser cada vez más pobres en comparación con la media de la UE. Insisto: con Sánchez, somos más pobres.

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