¿'Management' hispano?
«¿Existe una cultura empresarial con características compartidas en la extensa geografía hispanohablante y elementos diferenciales respecto a la anglosajona?»
Los modelos anglosajones de management empresarial triunfan en el mundo, y perdón por el anglicismo. Las empresas norteamericanas son el espejo en el que se miran el resto de las compañías mundiales, en especial, las occidentales. Sus escuelas de negocios, las más influyentes; sus gurús, los más seguidos. Varias son las razones que justifican este lugar de preeminencia no sólo económico, sino también intelectual en la materia. La primera, sin duda alguna, el éxito de su economía y de sus corporaciones. Pero, también, porque han sabido teorizar su modelo, analizarlo y sintetizarlo en propuestas de valor claras, entendibles y atractivas. Y, además, el ecosistema en el que se encuentran inmersos es sumamente competitivo, tanto en innovación e investigación, como en formación y divulgación, consagradas por sus grandes universidades, escuelas de negocios y editoriales.
Lo anglosajón sigue imponiendo sus modos y maneras durante más de un siglo, sin que todavía ninguna otra potencia o economía le haga sombra. Hace unas décadas, los modelos japoneses de gestión de empresas nos asombraron, con sus empresas punteras, Sony o Toyota, al frente. Pero su economía dejó de crecer y sus modelos de management de ser referencia. Chinos y coreanos del sur tomaron su relevo, pero sin dejar una escuela de pensamiento en administración de empresas que alumbre al resto del mundo de manera consistente. Los rusos no parecen modelo a seguir, a la espera de lo que surja de la exitosa India y de la promesa africana. ¿Y los europeos? Pues una sombra desvaída de los americanos. Y es que hoy por hoy, lo que manda en la gestión y administración de empresas es, sin duda alguna, el pensamiento norteamericano.
En efecto, los gurús norteamericanos, que se renuevan en materias, enfoques y prioridades. La gestión empresarial es muy exigente y compleja. Por esos, directivos, ejecutivos, empresarios, profesionales y empresarios se preocupan en prepararse y formarse. Proliferan las escuelas de negocios, la consultoría, los consejeros y, por supuesto, también los libros, al punto de constituir todo un género, que, algunas editoriales cuidamos con mimo. Son los conocidos títulos de management o gestión empresarial. ¿Y quiénes son los gurús más influyentes, leídos y conocidos? Sin ninguna duda, los anglosajones. Los grandes nombres norteamericanos han sido estudiados y han influido poderosamente en los modelos de gestión en el resto del mundo. Muchos de estos grandes gurús, además de consultores, conferenciantes y escritores, son profesores de las grandes escuelas de negocios americanas, entre las que Harvard o Stanford brillan con luz propia.
Sus nombres y libros son bien conocidos. ¿Quién no ha leído alguno de ellos? Repasamos algunos de sus nombres. Por ejemplo, el famosísimo Peter Drucker, autor de casi cuarenta libros y considerado como el más influyente teorizador de la gestión y administración de empresas y corporaciones, o Michael E. Porter, profesor de Harvard y gurú de la estrategia empresarial y consultoría, autor de aquella famosa frase: lo más decisivo de una estrategia es decidir lo que no quieres hacer.
Podemos continuar con la lista de estrellas: Tom Peters, en su busca de la excelencia y del valor de las personas; Simon Sinek, con sus influyentes ideas sobre el propósito y su claro consejo: encuentra tu por qué; Philip Kotler, creador de los conceptos básicos del marketing actual; Jack Welch, expresidente de General Electric; el longevo Warren Buffett, con sus píldoras de sabiduría, o el propio Bill Gates de sus primeros libros, que nos abrió los ojos al mundo tecnológico por venir. Los gestores empresariales del mundo entero han bebido de sus ideas, frases y propuestas. Fruto del éxito de sus modelos, las expresiones y palabras en inglés dominan por completo el ámbito de la empresa, hasta el límite, en ocasiones, del ridículo. Pero es lo que hay y es lo que tenemos. Y hasta aquí, de acuerdo. Pero, ¿no existen siquiera modelos complementarios o que ayuden a mejorar carencias de ese modelo anglosajón?
«El modelo anglosajón de gestión y dirección de empresas brilla con luz propia, como guía y referente mundial. Ahora bien, ¿es el único modelo posible?»
Lo repetimos: el modelo anglosajón de gestión y dirección de empresas brilla con luz propia, como guía y referente mundial. Ahora bien, ¿es el único modelo posible? Sus formas, hábitos y prioridades, ¿son las únicas que conducen al éxito? ¿Existen modelos distintos que puedan resultar tan viables? ¿O incluso más adaptados a los tiempos digitales y de IA por venir? Y ya puestos a preguntar, ¿existe una cultura empresarial hispana con algunas características compartidas en la extensa geografía hispanohablante y elementos diferenciales con respecto a la anglosajona? Si existiera, ¿cuáles serían sus principales valores y aportaciones?
Hace años asistí a una sesión formativa en el Instituto Internacional San Telmo –San Telmo Business School hoy– que impartió el profesor Luis Huete, al que tengo el honor de publicar en la actualidad. Utilizando un sencillo cuadro nos explicaba gráficamente los modelos culturales de gestión y liderazgo, usando dos variables. En uno de los ejes, un gradiente que transcurría desde liderazgos más centrados en procesos hasta los más enfocados en las personas. En el otro, desde más volcados al interior hasta los más volcados hacia el exterior. Quedaban pues cuatro combinaciones posibles. El liderazgo oriental, liderazgo hacia el interior y centrado en las personas. El liderazgo germánico, orientado hacia procesos y hacia el interior. El anglosajón, orientado hacia procesos y hacia el exterior y, por último, el liderazgo latino, centrado en las personas y hacia el exterior.
Más allá de lo que algunos pueden considerar un tópico simplificador, no cabe duda que sí existen modelos culturales y civilizatorios diferentes, que necesariamente han de influir en el modo de gestionar y gobernar las empresas y su relación con los equipos que la componen. Hasta ahora, el más exitoso ha sido el modelo anglosajón. Y parece tener fuelle aún, pues su economía sigue sólida, creciendo más que, por ejemplo, la europea, que no somos capaces de mantener el ritmo. Pero Europa alberga diferentes tradiciones culturales, algunas que son fuente de la norteamericana, como la inglesa y la holandesa. Pero también tendríamos el modelo nórdico, o el alemán. Y en el sur, el ámbito latino, en el que nos insertamos los españoles. El clásico de Max Weber ya dividió la Europa protestante del norte, a la que consideraba más preparada para los negocios, frente a la social y católica Europa del sur, con congénitas limitaciones para el exitoso desempeño empresarial. Y nos lo tragamos. ¿Debemos darlo por bueno sin rechistar?
Y viene la pregunta clave, ¿tenemos los hispanos en general y los españoles en particular algo qué decir acerca de la mejor manera de gestionar las empresas actuales y las del futuro? Y en caso de existir, ¿cuáles serían las características básicas de ese modelo hispano?
«Las escuelas de negocios españolas son un modelo de éxito internacional»
En las últimas décadas se han consolidado en España empresas multinacionales que compiten en el mundo con éxito. Asimismo, resultan bien conocidos el éxito que diversos ejecutivos españoles han tenido en el seno de grandes multinacionales, al enriquecer con enfoques distintos la cultura de la casa madre. Las escuelas de negocios españolas son un modelo de éxito internacional, un porcentaje muy significativo de sus alumnos proceden de fuera de nuestras fronteras, como, por ejemplo, lo demuestran IESE, IE o ESADE. ¿Se limitan estas empresas, ejecutivos y escuelas de negocios a seguir y repetir los modelos norteamericanos o ofrecen algunas visiones diferentes o complementarias? ¿Hemos investigado en management y podemos ofrecer novedades que mejoren la empresa y la sociedad del futuro a la vez que inspiran a los directivos de otras partes del planeta?
En España también tenemos autores, consultores y conferenciantes de primer nivel. Sin ánimo de resultar exhaustivo –son muchos los nombres que a buen seguro me dejo en el tintero– algunos de nuestros gurús más destacados serían Juan Carlos Cubeiro, Javier Fernández Aguado, Alex Rovira, Fernando Trías de Bes, Mario Alonso, Santiago Álvarez de Mon, Santiago Íñiguez, Luis Huete, Pilar Jericó, Javier Ferrer, Alfonso Jiménez, Rais Bussom, Ana Matarranz, Enrique Arce, Pilar Llácer, Xavier Marcet, Javier Cantera o Noemí Bozá, entre otros, a los que he leído y admiro. Conozco personalmente a la mayoría y he tenido la fortuna de publicar a bastantes de ellos, consciente de la calidad, oportunidad e innovación de muchas de sus propuestas. ¿Tenemos pues masa crítica de pensadores en management? Yo diría que sí, no sé qué opina usted al respecto.
América hispánica también ofrece ideas, enfoques y alternativas que bien podrían ser referencias internacionales. Algunas de sus universidades y escuelas de negocios, como el TEC de Monterrey o el IPADE brillan en el Olimpo de las instituciones empresariales más prestigiosas. O algunos de sus autores y gurús, como Salvador Alva, con su exitoso Lo que líder no debe delegar (LID) –visión estratégica, talento y cultura– que aporta una visión claramente diferencial a los modelos duros anglosajones.
Y, por si poco todo ello resultara, además de buenos autores tenemos editoriales. El sector editorial español, además de traducir las obras de los autores anglosajones de referencia, publica al talento hispano de management y empresa. Desde AlmuzaraLibros, por ejemplo, además de mantener una colección de Economía y Empresa, impulsamos el sello LID, creado por Marcelino Elosua hace casi treinta años, y dirigido por Laura Madrigal. En el panorama editorial destacan los sellos de Planeta: Gestión 2000, Deusto y Alienta, dirigidos por el maestro Roger Domingo. Kolima, dirigida por Marta Prieto impulsa una excelente colección de empresa. Profit y Amat son también dos editoriales bien conocidos en el ámbito empresarial. Y podría seguir con la lista, pero como muestra, bien vale un botón.
«El español, con sus contradicciones, vicios y limitaciones también ofrece ideas innovadoras y positivas»
Pero aún no somos nada en el who is who internacional. Aunque desde España exportamos libros a América, nos cuesta vender los derechos de traducción de nuestros escritores de gestión empresarial a otras lenguas. ¿Por qué? Pues regresamos a la casilla de salida. Pues porque son los gurús anglosajones la referencia internacional, los que marcan tendencias, los que venden. A los hispanos todavía nos queda mucho por hacer para ser considerados como modelo del que aprender. ¿Tenemos algo diferencial y positivo que aportar en materia de gestión y administración de empresas? ¿Existen algo parecido a una cultura empresarial hispana, con algunos valores y miradas compartidas? Y si en su caso existiera, ¿cómo podemos ayudar a concretarla y darla a conocer? ¿Cómo descubrir talentos y apoyar a los que ya conocemos?
Las empresas se desarrollan en un ecosistema determinado. Cultural, pero también legal, político, sociológico. Y el español, con sus contradicciones, vicios y limitaciones, también ofrece ideas innovadoras y positivas. ¿Una manera más cálida de acercarnos a la empresa, no considerada tan solo como un activo financiero? ¿Un modo de gestionar personas diferente? Quién sabe. El caso es que escuelas de negocios, escritores, universidades, editores y pensadores tenemos la oportunidad y responsabilidad de reflexionar sobre la materia, que posee un gran potencial.
De todo ello conversamos con Ignacio Babé –director–, y Tomás Pascual –presidente–, del prestigioso Club Excelencia en Gestión. Además de compartir buenas prácticas y experiencias, tenemos ante nosotros el deber intelectual de trabajar, teorizar y divulgar los modelos del management hispano. ¿Merece la pena el esfuerzo? Pues sin duda alguna, sí. Pero, ¿qué piensa usted al respecto?