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Pilar Marcos

La noticia más preocupante de la semana

«Las detenciones del viernes nos alertan del riesgo de que los funcionarios que se ocupan de las tareas más sensibles caigan presos de la corrupción»

Opinión
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La noticia más preocupante de la semana

El inspector jefe de la Jefatura Superior de Madrid de la Sección de Delitos Económicos y Blanqueo de la UDEF (Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal) del Cuerpo Nacional de Policía, detenido este viernes. | TO

En la catarata de pésimas noticias que nos inundan en los últimos tiempos, quizá la más preocupante, por todo lo que implica, es la detención del jefe de blanqueo de la Policía Nacional. Por ser precisos, la detención el viernes -entre otros- del inspector jefe de la Jefatura Superior de Madrid de la Sección de Delitos Económicos y Blanqueo de la UDEF (Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal) del Cuerpo Nacional de Policía. 

Por resumir: el mando policial encargado de dirigir la lucha contra el blanqueo de capitales proveniente del tráfico de drogas había sido exitosamente corrompido por una de las redes de narcos que tenía que perseguir y debía desarticular cuando intentaran blanquear el dinero de su actividad criminal. Y la colaboración de este agente con el crimen organizado contra el que debía luchar no era reciente. Las crónicas apuntan a una relación de cinco o diez años con su, digamos, ‘nexo corruptor’. 

El mando policial había sido tan exitosamente corrompido que escondía en las paredes y el techo de su casa 20 millones de euros en billetes, además de otro milloncejo en el despacho. Tan exitosamente estaba corrompido que la trama detenida el viernes acumulaba un ‘parque móvil’ de un centenar de vehículos de alta gama, Lamborghini incluido. ¡Ay, los Lamborghini! ¿En qué estaría pensando Pedro Sánchez con su rara fijación con los Lamborghini? Y, para que no falte detalle, la cuñada del agente había logrado ahorros suficientes como para comprar decenas de licencias de VTC: una emprendedora hecha a sí misma, sin duda ninguna.

Como todas las malas noticias, esta también tiene su lado bueno, aquí lo es que el mando policial haya sido detenido por Asuntos Internos de la Policía Nacional, y su trama criminal, desarticulada. El lado menos bueno se resume en que haya sido posible que el crimen organizado, cada día más presente en España, se haya infiltrado en nuestras instituciones hasta corromper nada menos que al jefe policial contra el blanqueo de capitales procedentes de ese crimen. 

Si la corrupción es siempre grave, lo es muy especialmente cuando logra horadar a las instituciones que tienen que luchar contra el crimen y poner coto a los corruptores. Pero quedémonos con el lado bueno: la detención del funcionario corrupto y la desarticulación de, al menos, una trama de crimen organizado.

«El crimen organizado, con su carácter transnacional y sus ingentes cantidades de dinero delincuencial, es una amenaza vital para la democracia. Y si algo tenemos que cuidar con esmero es nuestra vida en democracia»

Los expertos destacan tres ejes clave en la lucha contra el crimen organizado. Uno de ellos es, precisamente, una eficaz vigilancia del blanqueo de capitales, porque es ahí donde el dinero del crimen borra su delictivo origen y transforma a los delincuentes en exitosos emprendedores… o en felices herederos de ignotas fortunas o en afortunados ganadores sistemáticos de la lotería. Ese eje anti-blanqueo es el que el narco había capturado y corrompido en la persona del agente detenido. 

El segundo eje es un eficaz funcionamiento de los servicios de inteligencia, no sólo del CNI sino también de la inteligencia de todas las fuerzas policiales y, desde luego, en colaboración con otros países. Porque las tramas de crimen organizado son multinacionales, con evidentes conexiones en los países productores de coca. Y son también multicrimen: el narco, claro, pero no sólo el narco. Que si el tráfico de personas (como si fuera emigración), que si la delincuencia organizada, que si… Parece probable que la detención de este jefe de policía corrupto ha sido posible gracias a este segundo eje: le detuvieron sus compañeros de Asuntos Internos.

Y el tercero es una eficaz y potente presencia del Estado en los denominados «puntos calientes». El más evidente en España es el Estrecho. No tiene ningún sentido (o tiene demasiado sentido) que sean posibles episodios como el de la narcolancha de Barbate del 9 de febrero. No es admisible que la Guardia Civil esté sin recursos para luchar contra los muy bien pertrechados narcotraficantes en el Estrecho. Ni es admisible que el ministro Marlaska no presentara su dimisión el día siguiente del ignominioso asesinato de los agentes lanzados al agua en un barquito de juguete. Porque son incontables los vídeos que grabaron cómo «esa lancha de mierda» con la que enviaron a media docena de agentes de la Guardia Civil a expulsar del puerto de Barbate a ocho potentes narcolanchas era embestida con saña por una de esas ‘gomas’, que jugó al acoso y derribo contra la humilde zodiac de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado español.

De los tres ejes imprescindibles para la lucha contra el crimen organizado, sabíamos que fallaba el de la presencia del Estado allí donde más falta hace. Falla el Gobierno. Ya. Se vio claramente en Barbate en febrero con las narcolanchas y acabamos de verlo, envuelto en fango, en Valencia con la DANA. Es el precio de tener un Gobierno ocupado en sus relatos bipolares, sus negocios abalísticos y sus cátedras de transformación social competitiva. 

Las detenciones del viernes nos alertan del riesgo de que falle también el segundo eje: que caigan, presos de la corrupción, los funcionarios que se ocupan de las tareas más sensibles. Es un eje fundamental porque de su buen funcionamiento depende la confianza de la gente del común en las instituciones. Y, entre ellas, de una institución tan importante como las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Este eje es el que más hay que cuidar porque los gobiernos pasan, los políticos brillan y desaparecen, pero los funcionarios siguen ahí. Y todos necesitamos que sigan ahí, sí, pero con su prestigio intacto. Ojalá el eje de la inteligencia esté funcionando bien y pueda funcionar aún mejor. 

Porque hace falta inteligencia. Porque el crimen organizado, con su carácter transnacional y sus ingentes cantidades de dinero delincuencial, es una amenaza vital para la democracia. Y si algo tenemos que cuidar con esmero es nuestra vida en democracia.

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